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Níjar exporta su modelo de acogida a migrantes de asentamientos chabolistas

El Gobierno replicará en otros territorios el modelo privado impulsado por el Servicio Jesuita para Migrantes y la plataforma TuTechô para acoger a personas en situación de vulnerabilidad extrema

La ministra de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, Elma Saiz, durante su visita a las viviendas de tuTECHÔ en la pedanía de San Isidro, en Níjar (Almería).
Nacho Sánchez

Malagan Cissé y Bella Ainta, senegaleses, pasaron de vivir en un asentamiento chabolista a una vivienda en San Isidro, en Níjar (Almería, 31.816 habitantes). Cambiaron pequeños cuartuchos levantados con palés y plásticos sin agua ni luz por un piso compartido con otros migrantes gracias al trabajo del Servicio Jesuita para Migrantes (SJM) almeriense, que gestiona hasta 12 inmuebles en la localidad. Todos son propiedad de TuTechô, una Sociedad Anónima Cotizada de Inversión Inmobiliaria (socimi) de carácter social, que se los alquila a bajo precio. Por ellos han pasado en el primer año 88 personas para asentar su vida y logar su independencia. Su buen funcionamiento y resultados ha hecho que el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones quiera exportar este modelo: impulsará la compra de hasta 30 nuevos inmuebles repartidos por el territorio español para acoger a personas en situación de vulnerabilidad extrema en régimen de alquiler.

La propia ministra del ramo, Elma Saiz, ha visitado este jueves las instalaciones de los jesuitas en el municipio de Níjar, donde unas 3.000 personas migrantes, mano de obra de los invernaderos de la zona, residen en campamentos chabolistas. Precisamente de estos espacios proceden las personas que se alojan en estas viviendas desde verano de 2024, cuando el personal del SJM, cansado de ver cómo las administraciones —Ayuntamiento, Junta de Andalucía y Gobierno central— demoraban una solución al problema, decidieron dar un paso adelante. Lo hicieron con socios privados: TuTechô se comprometió a adquirir varios inmuebles que había disponibles en la localidad y ellos pagarían un alquiler razonable para poder facilitar una vivienda digna y temporal a los migrantes, quienes se comprometen a pagar su parte de renta mensual. “Era un proyecto complejo, un reto. Pero estamos locos y dijimos que sí”, relataba entonces María Ruiz-Clavijo, educadora de la organización jesuita, que ahora celebra cómo se ha desarrollado la iniciativa. “Hemos roto una barrera porque se ha visto que es posible: las alianzas entre el mundo empresarial y el tercer sector dan buenos resultados”, señala quien advierte que no se trata solo de alquilar casas. “Conlleva un proceso de intervención y acompañamiento integral para los inquilinos”, insiste para luego recordar que aún hay “miles de personas” malviviendo en chabolas escondidas entre invernaderos.

En su primer año de funcionamiento han pasado 88 personas por estos 12 pisos, sobre todo personas jóvenes —la mitad tiene entre 19 y 29 años— y familias completas, procedentes de Senegal, Gambia, Mali y Marruecos. Muchas llegaron desde el asentamiento El Cañaveral, el primero en el municipio que se desalojó con una alternativa para sus pobladores. Otros 15 migrantes lo han hecho por el Centro Arrupe, también propiedad de TuTechô y que cuenta con 15 plazas y espacios comunitarios donde los residentes comparten su día a día con voluntarios y personal del SJM. En los últimos dos años la socimi ha comprado igualmente otra decena de pisos en otros puntos del término municipal nijareño que gestionan organizaciones como Cáritas o las Hermanas Mercedarias de la Caridad. Almería no es el único lugar donde esta fórmula funciona: TuTechô cuenta ya con 410 inmuebles en 20 provincias, concentrados sobre todo en Madrid, Barcelona y Sevilla.

Para la ministra, este es “un modelo que ya es exitoso en muchas partes del país, pero era importante visitarlo en Níjar, donde este problema está muy agudizado”, ha explicado. “Hemos venido aquí a comprobar cómo funciona y el resultado nos parece muy positivo”, ha subrayado. “Estamos convencidos de que esta iniciativa que visitamos hoy puede exportarse a otros territorios y en este viaje me he comprometido a escalarla y a seguir en contacto para impulsarla aún más si cabe”, ha dicho Saiz, que ha afirmado que el Gobierno realizará una inversión de cinco millones de euros en TuTechô —en la que participan empresas como Cosentino, Tinsa o Idealista— que permitirá a la socimi adquirir 30 nuevos inmuebles para destinarlos a alquiler para personas en situación de extrema vulnerabilidad, con rentas que estarán un 30% por debajo del mercado. El objetivo de este crédito es “impulsar el acceso a una vivienda digna y contribuir a erradicar el sinhogarismo y la exclusión residencial”, ha insistido la ministra, que en su viaje a Almería no ha visitado los asentamientos de la zona. Eso sí, ha recalcado que esta será la primera operación de la línea de vivienda del Fondo de Impacto Social (FIS) —fon de de inversión gestionado por COFIDES y adscrito al Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones que operan en proyectos con impacto social— que tiene previsto destinar hasta 40 millones a vivienda.

Aunque no se han especificado los lugares concretos de la treintena de nuevas viviendas, estás se ubicarán en “los territorios donde exista mayor necesidad social”, según fuentes del ministerio, que apuntan a la idea de que sean zonas rurales en situación de despoblación. Sus inquilinos serán personas víctimas de trata, familias en situación de calle, solicitantes de protección internacional, personas que precisan acompañamiento en su enfermedad y en situación de vulnerabilidad o familias en transición a la España rural, entre otros perfiles.

El eterno retraso en las viviendas de Los Grillos

En el lado opuesto a los pisos impulsados por TuTechô y gestionados por el Servicio Jesuita para Migrantes, se encuentran las 62 viviendas que el Ayuntamiento de Níjar prometió hace más de dos años en la barriada de Los Grillos. Fueron financiadas por la Junta de Andalucía y ambas administraciones prometieron su apertura en distintas ocasiones desde que se produjo el desalojo del asentamiento conocido como Walili, en enero de 2023. Estos pisos, con 180 plazas, se preveían abrir en aquel verano, pero aunque están listas y equipadas desde finales de aquel año, todavía no están funcionando por trámites administrativos y porque no se sabe todavía su modelo de gestión ni quién lo hará. Fuentes municipales han asegurado en varias ocasiones que abrirán “de manera inminente”, pero aún siguen cerradas. Mientras, el Consistorio ha adjudicado la construcción de 24 casas más, también para alojar temporeros y con 48 plazas, por un millón de euros y un plazo estimado de ocho meses, como parte de su plan de erradicación de asentamientos chabolistas.

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Sobre la firma

Nacho Sánchez
Colaborador de EL PAÍS en Málaga desde octubre de 2018. Antes trabajé en otros medios como el diario 'Málaga Hoy'. Soy licenciado en Periodismo por la Universidad de Málaga.
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