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Trabajadores municipales de limpieza, abrasados por el calor: “El protocolo marca que tenemos derecho a buscar cobijo”

Semanas después de la muerte de una empleada de 51 años en Barcelona el Ayuntamiento pone especial énfasis en las medidas de protección

Un trabajador de la empresa de limpieza de Barcelona en la plaza del Pla de Palau, el 11 de agosto de 2025.

“Es complicado trabajar con este sol. Con estas temperaturas, el cuerpo se ralentiza”. Bienvenida, que hace tan solo dos meses que se incorporó al servicio de limpieza municipal Cuidem Barcelona, trata de lidiar con el incesante sol que cae este lunes al mediodía en la calle de Nou de la Rambla, en el corazón de Barcelona. Hace algo más de un mes falleció Montse, trabajadora de la limpieza de 51 años, en otra ola de calor en la capital catalana. La muerte de Montse fue un punto de inflexión en la unificación de protocolos para proteger a los trabajadores. Barcelona presta el servicio de limpieza a través de cuatro empresas, que se reparten las distintas áreas de la ciudad. “Hemos decidido unificarlos. Incorporaremos las mejores prácticas de cada uno de ellos, todas las empresas tendrán las máximas medidas de protección”, explicó entonces la primera teniente de alcalde, Laia Bonet.

El nuevo acuerdo, según algunos de los trabajadores, se aplica correctamente, pero admiten que hay momentos en los que es “insoportable” trabajar. “En caso de encontrarnos mal, el protocolo marca que tenemos derecho a informar a los responsables del turno y buscar cobijo el tiempo que haga falta hasta recuperarnos”, comenta Bienvenida.

El texto prevé aplicar más medidas de protección a partir de los 34 grados (alerta naranja), así como la suspensión de los servicios que se hacen a pie y sin vehículo durante la franja central del día, explican fuentes del Ayuntamiento de Barcelona. Las medidas que se toman por altas temperaturas se activan en relación al aviso de riesgo por calor amarillo, naranja o rojo, que decreta la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET).

Ahora, las acciones que estaban previstas a partir de los 37 grados (alerta naranja) pasan a aplicarse a partir de los 34 (alerta amarilla). La mayoría de medidas pasan por dotar a los equipos de limpieza municipal de equipamientos específicos como ropa de verano, protección solar, gorras de refrigeración o botellas isotérmicas.

Sergi, otro trabajador del servicio Cuidem Barcelona, asegura que antes de empezar su ronda, que va desde las 7.00 a las 14.00, los responsables del turno informan a los empleados sobre las condiciones meteorológicas y el riesgo por calor. Va junto a tres de sus compañeros, todos con gorra, botellas de agua y tratando de permanecer el mínimo tiempo posible expuestos al sol. Según cuenta, el consistorio, junto a las empresas que prestan el servicio, han acordado más pausas para la hidratación, que consiste en un descanso de cinco minutos cada hora durante las horas de mayor insolación. “Nos mojamos constantemente la nuca, la cabeza y los brazos para mantener una temperatura corporal estable, porque sino podemos sufrir mareos, algo bastante habitual con este calor”, señala.

Otro punto clave del acuerdo es la modificación del orden de los recorridos para favorecer que el servicio se preste en espacios con sombra en los picos térmicos. El horario de algunos servicios, según fuentes municipales, también se adapta al calor para evitar exposiciones de riesgo. “Cinco minutos antes de empezar mi turno, miro los avisos que nos han dado y hacemos el plan en base a ello”, añade. Las mismas fuentes confirman que el protocolo en olas de calor incluye sesiones informativas, ubicación de fuentes de agua potable y refugios climáticos.

En cualquier caso, el consistorio enfatiza la atención en los trabajadores especialmente vulnerables al calor. “Se han mejorado los protocolos de vigilancia de la salud, ofreciendo más herramientas de autoprotección y adaptando los puestos de trabajo cuando sea necesario”, ha señalado el Ayuntamiento.

La AEMET ha informado este lunes de que acorta la duración de la que hasta ahora ha sido la ola de calor más larga del verano. Empezó el día 3 de agosto, y la agencia estimó que duraría hasta el jueves 14, pero la ha recortado hasta este martes día 12. Barcelona ya acumula 26 noches tórridas -aquellas en las que la temperatura mínima no baja de los 25 grados-, y se acerca peligrosamente al récord de 39 noches de este tipo que se sucedieron en 2022.

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