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Alemania y España solemnizan juntos la petición de perdón de Gernika

El presidente alemán y el rey Felipe VI asisten junto al lehendakari a un homenaje a las víctimas del bombardeo de 1937, que destruyó la villa foral

El presidente alemán, Frank-Walter Steinmeier, y el rey Felipe VI, durante una ofrenda floral este viernes en memoria de las víctimas del bombardeo en Gernika (Bizkaia). Foto: Miguel Toña (EFE) | Vídeo: epv
Mikel Ormazabal

Se hace un silencio completo en el cementerio de Gernika (Bizkaia) mientras suenan los repiques de la campana. La solemnidad es total. El jefe del Estado alemán, Frank-Walter Steinmeier, permanece de pie y con la cabeza agachada en señal de respeto. Es un gesto sincero y premeditado que simboliza el perdón que Alemania quiere trasladar a todas las víctimas del bombardeo de la villa foral ocurrido el 26 de abril de 1937, un día de triste recuerdo en el que participó la aviación nazi en apoyo de las tropas franquistas causando más de un centenar de muertos y la destrucción total de la villa foral vizcaína. A Steinmeier lo acompañan el rey Felipe VI y el lehendakari, Imanol Pradales, frente al mausoleo donde reposan los restos de las víctimas, en un acto que simboliza el abrazo de Gernika y entraña el reconocimiento del dolor causado. Es el mayor tributo que han recibido en 88 años los damnificados de aquella barbarie.

La ceremonia de este viernes, nunca antes vivida con este nivel de representación institucional, supone un paso adelante en favor de la convivencia y la memoria frente a la masacre vivida en Gernika en el 37. Ha sonado la pieza musical Gernika, de Pablo Sorozábal, antes del tañido de la campana que durante el bombardeo estaba en lo alto de la iglesia San Juan de Ibarra, destruida durante el ataque aéreo. Dos funcionarios de la embajada alemana han depositado una corona de claveles blancos con la bandera alemana en la escalinata del templete del cementerio. Se ha guardado un minuto de silencio para poner fin a este homenaje a las víctimas. Entre los asistentes se encontraban supervivientes de la masacre, como Crucita Etxabe y Mari Carmen Aguirre, que han sido saludados por las principales autoridades.

La máxima autoridad institucional alemana ha dado muestras los últimos años de la necesidad de reparar el daño que las tropas nazis causaron a Gernika. El presidente de la república federal en 1997, Roman Herzog, escribió una carta al Ayuntamiento en la que reconocía “expresamente la culpa de los aviones involucrados” en el bombardeo. A las víctimas, les transmitió lo siguiente: “Para ustedes sigue siendo presente lo que para la mayoría de nosotros es pasado, a pesar de que todos nosotros debemos sentirnos apenados por el sufrimiento que cayó sobre Gernika”.

Alemania ha querido este viernes reiterar sus condolencias y acompañar en el duelo a los damnificados de Gernika. Ha sido algo histórico. La “mano abierta en ruego por la reconciliación” que expresó entonces Herzog la ha tendido este viernes Steinmeier, que ha completado en la villa vizcaína una visita de Estado a España que lo ha llevado a visitar el Gernika de Picasso en el Museo Reina Sofía y el encuentro en Madrid con las máximas autoridades españolas, entre ellas, la del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.

La presencia de Felipe VI también ha realzado el acto de desagravio con Gernika. Nunca antes un jefe del Estado español había asistido a un acto de este tipo en recuerdo a los fallecidos y los supervivientes del bombardeo. El monarca no ha realizado ningún tipo de declaración, pero su presencia tiene una alta carga simbólica. El Gobierno español aprobó en 2023 declarar todo el espacio urbano de Gernika-Lumo (16.855 habitantes) como lugar de memoria, el primero que obtuvo esta consideración a nivel nacional.

Desde el cementerio, la comitiva se ha trasladado al Museo de la Paz de Gernika, creado en 1998 y el primero en España de estas características. Con 50.000 visitas al año, este centro memorial muestra el salón de una casa típica de Gernika durante los sucesos de la contienda nacional y la denominada sala de la reconciliación, donde se guardan recuerdos del hermanamiento con Pfzorheim, así como la carta oficial que el presidente alemán envió en 1997 al pueblo gerniqués.

Gernika ha sido reconocida como “uno de los primeros bombardeos indiscriminados contra la población civil en el mundo, configurándose como campo de pruebas de lo que posteriormente se pondría en práctica en la Segunda Guerra Mundial”. La destrucción de la ciudad se convirtió en un símbolo de la barbarie de todas las guerras.

El paso de Steinmeier por el País Vasco ha comenzado este viernes con una recepción en la sede de la Lehendakaritza, la presidencia del Gobierno vasco, a cargo de Pradales, quien ha hecho de guía por el palacio y le ha regalado una makila, el tradicional bastón vasco de mando. Antes de la llegada de los jefes de Estado alemán y español a Gernika, un grupo de jóvenes convocados por Gazte Koordinadora Sozialista (GKS), organización juvenil escindida de la izquierda abertzale, se han concentrado con pancartas en contra de la visita de Felipe VI y el presidente alemán y “frente al blanqueo de los fascistas y los imperialistas”. Un mural que replica el Gernika en este municipio ha sido vandalizado con pintadas que pedían en euskera “fuera el rey”, “pedidnos perdón” y “queremos libertad”.

Bildu no ha acudido al homenaje porque, según ha denunciado el diputado Oskar Matute, el monarca, el PP y Vox son “los herederos de los responsables del bombardeo de Gernika y ante ellos no cabe la equidistancia ni el blanqueamiento”. Aitor Esteban, presidente del PNV, ha aprovechado para declarar ante los informadores que el Estado español y el Felipe VI deben tener “el mismo gesto de petición de perdón” que Alemania por el ataque durante la Guerra Civil.

Al homenaje sí han acudido los principales representantes institucionales del Parlamento vasco, la Delegación del Gobierno, y del secretario de Estado de la UE en nombre del Gobierno central, así como el alcalde de Gernika, José María Gorroño.

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Sobre la firma

Mikel Ormazabal
Corresponsal de EL PAÍS en el País Vasco, tarea que viene desempeñando durante los últimos 25 años. Se ocupa de la información sobre la actualidad política, económica y cultural vasca. Se licenció en Periodismo por la Universidad de Navarra en 1988. Comenzó su carrera profesional en Radiocadena Española y el diario Deia. Vive en San Sebastián.
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