El incendio de Pena Trevinca que la Xunta no veía ya ha arrasado 5.000 hectáreas
El Gobierno de Rueda tardó tres días en informar del fuego en una de las joyas ambientales de Galicia. Cuando lo admitió, ya iban 2.000 hectáreas


Pena Trevinca, la más alta cumbre de Galicia, paraíso de observadores de estrellas y refugio de águilas, buitres y aguiluchos cenizos, lleva 12 días en llamas sin que la Xunta le preste atención. Vecinos, agentes ambientales y ecologistas alertaron ya el día 16 de la entrada en este paraje de un fuego procedente de Porto (Zamora), pero el Gobierno de Alfonso Rueda no incluyó el incendio en sus partes oficiales hasta el 19 y lo hizo a última hora. Aquella tarde-noche, la Consellería de Medio Rural deslizó que la superficie calcinada en estos montes gallegos superaba “las 20 hectáreas (pendiente de nuevas mediciones)”. Solo 24 horas después, este departamento autonómico reconocía que ya habían sido devastadas 2.000 hectáreas en Trevinca. Hoy admite que van más de 5.000.
El fuego tocó la frontera invisible de Trevinca con Zamora el día 15. “No entendemos la descoordinación. Si está ardiendo la casa del vecino, por lo menos vigilas la tuya”, critica Juanjo Lorenzo, ingeniero forestal y guía de montaña residente en la zona de esta sierra que pertenece al municipio de A Veiga (Ourense). Él alertó en sus redes sociales de las llamas que se acercaban desde Castilla y León devorando una vegetación muy seca y con un viento que las empujaba hacia Galicia. El día 16, afirma, entraron en la parte gallega.
Esa tarde Lorenzo lo vio con sus propios ojos y avisó a las autoridades. “Hay otras prioridades”, le respondieron en una jornada donde los focos en Ourense se habían multiplicado. “Yo entiendo que las haya, había muchos fuegos”, señala, “pero creo que hubo dejadez y descoordinación”. Dice que sabe de “algún responsable de incendios que solicitó medios que no mandaron porque la Xunta no había asignado un número a este fuego”. El Gobierno gallego, efectivamente, ni siquiera incluía entonces a Pena Trevinca en sus partes. No lo hizo hasta el día 19 y asegurando que el foco había comenzado el día anterior.
Los vecinos han tenido que salir a combatir las llamas por sus propios medios. Los efectivos de extinción fueron llegando a cuentagotas, relatan. Todo ello pese a que el valor ambiental del macizo de Trevinca es “excepcional”. El 70% de las parejas de águila real, una especie amenazada, nidifican en esta sierra. El fuego ha arrasado la laguna glaciar de A Serpe, una de las más importantes de estas montañas esculpidas por las glaciaciones. También ha dañado el Teixadal de Casaio, el bosque más antiguo de Galicia. No ha acabado con él porque es “un bosque de frondosas y aguantó”, celebra Lorenzo. El destrozo en los montes de Trevinca, incide, incluye no solo la desaparición de un paisaje sino toda una red ecosistémica que va de la polinización a la depuración de aguas. La Consellería de Medio Ambiente esgrime sobre el fuego de Trevinca que la “prioridad” de la Xunta en situación 2 de emergencia son las “personas y sus bienes cuando están en peligro” y que “actualmente está trabajando con todos los medios disponibles” para controlarlo. Luego, añade, se abordarán “las necesidades de restauración”.
Las cumbres de Trevinca arrasadas por esta ola de incendios, al igual que el Macizo Central ourensano, son áreas protegidas por la Red Natura, pero no han sido declaradas parque natural pese a las demandas de científicos y ecologistas. En el caso de Trevinca es chocante que la parte de Castilla y León sí lo sea ―el Parque Natural Lago de Sanabria y sierras Segundera y de Porto―, como si la naturaleza entendiera de fronteras autonómicas. Este déficit de protección se explica porque Galicia está a la cabeza de España en menor porcentaje de territorio preservado dentro de la Red Natura (11,8%). Y es así pese a que la Comisión Europea demanda a la Xunta sin éxito desde hace tiempo que ampare más parajes con esta figura que impediría la instalación de parques eólicos o la apertura de minas.
Copernicus enmienda los datos de la Xunta
Los grandes saltos de hectáreas en las cifras oficiales de la Xunta se han sucedido durante esta crisis. Los datos del Gobierno gallego se quedan muy cortos con respecto a los del EFFIS-Copernicus, el sistema europeo de información de incendios forestales, que estima en 137.000 las hectáreas quemadas en Galicia estos días frente a las 94.000 que admiten las autoridades autonómicas. Esta herramienta comunitaria es de una fiabilidad incuestionable, subraya el agente forestal Xosé Santos, miembro del Consello Forestal de Galicia, órgano asesor del Ejecutivo de Rueda. “Cuestionar o no tener en consideración los datos de este sistema europeo de vigilancia y monitorización es propio de terraplanistas o de negacionistas integrales”, sostiene Santos.
Este programa de la Comisión Europea cifra, por ejemplo, en más de 43.000 hectáreas el incendio gallego más grave, el de Larouco, unas 13.000 más que las que publica la Xunta. Según Copernicus, la superficie devastada por el incendio de Oímbra, el tercero más grave de esta ola y que ha afectado a nueve municipios (Oímbra, Xinzo de Limia, Monterrei, Cualedro, Verín, Laza, Trasmiras, Castrelo do Val y Baltar), supera en más de 7.000 hectáreas la cifra divulgada este miércoles por la Consellería de Medio Rural: más de 24.000 hectáreas frente a 17.000.
Santos acusa al Gobierno gallego de “incumplir con la obligación que tienen las administraciones públicas de informar con rigor y veracidad” al “no facilitar o manipular los datos reales de la superficie calcinada” y “de las pérdidas económicas, ecológicas y sociales” que ha provocado esta ola de incendios.
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