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PARTIDO POPULAR

Incomodidad en el PP por el veto al islam en Jumilla

El partido de Núñez Feijóo se atasca al avalar una medida que había rechazado antes en Murcia o en el Congreso

El secretario general del Partido Popular, Miguel Tellado, en rueda de prensa, este miércoles. Foto: ZIPI ARAGON (EFE) | Vídeo: EPV
Virginia Martínez

Tras las elecciones municipales y autonómicas del 28 de mayo de 2023, el Partido Popular logró gobernar en más de 3.200 municipios y en 12 comunidades. En algunos casos, en coalición con Vox, y en otros, gracias a su apoyo, ya fuera para la investidura o para lograr que le aprobasen sus iniciativas más adelante. Esta semana, uno de los miles de Ayuntamientos donde el PP tiene la alcaldía, el de Jumilla (27.200 habitantes), ha metido en un atolladero a Alberto Núñez Feijóo al aprobar una norma para vetar celebraciones islámicas en sus instalaciones deportivas como respuesta a una moción presentada por la formación de Santiago Abascal, en plena tramitación de los Presupuestos locales. La estrategia de Génova de avalar la norma y al Ejecutivo jumillano, en lugar de desautorizar a la alcaldesa, ha servido al líder de Vox para sacar rédito y da munición a la oposición. Pero también ha acaparado la agenda estival, ha generado titulares negativos en la derecha mediática, ha recibido el rechazo frontal de la Conferencia Episcopal y ha provocado inquietud a nivel interno.

“Lo lógico sería que el PP de Jumilla no hubiera presentado una alternativa a la moción de Vox”, reflexiona un barón popular sobre la actuación del equipo de Gobierno local. En vez de descartar de plano la moción de Vox en “defensa de los usos y costumbres del pueblo español” presentada por el único concejal de Vox, que este miércoles facilitó los Presupuestos municipales, los populares del municipio murciano la enmendaron con igual resultado. “El PP de Jumilla ha visto la política desde Jumilla y para Jumilla”, apostilla este líder territorial sobre las repercusiones de la decisión tomada por el Ejecutivo municipal, con la alcaldesa Seve González al frente. “Vamos a priorizar nuestras tradiciones y nuestra identidad”, se expresó la regidora en una entrevista en EL PAÍS este jueves.

A las explicaciones dadas por la alcaldesa se seguían remitiendo este viernes fuentes de la dirección nacional —instalados en la excusa de que la enmienda no dice textualmente “islam” ni “musulmanes”—, en una jornada en la que las apariciones en público de miembros de la dirección del PP se resumieron a un vídeo enlatado difundido a los medios. El secretario general del Partido Popular, Miguel Tellado, carga en la grabación nuevamente contra el Gobierno por el contrato millonario con Huawei, anuncia el registro de 50 preguntas relacionadas con la supuesta “corrupción” del Ejecutivo de Pedro Sánchez y valora el primer año de mandato del presidente catalán, Salvador Illa. Pero la mecha prendida en Jumilla acapara la agenda mediática desde el miércoles, por mucho que Génova trate de encajar otros temas en medio de la sequía informativa estival. O encapsular la polémica en Jumilla. “Esto no va de religión ni de nacionalidades, esto va de una modificación legal que se ha hecho en un Ayuntamiento y nada más”, se defendió el vicesecretario Elías Bendodo el jueves en Marbella.

Ante la ausencia de otros dirigentes de Génova, este viernes —en rueda de prensa o en entrevistas televisivas como las de los últimos días—, el portavoz del PP en el Parlament catalán, Juan Fernández, que comparecía este viernes por el primer año del Govern socialista de Illa, tuvo que responder ante los periodistas sobre el cambio del reglamento en el municipio murciano. “Respeto y comparto su decisión. Debemos respetar las libertades y las creencias, pero desde los límites de nuestro ordenamiento constitucional y los de la dignidad a todas las personas”, planteó Fernández, exconcejal de Badalona. Y admitió que la decisión de Jumilla puede extenderse en Cataluña en función de los “condicionantes” de cada municipio. “Muchas veces en Badalona nos hemos visto obligados a no permitir estas prácticas porque no había espacio horario”, comparó el diputado catalán, informa Bernat Coll.

Entretanto, Vox se apunta el tanto en Jumilla. “Queremos que nuestras calles sigan siendo y pareciendo calles de España y no de un país donde la mujer es un ser inferior y se cuelga a los homosexuales”, proclamó Abascal en la red social X. “Para nosotros es muy importante mantener nuestra identidad y nuestras costumbres, y cualquier persona que venga a España debe hacerlo con la firme intención de adaptarse a nuestra cultura y a nuestras costumbres. Y renunciando expresamente a imponer ideologías y leyes totalitarias (...) Quienes pretendan demonizarnos por ello se encontrarán frente a frente con millones de españoles que ya se han hartado de pagar con sus impuestos la invasión que promueven el PP y el PSOE”, añadió.

La presión de Vox en este asunto ya ha desembocado en el endurecimiento de sus políticas migratorias, como quedó reflejado en la ponencia ideológica que salió del congreso de principios del PP, aunque dentro de la formación hay quienes comulgan con los postulados per sé. Y también en concesiones ya introducidas en los acuerdos pactados con la ultraderecha, como los Presupuestos autonómicos de Comunidad Valenciana y Región de Murcia. El presidente murciano, Fernando López Miras, sigue sin pronunciarse en público sobre Jumilla tres días días después de la irrupción de la noticia.

La formación de ultraderecha, además, mira a futuro con la islamofobia como una de sus banderas centrales. Vox ha llevado su ofensiva contra el velo islámico a otros parlamentos autonómicos. Además del Congreso, donde su propuesta se debatirá tras el verano, ha presentado iniciativas similares en Andalucía, Aragón, Extremadura, Baleares o Cataluña. Sobre su voto futuro, fuentes territoriales se limitan a contestar que no tenían noticia hasta ahora de dichas iniciativas.

A nivel nacional, y en respuesta a qué harán en el Congreso, fuentes de Génova se remiten a su voto en contra en la pasada moción de Vox del pasado 18 de junio. El texto incluía tanto ataques contra el velo como contra la Fiesta del Cordero. La diputada del PP por Melilla, Sofía Acedo, defendió la posición del grupo popular. “Aquí está el Partido Popular de Feijóo y de cada una de nuestras comunidades y ciudades autónomas para impulsar la democracia cívica y promover la convivencia, la integración, el respeto y el encuentro entre españoles en la defensa de lo más importante que tenemos: la libertad”, dijo Acedo sobre la tribuna. “No participen ustedes en levantar más muros y trabajen por derribar el de Sánchez“, espetó a la bancada de Vox. También el pasado mes de junio, el PP rechazó una medida similar en el Ayuntamiento de Murcia por ser “más sectaria de la cuenta”.

Distintos cargos del partido reconocen, eso sí, que el debate en torno a Jumilla, y su onda expansiva trasladada al resto del país, sitúa al PP en una situación incómoda, a dos aguas entre la ultraderecha y las fuerzas de izquierdas. “Esto a Vox le viene bien por la polarización. El oportunismo está latente en este asunto”, indica otro líder territorial popular. “La moción no hablaba de ninguna religión en particular y hemos dicho que proclamamos la libertad religiosa. El resto es activación del electorado de la izquierda”, aprecia otra fuente del comité ejecutivo. “Han querido solucionarlo sin aceptar los cinco puntos [de la moción de Vox, pero al final ha quedado igual, se entiende que no querían aceptar pero al final el resultado es el mismo”, tercia un diputado de largo recorrido.

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Sobre la firma

Virginia Martínez
Es redactora en la sección de España y ha desarrollado la mayor parte de su carrera en EL PAÍS, donde trabajó en la sección audiovisual hasta verano de 2021. Antes cubrió información local en el diario Granada Hoy. Es licenciada en Derecho por la Universidad de Granada y en Periodismo por la Universidad de Málaga y Máster de Periodismo de EL PAÍS.
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