Últimas palabras de Mircea, el héroe de Tres Cantos, a su mujer, ya herido: “No sé si aguantaré”

El humo era espeso y el calor, insoportable. Eran las 19.45 del lunes cuando Mircea Spiridon, de 50 años, vio las llamas desde la carretera. “Iba de camino a casa, pero no dudó en girar el volante y volver”, relata su mujer, Elena. El incendio de más de 2.000 hectáreas obligó a desalojar a más de 180 vecinos en cuestión de horas. Mircea sabía que en la finca de Miguel de las Heras, en Tres Cantos, había animales. Lo que no sabía es que no volvería a casa.

Mientras los vecinos huían del fuego, él se adentró en las instalaciones del centro hípico para intentar rescatar a los 22 caballos que se encontraban atrapados. Lo hizo sin pensarlo. “Me llamó y me dijo que había fuego en la finca. Me dijo: ‘Voy para allá, se está quemando todo’”, recuerda Elena, quien asegura que Mircea no trabajaba allí y que no tenía ningún vínculo laboral con esa finca. Simplemente, vio las llamas y decidió ayudar.

“Una vez dentro, me volvió a llamar. Yo oía de fondo a gente gritando que soltaran a los caballos”, relata Elena. Luego, la llamada se cortó. Dos amigos de la familia salieron a buscarlo. Lo encontraron aún con vida. Fue rescatado en helicóptero por la Guardia Civil con quemaduras en el 98% de su cuerpo. Alcanzó a decir sus últimas palabras a través del teléfono: “Elena, os quiero mucho, pero no sé si voy a aguantar”, recuerda ella, intentando contener el llanto. Mircea ha sido el primer hombre en morir en esta oleada de incendios que castiga a España.

La estructura del recinto —construida en madera y materiales prefabricados— ardió con rapidez. Las condiciones atmosféricas hicieron el resto: temperaturas superiores a los 30 grados, humedad relativa inferior al 30% y vientos por encima de los 30 kilómetros por hora. “Un avance como nunca habíamos conocido”, aseguró el consejero de Medio Ambiente, Agricultura e Interior de la Comunidad de Madrid, Carlos Novillo, en referencia a la propagación del fuego, que alcanzó seis kilómetros en apenas 40 minutos.

El lunes del incendio, además de Mircea, también se encontraba en la finca Miguel de las Heras, de 83 años, propietario del centro hípico, quien resultó herido por una contusión torácica y fue ingresado en el hospital La Paz. Ya está fuera de peligro.

Spiridon fue trasladado al hospital, donde falleció en la mañana del martes. Ese mismo día, su comunidad ya estaba movilizada. En un día, un crowdfunding anónimo logró reunir al menos 17.000 euros para repatriar su cuerpo a Tulcea, la ciudad del este de Rumanía de donde emigró en 2007 en busca de un futuro mejor para su familia.

Mircea era mecánico de profesión. Aprendió el oficio en su país de la mano de su padre. Cuando llegó a España, se estableció primero en Barcelona. Luego, llegó a Madrid, donde vivía parte de su familia. Su hijo Mario acababa de nacer y necesitaban ayuda con la crianza. La pareja llevaba 25 años juntos. Tuvieron un hijo más. Hoy, Mario, el primogénito, tiene 19, y su hermano Gabi tiene 14. “Soñaba con enseñarles el oficio, que alguno de ellos siguiera sus pasos”, cuenta su viuda. Ahora, dice resignada, ninguno será mecánico como su padre.

Durante años trabajó en distintos talleres hasta que pudo abrir su propio local. Pero el taller se incendió hace unos años y tuvo que empezar de cero. Desde hacía un año trabajaba en una empresa de mudanzas llamada Delivinnova Express. Su vida no fue fácil, pero nunca perdió el ánimo. “Le gustaba ayudar. Amaba los animales, el campo, la música. Escuchaba canciones de los años ochenta”, lo describe Elena.

La muerte de Spiridon ha provocado una gran conmoción en Tres Cantos. La asociación Rumanos Unidos, presidida por Emilia Cieudeu, ha impulsado campañas de apoyo para la familia. La cafetería Ana-María (Sector Foresta 43, local 15) ha habilitado un punto de recogida de donaciones que estará activo hasta finales de agosto. “Era muy querido en el barrio. Siempre estaba dispuesto a ayudar”, afirma Cieudeu.

En una publicación compartida en redes sociales por sus allegados se puede leer: “Mircea Spiridon fue padre, marido y un gran amigo para todos los que le conocimos. Un alma alegre y bondadosa que nos ha dejado esta misma mañana debido al trágico incendio en Tres Cantos y Soto de Viñuelas. Son momentos difíciles. Estamos haciendo donaciones para ayudar a la familia Spiridon”.

Mientras tanto, la investigación judicial sobre el incendio sigue abierta. Elena deberá declarar en el proceso. “Me han dicho que tengo que contratar un abogado y que debo declarar. No sé qué va a pasar, pero tendremos que seguir ahora sin él, sin saber cómo”, dice.