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Junts anticipó a Zapatero y al mediador en Suiza la ruptura al no fijar la siguiente cita

El partido de Puigdemont destaca que tras ese fracaso el diplomático salvadoreño no pidió un nuevo gesto de confianza

Javier Casqueiro

En Junts están muy interesados en que cale su recado de que el Gobierno central estaba avisado de sus intenciones de romper este otoño el pacto de investidura antes de que se comunicara oficial y públicamente. “Lo sabían y se les dejó muy claro”, reafirman fuentes de la dirección de la formación catalana. En la última reunión entre los enviados del Gobierno, del PSOE y la cúpula de Junts en Suiza, el pasado 13 de octubre, en presencia de Carles Puigdemont y tras constatar el fracaso de la reunión número 19, se especificó: “Esto está roto, se ha agotado”. Fue la primera vez que no se fijó una siguiente cita. Y el mediador, el diplomático salvadoreño Francisco Galindo, ni pidió en esta ocasión un nuevo gesto o plazo de confianza.

Los avisos de que la relación iba mal entre el Gobierno y uno de los socios clave de la investidura de Sánchez, en realidad y según Junts, llevaban produciéndose desde hace casi un año y medio, cuando se tumbó la senda de estabilidad y los objetivos del déficit previo al proyecto de Presupuestos para 2025. En febrero de ese mismo año, tras otra tanda de toques de atención con intervenciones de Puigdemont y votaciones inesperadas de Junts en el Congreso, el líder catalán anunció incluso la presentación de una moción de confianza.

Las dos delegaciones negociadoras se volvieron a convocar en ese ambiente en Ginebra, con la participación de nuevo del mediador y su equipo, y acordaron darse otra oportunidad. No fue sencillo. Junts resalta que Puigdemont aceptó entonces retirar aquella proposición de ley ya registrada porque lo pidió Francisco Galindo como un gesto de confianza. El diplomático regresó a su país y desde Colombia emitió un inusual comunicado el 23 de febrero en catalán y castellano: “Una ruptura del espacio significaría un retroceso difícil de superar que frenaría estos avances, que mi función de verificador me impide revelar”.

Ya en aquel el texto el mediador Galindo reconocía que no se estaban materializado algunos puntos del acuerdo político entre ambas formaciones, como argumenta Junts ahora para sustentar las razones de la separación, pero también aseguraba que sí se habían producido “esfuerzos mutuos para avances significativos”.

Unos meses más tarde, el 9 de julio del verano pasado, Junts volvió a la carga con otra advertencia. En un pleno monográfico en el Congreso sobre el plan de medidas contra la corrupción, tras el estallido de las revelaciones sobre la implicación de Santos Cerdán en el caso Koldo, Miriam Nogueras repitió sin cesar que Junts no formaba parte de ningún bloque, que su único bando es Cataluña, que a su país no le llegaba el dinero que le tenía que llegar y que no había venido a trabajar a Madrid “ni para tomar cañas, hacer amigos o caerles bien”. Y lanzó: “Usted está en prórroga y las prórrogas no duran toda una legislatura”. En medio del verano, Puigdemont anticipó que en este otoño pasarían cosas.

En esos intervalos, las reuniones en Ginebra seguían sucediéndose, casi mensualmente y en las mismas los componentes de Junts dejaban constancia periódicamente de su malestar. Tras el verano y después de derrotar en el Congreso el intento de reducción de la jornada laboral de la vicepresidenta Yolanda Díaz, la portavoz de Junts en el Parlamento catalán, Mònica Sales, reiteró: “O acaba el doble discurso socialista en Madrid y Barcelona, o se acaba la relación”.

El miércoles 22 de octubre, Nogueras, en una pregunta de control al presidente, amenazó con la hora del cambio y a continuación Puigdemont llamó a consultas a su equipo de confianza a Bruselas y ejecutaron la ruptura.

No se relacionó inmediatamente esa decisión con el mal resultado de la reunión del 13 de octubre en Ginebra entre la cúpula de Junts, conformada por Carles Puigdemont, Jordi Turull y Nogueras, con el expresidente Zapatero, un dirigente del PSOE actual y la delegación mediadora. El encuentro no allanó la crisis sino que la sentenció.

Fue la primera vez en la que al acabar una reunión de este calado no se fijó la fecha de la siguiente cita, destacan en Junts, algo que había sucedido en las 18 anteriores. Las mismas fuentes valoran que tras ese fracaso, el negociador, el diplomático Francisco Galindo, no les haya pedido en esta ocasión ningún plazo ni gesto de confianza como formuló en febrero pasado para reconducir la situación. En Junts certifican que ya no habrá más subidas a Suiza y preservan, eso sí, la labor realizada con discreción en estos años por el expresidente Zapatero. Descartan negociar los Presupuestos para 2025 ni entablar conversaciones para ninguna ley relevante nueva.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.
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