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drogas

El asesino preso y el funcionario: una alianza para traficar dentro y fuera de la cárcel

El trabajador de Mas d’Enric destapó sin querer una segunda organización de tráfico de cocaína que movía 100 kilos de droga al mes

Cocaína intervenida en los coches caleteados de la organización criminal.
Rebeca Carranco

Se conocieron en la cárcel de Mas d’Enric (Tarragona). Uno trabajaba allí como funcionario de prisiones. El otro acaba de ingresar acusado de matar a un socio con el que traficaba con hachís. La alianza prosperó, y el funcionario se convirtió en la cara visible del preso en la calle, en su representante, según la policía. “Se encargaba de ser su mano derecha en el exterior de la prisión”, explica el sargento de los Mossos d’Esquadra Raul Ortega. Además de introducir móviles, tarjetas SIM, y pequeñas cantidades de droga en Mas d’Enric, fuera se reunía con proveedores en nombre de su socio. “Le daba las instrucciones, qué negociar y qué decir, y cómo desarrollar la logística para el alijo y la guardería [escondites de droga]”, añade el brigada de la Guardia Civil Daniel Robles. Al final, los dos acabaron detenidos en abril: uno ya estaba en prisión y ahí siguió; el otro fue apartado de su puesto de trabajo, suspendido de empleo y sueldo. Además, los agentes desarticularon un segundo entramado un mes después al que presuntamente le compraban la droga, y que movía unos 100 kilos de cocaína al mes.

La policía sospecha que el funcionario trapicheaba en prisión desde hacía tiempo. “Introducía teléfonos, móviles y droga anteriormente”, cuenta el sargento Ortega. Pero el salto cualitativo lo dio en marzo de 2023, cuando ingresó en Mas d’Enric el presunto asesino de un compañero de trabajo. Está acusado de matarlo en una discusión por un alijo de hachís que se perdió. La desaparición del hombre se denunció en mayo de 2022 en Torreforta (Tarragona). Los Mossos encontraron su cadáver en un pozo de El Perelló (Tarragona), a 21 metros de profundidad, casi un año después.

Tanto el preso como el funcionario eran hombres con experiencia en su sector.

El presunto asesino deberá responder también por narcotráfico. El muerto era precisamente el enlace con una organización criminal que les surtía el hachís desde Marruecos. Los Mossos sospechan que lo mató, con la ayuda de dos personas más, porque se endeudaron con los proveedores, por la partida de hachís perdida, y no se pusieron de acuerdo en quién debía pagar qué.

El funcionario de prisiones tenía una dilatada trayectoria en la prisión de Mas d’Enric. Los agentes hallaron 70.000 euros en sus cuentas, en dos años, de los que no pudo explicar la procedencia. “Solo por entrar un teléfono podía ganar unos 400 euros limpios”, detalla el sargento Ortega. Se le abrió una inspección interna, y una vez detenido se le suspendió de empleo y sueldo a la espera de juicio, pero nunca ingresó en prisión.

Pero para la policía el plato fuerte fue el segundo entramado al que el preso y el funcionario compraban presuntamente la droga. En su investigación, descubrieron que el trabajador de Mas d’Enric se citaba con un empresario de Salou (Tarragona). El funcionario tenía que pactar con ellos la compra de droga. Personas del ocio nocturno, con trabajos supuestamente legales, que usaban para enmascarar las ganancias exponenciales que conseguían con el tráfico de drogas, según los investigadores. Les atribuyen la capacidad de mover unos 100 kilos de cocaína al mes.

Finalmente, la policía detuvo a 15 personas, en tres fases distintas entre abril y mayo, siete de las cuales ingresaron en prisión. Entre ellos, transportistas que movían la droga en vehículos caleteados [modificados], con asientos hidráulicos que se levantan para ocultar la cocaína y se abrían a través de móviles encriptados. También desarticularon un taller clandestino de coches y un punto de venta de drogas en Vielha. En los registros encontraron dos pistolas de fuego, más de medio millón de euros en efectivo, además de hachís, cocaína y otras drogas. Sospechan que parte de las ganancias (que estiman en 25 millones al año) acabaron en pisos comprados en Dubai, a los que no pudieron seguir el rastro.

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Sobre la firma

Rebeca Carranco
Reportera especializada en temas de seguridad y sucesos. Ha trabajado en las redacciones de Madrid, Málaga y Girona, y actualmente desempeña su trabajo en Barcelona. Como colaboradora, ha contado con secciones en la SER, TV3 y en Catalunya Ràdio. Ha sido premiada por la Asociación de Dones Periodistes por su tratamiento de la violencia machista.
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