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Feijóo insiste en la corrupción, Sánchez en el desorden del PP y Junts avisa de que ha llegado “la hora del cambio”

El PP tacha de “asco” que la portavoz de Bildu denuncie en el Congreso la falta de medidas contra el fascismo

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, durante la sesión de control al Ejecutivo este miércoles en el Congreso.Foto: EFE
Javier Casqueiro

El guion era previsible, los principales oradores del PP y del PSOE lo siguieron a rajatabla y se enzarzaron de nuevo en la sesión de control al Gobierno en el Congreso sobre denuncias de casos de corrupción en el entorno del presidente Pedro Sánchez o sobre la mala gestión de gobiernos y cargos populares en varias autonomías. El pleno podría haberse intercambiado por cualquier otro de los últimos tiempos, y en esas se levantó la portavoz de Junts en la Cámara, Miriam Nogueras, y lanzó uno de esos avisos que suenan a órdagos desde sus filas: “Menos cambio de horario y más hora del cambio”. No fue nada improvisado. Al final hasta apareció otra vez ETA y sus señalamientos, y la portavoz del PP tachó de “asco” que la representante de Bildu pudiera preguntar en el Parlamento por la impunidad con la que se manejan ahora muchos fascistas y nazis por las calles de España.

Feijóo hace ya algunas semanas que amaga con querer preguntar por otros asuntos ajenos al magma de la corrupción, como las “crujidas de impuestos” o las rectificaciones sobre las tasas a los autónomos en este caso, pero es un espejismo que le delata muy pronto. La pregunta de este miércoles era en teoría sobre si Sánchez ha renunciado ya a gobernar, aunque luego la adornó de otros aderezos en los que combinó la corrupción generalizada con las subidas de impuestos y la presión sobre los autónomos, pero para llegar a la meta de una interpelación final en la que exigió a Sánchez, “en nombre de millones españoles que son honrados”, que respondiese con un “sí o no” sobre si el PSOE se financió ilegalmente desde que es secretario general del partido. “No, no”, respondió sintético el líder socialista.

El presidente del PP hasta utilizó el lapsus de la vicepresidenta segunda, Yolanda Díaz, el día anterior en la sesión de control del Senado, donde llegó a advertir que aún había “Gobierno de corrupción para rato”. Feijóo rescató la equivocación de Díaz para poner en cuestión que la economía española vaya tan bien como presume el Gobierno y como reflejan todo tipo de organismos e instituciones multilaterales internacionales. El líder popular le reprochó ahí que el 90% de los hogares hayan perdido poder adquisitivo; que subieran un 40% los alimentos y un 38% el precio de la vivienda y que el Ejecutivo haya aplicado en estos años “casi 100 subidas de impuestos”.

A Feijóo y su PP no le cuadran esos ingresos récord con el nivel de la deuda pública y la calidad actual de los servicios públicos. Y en ese maremágnum los autónomos son solo “cajeros automáticos” y los “electricistas, fontaneros y panaderos que se levantan a las cinco de la mañana pagan un 40% más de impuestos” mientras el Gobierno de Sánchez disfruta de 1.000 asesores y el propio presidente le reafirmó varias veces que confiaba en la honradez de Santos Cerdán, su último secretario de Organización en el PSOE, que ahora está en prisión preventiva en Soto del Real.

Sánchez no obvió la alusión de Feijóo al lapsus de Yolanda Díaz y le recordó varios de los múltiples en los que ha incurrido en algunas comparecencias el propio líder popular, como cuando ubicó Huelva en el Mediterráneo o se equivocó en la fecha en la que George Orwell publicó 1984. Sánchez insinuó ahí que podría haber sido también un problema de incultura. Luego se refugió de nuevo en los datos de las inversiones, proyectos, reformas y medidas que ha adoptado su Gobierno en esta etapa, tomando como ejemplo la partida de 500 millones de euros habilitada el martes en el Consejo de Ministros para las dotaciones a los enfermos de ELA tras un año de aprobación de la ley, para acabar espetando a Feijóo que haya “renunciado a hacer una oposición útil” y que no sea capaz de poner orden en su partido.

El Gobierno, desde el presidente a la vicepresidenta primera, María Jesús Montero, y otros ministros, recupera ante cualquier pregunta sobre su labor “el manual” de las carencias y errores en la gestión de presidentes autonómicos y consejeros del PP y ahí entran desde los nueve millones de euros para las víctimas de la dana que el popular Carlos Mazón no ha gastado aún o la responsabilidad del andaluz Juan Manuel Moreno en la crisis de los cribados del cáncer de mama en la Junta de Andalucía. Sánchez culminó su contraataque con una de las líneas argumentales más en boga ahora en el PSOE y que consiste en subrayar que Feijóo, por esta deriva, acabará “por renunciar a ser jefe de la oposición y cederá sus escaños a Abascal”, en referencia al presidente de Vox. Varios ministros incidieron luego en la amenaza de sorpasso de Vox al PP.

Mientras Sánchez y Feijóo se enfrascaban en digerir cómo les había salido otra vez ese tipo de duelo dialéctico se levantó de su escaño la portavoz de Junts, Miriam Nogueras, y apuntó directa contra el presidente del Gobierno. Avisó de que iba a ser muy clara y le espetó a Sánchez que ya no le vale parapetarse tras la bandera palestina o ahora detrás de la propuesta lanzada a la Comisión Europea para unificar el horario en toda la unión. A continuación relató un panorama de Cataluña con autónomos perseguidos y ahogados fiscalmente, familias y jóvenes sin perspectivas de disfrutar de un hogar, casas okupadas, calles inseguras por la multirreincidencia en los delitos, servicios públicos de Renfe que no funcionan, carencias básicas en la educación, sanidad y el desempleo, mientras el Gobierno de Sánchez “paga fiestas y prostitución” y “rescates de estrellitas de la flotilla”.

Nogueras se reservó para el final la coletilla que más llamó la atención de la sesión y que ya tenía redactada porque según la enunció sus servicios de prensa la enviaron en una nota: “La gente está harta, hasta las narices de todo. A usted ya no le sirve envolverse con la bandera Palestina y ahora lo hace con la del cambio horario, y no se habla de lo que realmente hace perder el sueño a muchas personas. Quizás debería hablarse menos de cambio de horario y más de la hora del cambio”.

Las cosas no van bien entre el Gobierno y Junts, cuando en teoría, según la vicepresidenta Montero, quedan pocos días para presentar la senda de gasto que debería dar paso a la tramitación del proyecto de Presupuestos Generales del Estado. La formación catalana que preside Carles Puigdemont lleva un tiempo alertando de que muchos de sus compromisos de traspasos para Cataluña siguen en un cajón, aparcados. Fuentes de Junts remacharon tras la intervención de Nogueras: “Somos los más previsibles del hemiciclo, si no se cumplen los acuerdos dejaremos de garantizar la estabilidad del Gobierno. Lo que hemos dicho hoy no se había dicho antes. Nunca hemos hablado de necesidad de cambio”.

El debate se calentó al final, al margen de las recurrentes referencias a prostitución, orgías, sobres, mentiras o bulos, con una pregunta de la portavoz de EH Bildu, Mertxe Aizpurua, sobre la impunidad con la que se manejan por muchas calles grupos de fascistas, franquistas o nazis ante la inoperancia o permisividad de los distintos operativos y fuerzas policiales. Sánchez negó no estar haciendo nada, se blandió de la ley de memoria democrática y anunció que este miércoles el Boletín Oficial del Estado (BOE) publicará antes de que acabe noviembre el catálogo de elementos y de símbolos franquistas “para que sean retirados de una vez por todas” de las calles. El PP entró en ebullición tras escuchar a Aizpurua y su portavoz, Ester Muñoz, mostró su “asco” ante ese discurso de una persona a la que se acusa de señalar periodistas para ETA cuando fue directora del diario Gara.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.
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