Los peores augurios de los bomberos se cumplieron con Nacho Rumbao, el refuerzo de Soria que murió ayudando en León
Los compañeros del hombre fallecido en Espinoso de Compludo lamentan las condiciones en las que trabajan para luchar contra el fuego


Nacho Rumbao, de 57 años, murió en acto de servicio este domingo por la noche en Espinoso de Compludo (León) en la lucha contra los incendios que están arrasando Castilla y León. El bombero conducía una autobomba, la Charlie C-3.7, que volcó en un complejo camino de la sierra berciana. Su compañero, Álex, de 30 años, sufrió daños en una vértebra, pero su evolución es favorable.
Rumbao había llegado el día anterior desde Soria al dispositivo que lucha contra el fuego de Yeres, que tras consumir Las Médulas se ha unido con el de Llamas de la Cabrera. Su muerte es la primera entre los bomberos en lo que va de esta ola de incendios, la cuarta en total, y se une a otro brigadista que murió en Ávila hace unas semanas. El sector insiste en el agotamiento físico y mental de los compañeros, que se vuelcan incluso en sus días y horas libres.
La noticia de la muerte de Rumbao no ha sorprendido entre sus compañeros. Un bombero de las Brigadas de refuerzo de incendios forestales (BRIF) del Ministerio de Transición Ecológica aseguraba el jueves que la gente está “al límite” de sus fuerzas. “Si se lía lo que se espera en Zamora, más lo de Picos de Europa y lo que seguimos teniendo en León, va a colapsar el dispositivo de la Junta totalmente. La gente está al límite de fuerzas y podría ocurrir algún incidente grave de verdad. Hay cuadrillas de tierra sin apenas descanso y en unas condiciones muy malas”, aseguraba.
“La gente está al borde del colapso, se nota mucho en la fatiga mental y física porque nos está pasando a todos”, insistía el brigadista este lunes, pocas horas después de conocerse la muerte de su compañero. Varios bomberos avisaron a las 23.16 de que la autobomba había volcado en los parajes de Espinoso de Compludo (León), cuando el equipo se dirigía a vigilar y controlar una reproducción del incendio en El Bierzo.
Un compañero del fallecido en las bases de Soria recuerda que antes de ser bombero, Rumbao fue Guardia Civil y ejerció como mecánico en un taller. La noticia asola a otro bombero soriano. “Nacho era muy tranquilo, muy buena gente, No podemos hacer nada, se ha marchado…”, se compadece, y reflexiona sobre el despliegue de esta comunidad: “No es que no haya dinero, hay muchísimo dinero, pero ¿dónde va? Al final no se preocupan de protegernos. Los incendios no se apagan en verano, empiezan a trabajar en julio para prevenir. Castilla y León es un desastre”. Los bomberos están empezando a organizarse para mandar una corona de flores en nombre del gremio para honrar a su compañero. Rumbao era gallego, pero llevaba muchos años en Soria. Su compañero, herido en el accidente, sumaba dos campañas en Soria y venía de Cádiz.
Un compañero del fallecido detalla que aunque la autobomba que pilotaba se correspondía con la base de El Amogable (Soria), él estaba adscrito a la de Bayubas, ambas del área de Medio Ambiente de la Junta. “Nacho no era de la base de la autobomba con la que se accidentó porque dejan la autobomba y en el convoy de relevo llega y sale solo el personal”, explica este bombero. Su compañero Álex está ingresado en el hospital del Bierzo, en Ponferrada. Han hablado con él esta mañana y no corre peligro.
El hastío abate al colectivo, ya de por sí mermado por los problemas de avituallamiento y frecuentes fallos en la cadena de abastecimiento de alimentos y agua. Muchos de ellos han llegado de distintas provincias. “Hoy un compañero se echaba a llorar porque estuvo ayer por la mañana en la gasolinera con el camión del fallecido de ayer. Todos hemos llorado estos días”, remacha el bombero, pues además del cansancio físico y mental muchos actúan sobre zonas naturales de gran valor o cerca de sus hogares, algunos amenazados por las llamas.
Una bombera explica que este domingo a punto estuvieron de sufrir otra tragedia en Oencia (León), comarca de El Bierzo, al entrar un foco desde Ourense: “Sobre las 19.30, el capataz de la R.17.3 comunicó por emisora que estaban atrapados en el pueblo. Desde el CPM [puesto de mando] les piden que abandonen la zona, que salgan de allí, el capataz vuelve a decir que no tienen salida y que también hay vecinos del pueblo. Sobre las ocho, el CPM contacta de nuevo con el capataz, le dice que van a enviar a dos helicópteros, que se suban y salgan con ellos, el capataz dice que no caben, pero que les echen unas descargas debajo del pueblo e intentan salir por ahí. Lo último que dijo el capataz fue algo como ‘hemos decido que o salimos todos o no sale nadie”. Finalmente salieron todos.
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