Art Nou 2025: tres exposiciones para huir del calor y de las colas turísticas de Barcelona
El festival veraniego de arte emergente expone en 21 galerías de Barcelona y Hospitalet la obra de menores de 35 años


Quedarse atrapado en la ciudad a finales de julio no tiene por qué ser una condena. También se puede elevar el espíritu descubriendo qué se cuece en el mundo del arte emergente y esquivando las colas en las atracciones turísticas habituales. Hasta el 4 de septiembre está en marcha Art Nou, el festival veraniego que visibiliza y conecta a las nuevas generaciones del arte. El certamen llega a su decimocuarta edición con un cartel de 40 artistas nacionales e internacionales menores de 35 años. El evento abarca 21 galerías, once espacios independientes y cuatro instituciones repartidos entre Barcelona y Hospitalet.
“Este año observamos que las y los artistas reflejan de una manera muy diversa las preocupaciones del presente: temas de identidad, reflexiones sobre las disidencias sexoafectivas, migración y racismo; pero también temáticas que giran en torno al cuerpo o reflexiones más formales desde la pintura o la escultura”, cuenta la directora de Art Nou, Pilar Cruz. Estas son tres citas destacables de una programación que incluye visitas guiadas, rutas semanales, charlas con artistas, performances, proyecciones y acciones en galerías.
Oralia, un corto documental de Rocío Quillahuaman
La conocimos por sus clips ilustrados de Instagram donde la gente grita, vomita y le explota la cabeza y leímos sus memorias de niña migrada de Perú a Barcelona —Marrón, editada por Blackie Books—, pero qué interesante es el giro al corto documental que está desarrollando Rocío Quillahuaman. En sintonía con otros ensayistas visuales como John Wilson, lo suyo es una nueva comedia de la realidad a la que no perder la pista. La galería àngels barcelona del Raval proyecta Oralia, el corto de 14 minutos centrado en la figura de la madre de la artista, que trabaja cuidando y limpiando las vidas de otros desde hace cincuenta años. La obra homenajea la labor de esas mujeres que ordenan el caos de quien puede pagarlo y que casi siempre son tratadas con condescendencia en el discurso artístico.
Dónde: hasta septiembre en àngels barcelona (Pintor Fortuny, 14)
Qué esconde la ‘Pink Pilates Princess’, por Auri Alós
“La Pink Pilates Princess se levanta temprano, medita y cumple con su rutina de skincare. Tal vez tomará un matcha latte y una avocado toast, para luego ponerse el conjunto de Lululemon, agarrar la Stanley cup y el mat de Alo yoga, y salir hacia la clase de barre antes de quedar para hacer brunch con las amigas. Nunca imperfecta, tendrá su vida en orden y no se sentirá perdida, incierta o insuficiente. Lo ha manifestado tantas veces que parece haberse hecho realidad: la Pink Pilates Princess no se da cuenta de que, habiéndose entregado a todo lo que pueda dar sentido a sus emociones (cristales, quemar sage e incluso confiar en las estrellas), por sí misma, ya no es capaz de sentir nada”, cuenta Auri Alós en el texto de su muestra.
Ahora que Barcelona se ha llenado de estudios de barre y pilates rebosantes de mujeres uniformadas en conjuntos de lycra en tonos tierra, qué oportuna se presenta Let’s Hope The Sun Will Show Us The Path, la muestra de esta artista sobre lo que esconde el culto al bienestar femenino en la pospandemia y en el auge de los movimientos de ultraderecha. “El cuerpo se convierte en un refugio, la rutina en un ritual, el autocuidado en una promesa de seguridad, y el espejismo del bienestar, en una forma de supervivencia”.
Dónde: hasta el 1 de agosto en R.A.R.O. On-Site Projects (Jaume Giralt, 49)
Lo liminal, por Maria Freire Montané
Escribe Blanca Arias en la hoja de sala que esta muestra traza “un camino laberíntico e infinito hacia las profundidades del ser, serenado por una promesa de armonía y concordia” y que contemplarla es “como si nos ubicáramos en el preciso espacio que ocupa el velo entre mundos, aquel que separa con delicadeza e imprecisión el reino de las vivas y el de las muertas, el más acá del más allá, nuestra visión se enciende por un momento. En De la sangre al fuego, María Freire Montané conecta lo liminal con lo oculto y reflexiona sobre los procesos de escucha con la naturaleza, “que nos conducen hacia la fuerza interior, a menudo velada tras la jerarquía de lo tangible”. La exposición se despliega mediante una metodología mixta, abogando por el acto performativo, la escena pictórica y la escultura.
Dónde: hasta el 6 de septiembre en Chiquita Room (Villarroel, 25)
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