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¿Fue al Palau a pie o en el coche de Vilaplana?: la última incógnita sobre Mazón en la tarde de la dana

El recibo del ‘parking’ donde tenía el vehículo la periodista y una nueva información apuntan a que estuvieron juntos poco antes de que se enviase la alerta

El presidente en funciones de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón, llega al Palau de la Generalitat, a 26 de noviembre. Foto: Rober Solsona (Europa Press) | Vídeo: EPV

Una sobremesa puede ser infinita. Eso podría pensarlo cualquier español medio, e incluso entenderlo. Pero esa coartada aportada durante 13 meses por el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, y la periodista Maribel Vilaplana para justificar qué hicieron la tarde del 29 de octubre de 2024 acaba de volar por los aires. Mazón y Vilaplana no estuvieron juntos desde la hora de comer hasta las 18.30 o 18.45, cuando cerró el restaurante, como ambos han sostenido en sus últimas declaraciones en sede judicial y en la comisión del Congreso. Lo estuvieron bastante más tiempo, según el último recibo del parking de ella, que indica que salió a las 19.47 del garaje. Y puede que estuvieran los dos todavía más tiempo, y ahí se abre una nueva vía que pulverizaría todo lo anterior. Según ha adelantado el diario Levante, citando a fuentes del Partido Popular, Vilaplana llevó en coche a Mazón cerca de las 20.00 hasta las inmediaciones del Palau de la Generalitat. Eso significaría que estuvieron juntos hasta unos minutos antes de que sonara la alerta lanzada a las 20.11, que no salvó a nadie. Una sobremesa de cinco horas que se produjo durante los peores momentos de una dana que se cobró la vida de 229 personas.

22 días después de que presentara su dimisión, sin mencionar la palabra dimisión, y 10 días después de que compareciera en el Congreso de los Diputados, Carlos Mazón ha insistido en que se dirigió al Palau de la Generalitat “andando” y ha asegurado que no le acercó Vilaplana con su coche a la sede del Gobierno valenciano. “Vuelvo a desmentir que estuviera ilocalizable, vuelvo a desmentir que estuviera en paradero desconocido. Vuelvo a desmentir que fui a mi casa, vuelvo a desmentir que me enseñaran ningún pantallazo” de las inundaciones en la comida, ha asegurado a su llegada a las puertas del Palau este miércoles, minutos antes del que se presume como su último pleno del Consell. Y ha intentado quitar importancia a la nueva información: “Un asunto que más parece de Sálvame que de otra cosa", ha criticado.

Mazón ha insistido en que su trayecto tras la comida consistió en recorrer andando “desde la puerta” del aparcamiento al Palau de la Generalitat, “entre otras cosas” porque “no tendría demasiado sentido” ir en coche a “una zona perimetrada donde el acceso está restringido solo para vehículos autorizados y donde lo más cerca se puede llegar es a la misma calle de la Paz, que es donde está el parking”. Mazón y Vilaplana se despidieron, no obstante, en la entrada del aparcamiento de la plaza de Tetuán, como testificó la comunicadora ante la jueza de la dana, y no en la salida de la calle de la Paz, como repite Mazón. Y lo hace porque siempre ha reiterado, también en la comisión de la dana del Congreso, donde está obligado a decir verdad, que de la calle Bonaire, donde se ubica el restaurante, fue a la calle de la Paz y de ahí a la plaza de la Reina, sin incluir nunca las dos o tres calles que debía haber atravesado para despedir a Vilaplana donde ella misma testificó.

Durante más de un año había una pregunta que se gritaba en las manifestaciones que se han sucedido en las calles de Valencia: “¿Dónde estuvo Mazón en las peores horas de la catástrofe?”. En estos meses y tras diferentes giros en el guion de uno y otro, las horas que aportó ella sobre el tiempo que pasó con el entonces president en una comida de trabajo (que no estaba en la agenda oficial del mandatario), apuntaban a que después de irse del restaurante El Ventorro ya bien entrada la tarde, se habían ido al parking donde ella tenía estacionado su coche, se quedaron hablando un rato más y ahí mismo se despidieron. Y, aunque nunca mencionó en el juzgado de Catarroja que instruye la gestión de la dana a qué hora se separó de él, ni tampoco aclaró a qué hora se fue, todo parecía apuntar, por lo que sí recordaba, que había sido no mucho después de las 18.45. Pero el recibo del parking ha demostrado que no fue así: estuvieron como mínimo 45 minutos más.

Vilaplana declaró en sede judicial una historia sobre lo que sucedió esa tarde muy distinta de la que dio un mes después de la tragedia a este periódico. Entonces, a través de una portavoz autorizada por ella, explicó que había salido de la comida alrededor de las 17.45. Y, tras ser preguntada esa misma fuente por este periódico, alega que “no se acordaba bien de las horas exactas”. A las 17.45 horas es todavía de día en Valencia a 29 de octubre y no lo es a las casi ocho de la tarde.

En una carta firmada por la periodista, poco antes de ser citada a declarar en el juzgado como testigo, rectificó esa hora y le agregó 60 minutos más a la sobremesa. Una versión que repitió en sede judicial el 3 de noviembre. El dueño del restaurante ratificaba después también la hora de salida de El Ventorro: antes de las 19 horas. Se acotaba entonces el tiempo de misterio sobre dónde había estado el president. Lo que ninguno de los dos aclaró, ni en sede judicial ni en la comisión del Congreso, es a qué hora se despidieron ni a qué hora se marcharon del lugar de los hechos, entendiéndose como el triángulo entre El Ventorro, el parking y el Palau de la Generalitat.

Quedaba entonces una hora en el limbo: desde las 19 horas —podía ser que un poco más, entre los 10 o 15 minutos que ella recuerda que pasó en lo que se despidió y sacó el coche—hasta las 20.00 a las que se le observó a Mazón llegando al Palau de la Generalitat. Una hora para un recorrido de 800 metros que, según la declaración del president en la comisión de la dana del Congreso, hizo a pie. Con el teléfono en la mochila. Y por eso no contestó una llamada de la jefa de Emergencias, Salomé Pradas, a las 19.10 horas, en un momento crítico de la catástrofe. Cuando en el Centro de Emergencias (Cecopi) ya se había planteado que había que enviar una alerta, según la declaración del presidente de la Diputación, Vicente Mompó, que llegó a exclamar: “Que la manden de una puta vez”.

Los dos, tanto Vilaplana como Mazón, siendo él responsable último de la gestión de la dana en su Comunidad y no ella, han mantenido oculta durante 13 meses una información clave sobre hasta qué momento se despidieron de la comida que no se interrumpió ni aunque él conociese a esas alturas lo que estaba sucediendo en los municipios del sur del Nuevo Turia. Pues el recibo del parking donde tenía aparcado el coche Vilaplana revela que como mínimo salió de allí a las 19.47. De manera que, si se tiene en cuenta su testimonio en sede judicial sobre que pasaron 10 o 15 minutos desde que se despidió y salió de allí, se tuvieron que despedir sobre las 19.30 horas.

Otro de los vértices de la historia lo ocupa el periodista de la televisión pública valenciana À Punt Xavier Carrau, expareja de Vilaplana y padre de sus dos hijos. Carrau ha enviado este miércoles un mensaje en su cuenta de X, tras develarse que Vilaplana pagó a las 19.47 el aparcamiento: “19:07 Compartimos en chat familiar este video. TODOS respondemos al minuto aterrorizados”. El vídeo muestra la dramática situación del barranco del Poyo y como la mortífera lengua de agua, barro y cañas derriba una pasarela. Vilaplana respondió, mientras estaba en compañía de Mazón. Este aún tardaría casi hora y media en llegar al Centro de Emergencias, donde se había convocado el Cecopi, y la periodista 40 minutos más en salir del parking. El martes, al trascender la hora del pago, Carrau escribió: “Como decía hace unos minutos, se abre un abismo de consecuencias imprevisibles”.

El president, después de 37 minutos de desconexión en los que no atendió ni hizo ninguna llamada de teléfono, descolgó su teléfono por fin a las 19.34. Era su secretario autonómico de Infraestructuras, Javier Sendra, alertándole de que el centro de mando del Metro había colapsado. El barranco del Poyo se había desbordado. Había estado incomunicado, al menos por llamadas, desde las 18.57 hasta esa hora. Mazón llegó poco antes de las 20.00 horas al Palau de la Generalitat y a las 20.28 entró a las instalaciones del Centro de Emergencias. La alerta se envió a las 20.11. A esa hora, habían muerto ahogadas y golpeadas por el lodo al menos 156 personas y 37 estaban en una situación crítica.

Este miércoles, Mazón ha repetido que no estaba pendiente de un minutaje que sigue ocultando qué hizo desde las 18.57 a las 19.34, cuando no atendió llamadas de teléfonos, mientras la gente se ahogaba a menos de cinco kilómetros del centro de Valencia, donde acababa de terminar una sobremesa de al menos cuatro horas con un epílogo-despedida de una hora más.

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