Inauguración del Grec de Barcelona con Le Petit Cirque: sueño de una noche de verano tan bonito como insustancial
El público aplaudió educadamente anoche ‘Saisons’, el espectáculo de arranque del primer festival de Leticia Martín


Artísticamente, no ha sido una noche de inauguración del Grec para recordar, ni en lo bueno ni en lo malo. Saisons, la obra de música, poesía y circo de Le Petit Cirque protagonizada por la cantautora francesa Pomme, que actúa y canta en directo, se ha revelado anoche como un espectáculo que se deja ver pero intrascendente, el sueño de una noche de verano tan bonito como insustancial. Una hora de duración —desde luego nadie se ha quejado de que se le hiciera largo, lo que con las sillas del anfiteatro ya es mérito— con imágenes y frases poéticas y en el que se mezclaban danza, acrobacia, canción y buenas intenciones.
Estreno con nutrida presencia de políticos (el presidente de la Generalitat Salvador Illa, el alcalde Jaume Collboni, el presidente del Parlament Josep Rull, la consejera de Cultura Sònia Hernández, regidores) y gente de la escena y de la cultura en general, entre ellas la flamante Premio Nacional de Periodismo Cultural Rosana Torres, siempre al pie del cañón y que ha creído que las ranas que oía desde su localidad y que en realidad eran las del estanque de los jardines formaban parte del espectáculo, asunto que ha debatido al acabar con otra premiada anterior y jurado este año, Conxita Casanovas, la directora del BCN Film Fest, aún cautivada por Ralph Fiennes.
La noche ha sido muy agradable y propicia a los reencuentros y a los recuerdos. El periodista de TV3 Toni Puntí evocaba la noche de concierto de Paolo Conte en la que al salir cayó cuan largo es en el mismo estanque de las ranas, para asombro de estas, que enmudecieron (pasajeramente). Jordi Martí, secretario de Estado de Cultura, ha traído por primera vez a un nieto al anfiteatro: no en balde Saisons, que se ofrece también hoy viernes y mañana sábado, a las 22 horas, se anuncia como para público familiar (al chaval pareció gustarle). Leticia Martín se mostraba encantada con el ambiente que se respiraba la noche de su primer festival como directora.

Y empezó la función, con aún un poco de luz en el cielo pero ya con el titilar de alguna estrella. La escenografía dispuesta por Le Petit Cirque en el escenario tenía algo de feérico o de Alicia en el país de las maravillas, con el cuarteto de cuerda (Pauline Denize, Camille Garin, Eva Siclair y Maïa Colette) situadas en la parte alta de una estructura, vestidas como hadas y tocadas con coronas. El elemento central de Saisons, creada por Marie y Yoann Bourgeois (Marie es además una de las actrices bailarinas acróbatas, con Kim Amankwaa, Yurié Tsugawa, y Kiley Dolaway) es una pista redonda giratoria que a los más veteranos del lugar les puede haber recordado la tan famosa e innovadora de la discoteca de los setentas Don Chufo (tristemente de actualidad por la muerte del artífice de la sala y escritor Chufo Llorens, el pasado 14 de mayo a los 94 años).
La representación ha dado comienzo con la aparición de un huevo o crisálida en cuyo interior había una criatura de luz por nacer. Pomme, con un gorro blanco de marinerito y unos pantaloncitos ajubonados y aire mezcla de la añorada Jane Birkin de jovencita y la poupée de Christophe Maé, ha empezado a cantar inundada de nostalgia y al poco ha aparecido un ser emplumado suspendido en el aire que ha hecho unos movimientos de cisne mientras dejaba caer confeti. Pomme ha cantado estrofas que tenían que ver muy pertinentemente con la maravilla y las sensaciones del verano, y ha evocado el resplandor con una voz muy lírica centrada en un emotivo leit motiv. Mientras la pista giraba convertida en una superficie de patinaje para las acrobáticas bailarinas y la escenografía mostraba rincones misteriosos y mágicos —incluidos una entrada de pista de circo y un agujero para pescar que ha recordado por un momento a los Peeping Tom— se ha producido un juego de sombras y alusiones al cinematógrafo. Pomme ha cantado entonces a un amor de verano y las intérpretes (todas mujeres) lo han escenificado bailando entrelazadas.
Tras referencias a ríos sagrados y cascadas, ha caído una tela negra trasparente sobre la que se han proyectado imágenes de hojas como si pasáramos al otoño o la función continuara bajo las aguas de un lago. “Todo recomienza”, ha cantado Pomme, “todo sobrevivirá”. Leticia Martín había subrayado la conveniencia de esa idea del espectáculo inaugural de paso de las estaciones y del regreso y el recomenzar de la vida. “Tengo tantas estrellas que mostrarte afuera”, decía la canción en tanto algunos miraban al cielo. Luego el escenario ha parecido convertirse en un estanque (como el de las ranas) en el que flotaban las intérpretes mientras Pomme cantaba la fragancia extraña de los bosques y del agua dormida.

Un momento particularmente bonito ha sido cuando se han proyectado imágenes de gran tamaño de una de las bailarinas acróbatas. También la culminación con unas bolas blancas de luz de diferentes tamaños que parecían simbolizar los planetas (una espectadora ha musitado “parece la tienda de Pilma”) y que han ido ascendiendo manipuladas mientras giraban como una escenificación de la música de las esferas. El final ha llegado sin ningún tipo de clímax y de hecho han tenido que sonar unos aplausos para que gran parte del público se hiciera consciente de que la cosa se había acabado. “A ver quizá no se trata de abrir con una obra teatral muy exigente y larga o con una versión de un texto de Kierkegaard, pero sí con algo más sustancioso”, reflexionaba un espectador. En todo caso, no ha habido polémica ni disgusto. Y al poco todos estábamos tan ricamente en el jardín tomando cava y una coca buenísima, sin darle más vueltas a Le Petit Cirque, a Saisons, a Pomme y a su delicuescente propuesta. Es verano y ha empezado el Grec, que sin duda nos va a traer muchas otras cosas realmente potentes e inolvidables.
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