Con 16 años y a bordo de un patinete: detienen a un menor sueco que viajó a Málaga para cometer un asesinato
La Policía Nacional ha detenido a su compinche de 19 años y a las cuatro personas que les dieron soporte logístico en la Costa del Sol, aunque éstas han quedado en libertad


Tienen 16 y 19 años y sus primeros días en la Costa del Sol fueron como las de muchos otros jóvenes que llegan de vacaciones en verano. Aterrizaron en Málaga desde Göteborg (Suecia) el 28 de junio y alquilaron un apartamento en Fuengirola. Daban paseos junto a la playa, se subían a algún Uber para desplazarse a restaurantes y nada se salía de la norma. El 1 de julio, sin embargo, recibieron visita. Alguien les entregó un patinete y una caja. Esa misma noche ambos se subieron al vehículo encapuchados, con pasamontañas, mascarilla y ropa oscura con mangas largas. “Estos van a matar a alguien”, pensaron los policías que les seguían desde su llegada. Los arrestaron y al registrar el piso que alquilaron encontraron dos pistolas listas para disparar. Después detuvieron a otros cuatro hombres en Marbella, también suecos, que les habían facilitado la vivienda, el vehículo y las armas de fuego. Según fuentes judiciales, los dos chavales están ya encerrados, pero los demás han quedado en libertad.
La detención de un sicario menor de edad es una excepción, pero no una novedad en la Costa del Sol. Ya ocurrió en primavera de 2024, cuando un joven de 17 años se trasladó también desde Suecia y pasó cuatro días merodeando —también en patinete— los alrededores de una urbanización para planear el asesinato de un miembro de una banda motera. Los propios policías se sorprendieron de los “altos niveles de violencia” que mostraban a edades tan cortas y este verano Europol ha alertado de la existencia de redes que reclutan a adolescentes en los países nórdicos para cometer asesinatos selectivos en otros lugares. “Es una tendencia creciente en toda Europa”, alertaban desde la agencia policial. “Adolescentes pagados para apretar el gatillo: así es como luce el crimen organizado en 2025”, sostenía entonces Andy Kraag, director del Centro Europeo de Crimen Grave y Organizado de Europol, organización que señala la existencia de distintos roles que funcionan a modo de cadena de montaje de la violencia.
En esta ocasión la inteligencia partió desde las autoridades suecas el 29 de junio. Informaban a la Policía Nacional sobre dos personas, una de ellas un menor, que se habían desplazado a Málaga para realizar un trabajo por el que iban a cobrar mucho dinero. Nadie sabía cuál era exactamente su labor, pero los indicios y los antecedentes indicaban que tenían toda la pinta de sicarios. Por eso, en cuanto los investigadores les localizaron, establecieron un dispositivo de vigilancia durante las 24 horas del día para seguir sus pasos. “En los primeros días iban vestidos con prendas de verano, de manga corta, y no hicieron nada raro”, cuenta uno de los agentes que ha participado en la investigación. Hasta que el día 1 vieron llegar hasta el lugar donde se alojaban los sospechosos un Volkswagen Golf. El menor bajó a la puerta del bloque a recibirles y recibió una caja y un patinete que habían sacado del maletero. “Ahí es cuando confirmamos que iban a matar a alguien, porque es la forma habitual que utilizan en Suecia para huir tras un asesinato”, señala el mismo agente. “Un niño de estos mata a una persona por 20.000 euros fácilmente”, añade.

Aquella noche, sobre las 11.30, los dos jóvenes salieron de su apartamento con el patinete. Vestían ropa oscura: pantalones de deporte y sudadera de manga larga con capucha, que llevaban puesta junto a un pasamontañas y una mascarilla para evitar cualquier tipo de reconocimiento. Se dirigieron hacia el paseo marítimo de Fuengirola y las alarmas se dispararon: no hacía ni un mes que otro encapuchado había asesinado a dos hombres en el pub irlandés Monaghan’s en la misma zona. Los policías decidieron actuar antes de que los sospechosos sacaran una pistola. Los arrestaron y no llevaban nada encima, pero cuando al día siguiente los agentes recibieron autorización judicial para registrar el piso que habían alquilado los dos chavales, encontraron dos armas de fuego cargadas y con el número de serie borrado: una de nueve milímetros y una Tokarev de 7,62 milímetros. Era lo que, creen los investigadores, iba dentro de la caja que habían recibido los sicarios la mañana anterior. El chico de 16 años fue puesto a disposición de la Fiscalía de Menores, que decretó su ingreso en un centro de menores en régimen cerrado. El mayor, de apenas 19 años, ha sido enviado a prisión por la autoridad judicial.
Captación en redes sociales
La operación, denominada Hitman y desarrollada en colaboración con la policía sueca, continuó con el objetivo de localizar y arrestar a las personas que les habían facilitado las armas, el patinete y la vivienda. Eran personas que, además, se dedicaban presuntamente al tráfico de cocaína y marihuana, motivos por los que estaban siendo investigados desde el mes de abril. Residían en Marbella, desde donde utilizaban plataformas encriptadas y redes sociales para ofrecer una remuneración económica a cambio de cometer un asesinato. Tras dar con ellos, fueron detenidos como presuntos responsables de los delitos de conspiración para el asesinato, tenencia ilícita de armas y pertenencia a organización criminal.
En su vivienda se encontró una pistola Glock, guantes, pasamontañas, mascarillas, una bicicleta, otro patinete eléctrico, 15 teléfonos móviles y 16 tarjetas SIM, además de material informático y anotaciones a mano. También se halló una pista clave: una cinta adhesiva con coloración militar que era exactamente igual que las que envolvían las cachas —el mango— de las pistolas halladas en Fuengirola. “Creemos que son claramente ellos los que facilitan todo. No sabemos si también les encargan un asesinato, pero al menos sí que les dan soporte y eso también presupone que están en un escalón superior de la organización”, añaden desde la Policía Nacional. Fuentes jurídicas han explicado que los cuatro arrestados han quedado libres, para enfado de los investigadores. A finales de la pasada primavera, otros tres hombres arrestados por transportar 400 kilos de hachís tras una larga investigación fueron puestos igualmente en libertad por un error judicial.
Menores en el crimen organizado
El pasado 19 de junio Europol informó de la detención de siete personas de entre 14 y 26 años que habían sido reclutadas en Suecia y Marruecos para cometer asesinatos en Dinamarca o que se encargaban de participar activamente en fichar a adolescentes para ejercer de sicarios. “Las redes criminales explotan las redes sociales para publicar ofertas de asesinatos por encargo, un modus operandi conocido como ‘violencia como servicio’ que coloca cada vez más a menores en el centro del crimen organizado transfronterizo”, subrayaban desde la agencia policial. “Pero nuestras investigaciones muestran que la realidad es mucho menos lucrativa de lo que se promete, y las consecuencias pueden ser graves”, señalaba Torben Svarrer, Inspector Jefe de Policía en la Unidad Nacional de Crimen Especial de Dinamarca.
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