Un debate imposible en la “conga electoral” extremeña

Se le llama debate electoral, y es electoral, sí, pero difícilmente puede considerarse un debate. El formato lo hizo imposible. A las 21.00 horas de este jueves estaban citados para confrontar proyectos en la televisión pública autonómica los candidatos a la presidencia de la Junta de Extremadura, que celebra elecciones el 21 diciembre. Y no solo los candidatos de los partidos con representación parlamentaria, el PSOE, el PP, Vox y Unidas por Extremadura. Estaban los candidatos de todas las fuerzas que se presentan en las dos provincias, Cáceres y Badajoz. Es decir, un total de diez. Ocho hombres, dos mujeres. Así, colocados en línea, todos mirando al frente, en un formato contrario a las más básicas reglas del intercambio humano de ideas, empezó un debate imposible. “Este debate se está haciendo muy largo y muy aburrido”, afirmó la candidata de Unidas por Extremadura, Irene de Miguel, cuando habían transcurrido ya más de dos horas y media del mismo. El gesto político más relevante fue el rechazo expreso que Guardiola hizo del “pacto verde”, que “asfixia a nuestro campo”, dijo. El rechazo al llamado “pacto verde” es una de las exigencias de Vox para cualquier acuerdo con el PP después de las elecciones.

El inicio de la cita, en el Palacio de Congreso de Mérida, fue una sucesión de monólogos sobre economía de dos minutos cada uno de los seis candidatos extraparlamentarios. El de Nuevo Extremeñismo pidió oportunidades para los jóvenes, el del Pacma aseguró que su partido convertiría la comunidad en “un referente en biotecnología vegetal”, el de Una Extremadura Digna y Soberana pidió más inversión sanitaria, el de Por un Mundo Más Justo cargó contra los “políticos profesionales”, el de Ciudadanos se erigió en defensor de los “pequeños autónomos”...

Lo que decían no sonaba ni más ni menos sensato o insensato que lo que dirían el resto, los cuatro principales. La diferencia es que, encuestas en mano, ninguno de los primeros seis tiene opciones de convertirse en diputado el 21-D, a pesar de lo cual suyo fue todo el arranque del programa con el que Canal Extremadura debía captar la atención de la audiencia y dirigirla hacia las propuestas políticas en liza.

Luego fue el turno de los partidos con opciones. Otra vez, monólogos. Así eran los rigores del formato, contra el que habían cargado el PSOE y Unidas por Extremadura, al considerar que María Guardiola, presidenta y candidata del PP, pretendía reducir al mínimo su exposición a la confrontación de ideas. Guardiola reivindicó su gestión económica, Miguel Ángel Gallardo (PSOE) le recordó que si llegó a la presidencia fue porque incumplió su palabra de no gobernar con Vox, Óscar Fernández trató de equiparar al PP y al PSOE e Irene de Miguel (Unidas por Extremadura, la coalición que aúna a Podemos e IU) afirmó que si hay algunos buenos datos económicos es por medidas adoptadas por el Gobierno central, un tipo de apreciación con la que la candidata evidenció que su discurso suena distinto al de la dirección estatal del partido morado. Después hubo un minuto más para cada uno, se suponía que para réplicas que aportaran algo de viveza al intercambio. Pero no ocurrió. El bloque de economía se fue.

El segundo fue el de igualdad, que se ciñó al mismo esquema pero en el que al menos Gallardo hizo referencia a la “conga electoral” que estaba teniendo lugar. No era una expresión gratuita. La empleó en 2023 Guardiola, a la que en este tema le pesa la hemeroteca. Antes de las elecciones de aquel año, la candidata del PP acusó al entonces presidente y aspirante socialista, Guillermo de Fernández Vara, de refugiarse en una “conga electoral” al “poner en la televisión pública” al mismo número de candidatos del debate de esta noche en la misma televisión pública. El objetivo de Vara, decía entonces Guardiola, era que los votantes “se puedan enterar de lo menos posible”.

Las tornas han cambiado, y esta campaña es Guardiola la que ha reducido al mínimo su exposición a los debates, con su asistencia solo al de esta noche. Y no porque no haya otra oportunidad. La candidata popular ha rechazado participar en el debate que el periodista Xabier Fortes conducirá en RTVE el próximo jueves, ya en la recta final de la campaña.

El resto de los candidatos de partidos en Asamblea sí participarán en ese debate, que será a tres. El PP solicitó mandar a otro representante, como hizo Mariano Rajoy con Soraya Sáenz de Santamaría antes de las generales de diciembre de 2015. Pero el resto de aspirantes extremeños se negaron y no habrá presencia del PP en el segundo debate. Así que lo de esta noche es el único debate en el que participará Guardiola. “El debate es fruto de la planificación, la previsión y la responsabilidad de un medio público que entiende que Extremadura merece escuchar a todos sus candidatos por igual”, explica Canal Extremadura en una nota de prensa sobre el formato elegido.

Si Guardiola criticó a Vox por salirse repentinamente del Gobierno hace año y medio y lo acusó de hacer “pinza” con los socialistas, Óscar Fernández, el candidato de la ultraderecha, se ciñó a un guion consistente en reiterar que el PP y el PSOE son lo mismo. Pero en ningún momento Guardiola descartó apoyarse en Vox para mantenerse en el poder ni Fernández descartó convertirla de nuevo en presidenta. Tampoco repitió el aviso de Santiago Abascal, su jefe de filas, que ha amagado con intentar forzar la salida de Guardiola para que el PP ponga otro candidato si quiere mantener el poder. De modo que el debate concluyó sin ninguna novedad en el terreno de los pactos, o mejor dicho del pacto, porque el único que se presenta como posible es el de los dos partidos derechistas. Si Vox finalmente se alía con el PP, Fernández tendrá que explicar cómo es capaz de juntarse con una de las patas de lo que llamó “bipartidismo corrupto”.

Gallardo, que fue objeto de críticas por los casos de acoso en su partido y por su procesamiento en el caso del hermano de Pedro Sánchez, intentó salir a la ofensiva acusando a María Guardiola de no haber adoptado medidas cuando debía hacerlo en sus propias filas. La candidata del PP se limitó a responder que nadie del PSOE le podía dar lecciones. Luego atacó a Gallardo por el caso del hermano de Sánchez, y el candidato del PSOE afirmó que tras el juicio, previsto para mayo, la presidenta tendrá que pedirle perdón. Habían pasado ya los bloques de infraestructuras, cultura y turismo y de retos de futuro, y ya eran más de las 23.30. Aún quedaba el minuto de oro de cada uno de los diez candidatos. El debate terminó al filo de la medianoche.