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Así nació TaskHer, un servicio de manitas que solo contrata mujeres: “Era un sector obsoleto”

Tras emprender una reforma que le hizo darse cuenta del desequilibrio de género en las profesiones relacionadas con la construcción, la inglesa Anna Moynihan decidió crear una plataforma en la que las fontaneras y carpinteras fueran solo ellas

TaskHer Anna Moynihan

Anna Moynihan (Taplow, Inglaterra, 43 años) se trasladó con su joven familia a una casa en el sur de Londres que necesitaba reforma. Ella tomó las riendas del proyecto, encargándose de buscar y contratar a los obreros especializados. La tarea le costó lo suyo, ya que era nueva en la zona y no contaba con referencias de amigos o familiares. Era el contacto de referencia durante todo el proceso previo, pero en el momento en el que los trabajadores llegaban a su domicilio hablaban directamente con su marido Paul. “Me pareció una locura. Yo era la persona con la que habían estado tratando, cerrando fechas y presupuestos. Ahí me di cuenta de que no había visto ni una sola mujer en todas las páginas que había consultado. Estuve investigando y fui consciente del desequilibrio de género que había en el sector, lo obsoleto que era”, explica en conversación con EL PAÍS. Entonces nació la idea de montar TaskHer, una plataforma que pone en contacto a particulares con fontaneras, albañiles o electricistas mujeres. Moyniha venía de trabajar en el sector de marketing y Paul de una start up, y la pareja se puso manos a la obra, nunca mejor dicho, para lanzar su empresa, que vio la luz a mediados de 2022.

Moynihan pronto entendió hasta qué punto llegaba la ausencia de mujeres en el oficio. No encontraron fotos en bancos de imágenes de mujeres albañiles, y además se vieron en dificultades para ponerse en contacto con las pocas que estaban trabajando. “Ellas están arreglando calentadores, no sentadas delante de un ordenador. Por otra parte, no se centran en promocionar sus servicios. Tuvimos que buscarlas una por una en las redes sociales. A un número reducido de ellas les pedimos que fueran parte de un panel para ayudarnos a definir nuestro producto”. Hoy cuentan con un grupo de unas 60 mujeres del sector en Londres que reciben encargos de manera frecuente.

Las mujeres representan un 83% de la clientela de TaskHer, que elige la plataforma por diferentes razones: “Las creencias religiosas es una de ellas, también trabajamos con casas de acogida para víctimas de violencia de género. Además, tenemos una importante audiencia de mujeres que viven solas y que quieren apoyar económicamente el trabajo de otras mujeres. Contamos con una gran comunidad de personas del colectivo LGTBIQ+ y con algunos hombres jóvenes heterosexuales que, como mi marido, no se sienten muy cómodos adquiriendo el rol que se espera de ellos”, detalla. “En general, a nuestros clientes les gusta la transparencia de nuestro servicio, que ofrece un presupuesto inmediatamente, y en el que siempre pueden contar con nuestro apoyo si algo va mal”.

Moynihan prefiere no generalizar, pero ha observado que las mujeres tienen mayores habilidades comunicativas, una ventaja si vas a trabajar a casa de alguien. “Te explican exactamente en qué va a consistir el trabajo y, si van a demorarse, mandan un mensaje. Entre los hombres de esta profesión existe una ligera sensación de que pueden hacer lo que quieran y que el cliente tiene que aguantarse. No se trata de culpar a las personas, es una cultura que se ha ido construyendo durante años. Por otra parte, existe el concepto erróneo de que las mujeres son más ordenadas en su trabajo. Algunas lo son, pero no es algo que tenga que esperarse de ellas”.

Gran parte de las profesionales de la plataforma vienen de industrias muy diferentes, como el teatro musical, el capital riesgo o la medicina. Muchas de ellas se formaron de manera tardía, atraídas por las buenas perspectivas económicas: en el Reino Unido, la fontanería, la carpintería o la albañilería son salidas cada vez con más demanda, debido a la escasez de profesionales, algo acentuado tras el Brexit. “En TaskHer apoyamos una oportunidad profesional, bien pagada y con futuro. La inteligencia artificial no va a cambiar instalaciones eléctricas. Es un sector que ha excluido históricamente a las mujeres, que no se ofrece como salida profesional a las chicas, que terminan en trabajos peor pagados. Las que ahora trabajan en ello aún dicen sentirse intimidadas en un ambiente predominantemente masculino. Las bromas, el hecho de que en las obras sus baños se usan como almacén… todo eso echa para atrás”.

El número de mujeres en estas profesiones está aumentando, sobre todo entre las más jóvenes. Concretamente, en el Reino Unido se ha registrado un crecimiento del 700% durante los últimos tres años en las solicitudes femeninas para formación profesional en construcción. “La generación Z tiene fama de no querer trabajar duro y yo no creo que sea así para nada. Lo que pasa es que son inteligentes y buscan la flexibilidad. Este oficio lo permite”, explica la propietaria de TaskHer.

A pesar de los pequeños pasos, aún causa sorpresa encontrarse con una fontanera. “Todas las que conozco mencionan alguna anécdota. Quienes creen que, durante la fase previa, estaban hablando con la recepcionista, o que piensan que están frente a la mujer del fontanero. ¡Imagínate que pasara lo mismo con las abogadas!”, opina Moynihan. Por ahora solo ofrece servicios de TaskHer en la capital británica, pero se preparan para expandirlos a otras ciudades del país, como Mánchester, Bristol o Brighton. También tienen sus miras puestas en el mercado internacional. Moynihan, cuyo apellido de soltera es Hernández, es mitad gallega por parte de padre. Durante su infancia, vivió una temporada en Barcelona. “A los seis años mi padre me mandaba al quiosco a comprarle un paquete de Marlboro Red y EL PAÍS. ¡Algo que entonces debía resultar totalmente normal!”. Tan normal como algún día será que el manitas que aparezca en casa sea mujer.

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