Juan Carlos I: “La instrucción de Felipe como Rey comenzó la noche del 23-F”
En unos nuevos extractos de sus memorias, el emérito habla del intento de golpe de Estado, de su relación con Corinna y del papel de Felipe VI y de la princesa Leonor


—Papá, ¿qué está pasando?
—He lanzado una moneda al aire. La Corona está en el aire. ¡No sé de qué lado caerá!
Lo anterior es un extracto de la conversación que el entonces príncipe de Asturias, que tan solo tenía 13 años, y su padre, el rey Juan Carlos I, mantuvieron durante la noche del golpe de Estado del 23 de febrero de 1981.
En unos párrafos de Reconciliación, como se titulan las memorias del emérito escritas junto a la escritora gala Laurence Debray, que la editorial francesa Stock, que publica el libro este miércoles, ha compartido con medios como EL PAÍS, el emérito recuerda la importancia de aquel día en el que la democracia se tambaleó en España: “Pedí [al entonces jefe de la Casa, Nicolás Cotoner y Cotoner] que hiciera venir a mi hijo Felipe. Su instrucción como Rey comenzó ese día. Me parecía fundamental que viviera esos momentos de tensión a mi lado y no solo que se los contara años después”, revela el emérito en sus memorias.
En la obra, de algo más de 500 páginas, Juan Carlos I repasa los capítulos más relevantes no solo de la historia reciente de España, sino también de su vida privada. Episodios que hicieron peligrar la continuidad de la institución y por los que, según ha confesado él mismo, tomó la decisión de abdicar y autoexiliarse del país. Un país del que fue jefe del Estado durante casi cuatro décadas y que ahora celebra 50 años de monarquía parlamentaria con su evidente ausencia.
El emérito reconoce el “error” de haber mantenido una relación sentimental con Corinna Larssen y dice lamentarlo “amargamente”. “Puede parecer banal: muchos hombres y mujeres han estado cegados hasta el punto de no ver la evidencia”, se escuda el padre de Felipe VI. “Para mí tuvo un impacto nocivo en mi reinado y en mi vida familiar”, ambos considerados aspectos “esenciales” en su existencia, según escribe en sus memorias, que se publican este miércoles en Francia y el 3 de diciembre en España, justo después de los fastos —aunque de bajo perfil— por el 50º aniversario de la monarquía parlamentaria en España a los que el emérito no ha sido invitado.
Pese al reconocimiento de su error, que califica como la “debilidad de un hombre”, y a que junto a Corinna se vio enfrascado en varios procesos judiciales por tener millones sin declarar en el extranjero, asegura Juan Carlos de Borbón que esa relación no interfirió “nunca” en sus preocupaciones como Rey.
El escándalo sentimental de Corinna, sumado a los judiciales y financieros, obligaron al emérito a abdicar en su hijo Felipe, que estaba “más que preparado”, asevera Juan Carlos en sus memorias. “Durante mucho tiempo presumí de tener al príncipe heredero mejor preparado de Europa (...). No quería que se marchitara esperando su momento”, confiesa. Y así llegó la abdicación el 2 de junio de 2014 y la posterior proclamación de Felipe VI como Rey el 19 de ese mismo mes en cuyo solemne discurso ya avanzó cambios y la voluntad de implantar una monarquía renovada “para un tiempo nuevo”.
En un tono nostálgico, Juan Carlos I recuerda también cómo vivió la relación con el dictador Francisco Franco: “Insistió ante mi padre [don Juan] para que me educaran en las tres academias militares españolas: de tierra, de mar y de aire. (...) Eso implicaba que Franco tenía planes para mí”. En la noche de su muerte, el 20-N, el Rey recuerda que estaba viendo la televisión con su esposa Sofía —Sofi, como se refiere a ella—, pero que se marchó a dormir por la larga “agonía” que estaba sufriendo el dictador en vez de quedarse a rezar, como sugirió la Reina. “España contuvo la respiración durante días. Estoy convencido de que ni siquiera sus mayores enemigos le desearon una agonía semejante”, opina.
Y, pese a que reconoce la labor de Felipe VI como Rey durante estos 11 años, Juan Carlos dice estar dolido con él como hijo. Cuando tomó la decisión de marcharse a Abu Dabi le invadió un sentimiento de “abandono”, según otros extractos publicados la semana pasada por medios franceses. En los párrafos filtrados este lunes, el padre de Felipe VI, sin embargo, intenta enterrar el hacha de guerra y promete hacer “todo lo posible” para que su hijo “tenga éxito al frente de la institución”. Y cierra con palabras amables para la princesa Leonor, su nieta, de la que dice que está “extremadamente preparada” para dar continuidad a la Corona y asumir las funciones de la jefatura del Estado.
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