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Las obras de Madrid prometen un otoño de atascos

Los puntos calientes están en la A-5, en la M-30 a la altura del puente de Ventas y delante de las Cuatro Torres, en el paseo de la Castellana

Operarios trabajando en las obras de la autovía A-5, el 23 de julio de 2025 en Madrid.
Álvaro Sánchez-Martín

Aquellos que se han quedado en Madrid este agosto y han echado mano del coche han podido experimentar el impacto de las grandes obras que está realizando el Ayuntamiento, con las que el alcalde, José Luis Martínez-Almeida, pone su firma en la transformación de la ciudad. “Van a ser tiempos complicados”, advirtió en junio, y el aumento de tráfico en septiembre por la llegada de los madrileños que han salido en verano de la ciudad, promete intensificar las dificultades. La situación se mantendrá así en el caos de la A-5 hasta finales de 2026. Las obras de la M-30 en Ventas y del Paseo de la Castellana frente a las Cuatro Torres terminarán en 2027, año en el que se celebrarán las próximas elecciones municipales. Para intentar mitigar los efectos negativos en la circulación durante ese periodo, el consistorio apuesta por más autobuses, más trenes y menos vehículos privados.

La primera obra que comenzó fue la de la A-5. Es el soterramiento de 3,2 kilómetros de autovía, que hasta ahora han trascurrido a pocos metros de las ventanas y los balcones de muchos vecinos de los barrios de Lucero, Aluche y Las Águilas, en el distrito de Latina. Desde principios de junio, se ha reducido a la mitad el número de carriles de esa vía y solo hay dos en cada sentido. La buena noticia es que desde el pasado viernes vuelven a estar abiertos los túneles de avenida de Portugal y M-30 en sentido Madrid, que se cerraron el 18 de julio. Se recuperan así dos carriles de acceso a la vía de circunvalación desde la autovía.

En la M-30, se ha recortado un carril en sentido norte a la altura del puente de Ventas, donde el Ayuntamiento pretende colocar una losa de hormigón que sostenga un nuevo parque de unos 17.000 metros cuadrados, según los cálculos que ha hecho el Consistorio en su proyecto. A diferencia del soterramiento de la A-5, que llevaba siendo exigido por los vecinos de la zona desde hace varios años, la construcción de ese nuevo parque de 80 millones de euros para unir el distrito de Salamanca con el de Ciudad Lineal no ha sido tan celebrado por los vecinos, ya que a menos de 500 metros de allí ya existe un paso a nivel que conecta ambas zonas. Desde la Plataforma de Afectados M30 criticaron en una entrevista con EL PAÍS que “es algo que nadie ha pedido”.

Además del corte del carril en sentido norte, también se reduce la velocidad de circulación a 50 kilómetros por hora en el tramo de 190 metros al que afectan las obras y se han estrechado cada uno de los carriles. Fuera de la M-30, en las calles cercanas a los trabajos, también se producirán afecciones al tráfico. Se están ejecutando trabajos de urbanización en las calles de Alejandro González, Plaza de América Española y Marqués de Mondéjar. Esta última permanecerá cerrada hasta el 8 de septiembre entre la Plaza de América Española y Bocángel. Los desvíos habituales serán por las calles de Sancho Dávila y Demitrio Sánchez.

La tercera de las grandes obras afecta a una zona ya de por sí usualmente congestionada: el Nudo Norte de la M-30. Es el soterramiento del tramo del Paseo de la Castellana que transcurre entre las Cuatro Torres y la Colonia San Cristóbal, conocida por los madrileños como la colonia de la EMT. El plan allí es soterrar los carriles centrales y construir encima un parque con fuente, muchos árboles e incluso un auditorio.

La parte negativa es que habrá afecciones al tráfico hasta 2027, año en el que se prevé que acaben los trabajos. En este momento, están cortados los dos carriles centrales de ese tramo del Paseo de la Castellana en ambos sentidos, desde Sinesio Delgado hasta el Nudo Norte. Se mantienen abiertos dos carriles en la vía de servicio lateral en sentido sur y tres en sentido norte, además de un carril bici.

Hasta que la situación se estabilice, y especialmente durante la operación llegada de vacaciones, el Ayuntamiento recomienda echar mano del transporte público. Desde el consistorio han reforzado líneas de autobús que transcurren por los puntos críticos y promete mejorar el intercambio modal en Cuatro Vientos, saturado por la movilidad alternativa a las obras de la A-5. Es algo que ya habían exigido desde la oposición.

La portavoz socialista, Reyes Maroto, definió esa estación el viernes como un “apeadero” en sustitución del “intercambiador fantasma” de Príncipe Pío, donde ha disminuido el tránsito de viajeros desde el inicio de esa obra y que cuesta a los madrileños 25 millones de euros mantener abierto, según expresó.

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