El PP concede a Feijóo su última bala para derrotar a Sánchez
El 21º congreso de los populares soslayará el debate ideológico y reforzará al núcleo duro del líder, con manos libres para liderar la batalla final por la Moncloa

Es ahora o nunca. El consenso en el PP es absoluto: Alberto Núñez Feijóo encara su última oportunidad para tratar de convertirse en presidente del Gobierno. Le queda una bala, la de las próximas elecciones generales, sean cuando sean. Ni el partido ni él, que es un líder de 63 años, contemplan otro escenario. Y esta vez, después del gatillazo de 2023, cuando ganó con una mayoría insuficiente para gobernar, el PP cree que su líder sí logrará alcanzar La Moncloa. El estallido del caso Cerdán ha concedido al PP su mayor ventaja sobre el PSOE desde las elecciones, según la última encuesta de 40dB. para EL PAÍS y la Cadena SER. En ese contexto, el 21º congreso del PP, que se celebra el 4, 5 y 6 de julio en Madrid, se prevé plácido y a mayor gloria de Feijóo. Los barones, incluida Isabel Díaz Ayuso, no le han puesto problemas. El único objetivo del cónclave del PP, que se celebra a la vez que el comité federal de los socialistas, es apretar las filas y dar el pistoletazo de salida de la última batalla para desalojar a Pedro Sánchez del poder.
“Más que un congreso, es una convención política, un proceso de autoafirmación del partido”, analiza uno de los principales líderes populares, en alusión a la trascendencia de la cita, que ha quedado muy descafeinada. Cuando convocó el congreso ―una decisión que tomó al margen de su ejecutiva―, Feijóo dijo que había optado por que se aprobara una ponencia política y de estatutos pese a que el congreso es de carácter extraordinario (ya que se celebra antes del plazo previsto, en 2026), para no hurtar ninguna discusión interna. Pero la realidad es que el proceso ha estado completamente dirigido por su equipo y no ha aflorado ningún debate ideológico. El potente poder territorial del PP, con 13 presidentes autonómicos, también lo ha evitado.

Con una única excepción: la política de pactos con los independentistas catalanes. Este asunto ha dado lugar a una sola enmienda de calado a la ponencia política. La presentó el líder del PP catalán, Alejandro Fernández, que pedía vetar los acuerdos “con aquellas fuerzas políticas que incluyan entre sus objetivos subvertir el orden constitucional”, en referencia velada a Junts.
Pero Fernández ha cedido ante Génova tras una negociación in extremis en las últimas horas, que se cerró este jueves por la noche. El objetivo de Feijóo era evitar que llegase viva al congreso, donde tendría que debatirse y votarse. Tras las últimas conversaciones, el líder del PP catalán cedió ante la dirección nacional al aceptar una redacción ambigua de la enmienda, que deja abierta la puerta a los pactos con Junts. La modificación incorporada a la ponencia ideológica señala que la “política de pactos” estará basada en “la defensa del Estado, la Nación y el orden constitucional sean objetivos irrenunciables”. Con dicha redacción, no hay veto expreso a Junts.
“Feijóo no quiere atarse, porque no tiene sentido. ¿Y si mañana cae Puigdemont, y Junts vuelve a ser la antigua CiU? ¿Por qué no vamos a entendernos con ellos?“, apunta una fuente que ha estado al tanto del contenido del texto. Y eso a pesar de la durísima campaña del PP contra la amnistía a los encausados del procés. Este miércoles, el jefe del Partido Popular tendió la mano a Puigdemont, emplazándole a “poner el contador a cero” de la política española dejando caer a Sánchez.

La apelación al líder de Junts se enmarca en el intento fallido de los populares de agitar esta semana el avispero de los socios del PSOE tras la entrada en prisión del exsecretario de Organización socialista Santos Cerdán. El próximo secretario general del PP, Miguel Tellado, ha mantenido una ronda de contactos con los portavoces de los grupos parlamentarios para sondearles sobre si retirarán su respaldo al presidente socialista, sin éxito. “La respuesta es que nadie se mueve, nadie está dispuesto a abandonar el apoyo a Pedro Sánchez”, admitió este jueves Tellado. “Allá ellos, la historia les juzgará”.
Más allá de la frontera con Junts, en el congreso de este fin de semana no se espera ninguna otra discusión sobre el rumbo ideológico del PP. La ponencia política soslaya estratégicamente los temas divisivos, sobre todo los morales, como el aborto, la eutanasia y la gestación subrogada.
Los sectores más católicos del PP no han protestado. Solo FAES, la fundación de José María Aznar, subraya en su último editorial que el texto “deja abiertas cuestiones esenciales que la sociedad española —y todas— también mantiene abiertas, como el aborto” y pide que el debate interno sobre el aborto no se cierre. “Esa ausencia”, reclama FAES, “puede entenderse legítimamente como la decisión de mantener disponible un espacio para dar continuidad al libre debate interno, que ha de proseguir y en el que algunos seguiremos aportando razones y argumentos”.
La ponencia política implica un giro a la derecha en inmigración y políticas climáticas, mientras deja la puerta abierta también a los pactos con Vox a escala nacional. La extrema derecha será el elefante en la habitación en el pabellón de Ifema. “Vox no existe”, resume un barón del PP. En la encuesta de 40dB., los ultras no solo existen, sino que alcanzan el 15% de los votos. El PP sube hasta el 33,3%, pero pese a la ventaja de los populares sobre el PSOE (27%), con estos números seguirían necesitando a Vox para gobernar.
El único cambio de calado que saldrá del cónclave es el orgánico. Feijóo ha logrado suprimir las primarias con el voto directo de las bases a los candidatos, y el PP volverá a elegir a su líder con un sistema de compromisarios. Ayuso, principal damnificada de ese modelo, que podría ponerle obstáculos en un futuro intento de acceder al liderazgo del partido, se ha retirado de la batalla por las primarias, aunque al principio había amagado con hacerlo.
La líder madrileña dio un paso atrás porque no tenía números para ganar, ya que el resto de barones se alineó con Feijóo en el modelo de compromisarios. Ayuso consiguió al menos una corrección para que los compromisarios vayan en listas cerradas de cada candidato, de forma que serán menos controlables por el aparato. Y se retiró a los cuarteles de invierno. En el congreso, la líder madrileña tendrá, no obstante, oportunidad para dejar su impronta, porque como anfitriona tendrá un discurso en el cierre, el domingo, antes del de Feijóo.
Feijóo ha tenido manos libres para decidir el rumbo ideológico del PP y su equipo, en el que ha ascendido a los perfiles duros para cercar a Sánchez. El principal cambio es el de la secretaría general, que pasará a ocupar Miguel Tellado, fiel escudero de Feijóo, y la portavocía parlamentaria, a la que asciende la diputada leonesa Ester Muñoz. Ambos son la línea dura del PP.
El líder del PP asciende a su núcleo duro a la eurodiputada Alma Ezcurra, también de perfil combativo, como vicesecretaria de Coordinación Sectorial. Ezcurra pasó por la Asamblea de Madrid como diputada en la bancada de Isabel Díaz Ayuso antes de saltar a las listas europeas del 9-J, pero en el PP no la encuadran en el sector próximo a la líder madrileña. “No es de nadie, ni ayusista ni feijooísta. Por eso gusta bastante”, señala una fuente que ha trabajado con ella.
Feijóo ha concedido todo el poder a Tellado, porque su cargo englobará también las competencias del área de Organización, la encargada de toda la maquinaria electoral del PP. Ese puesto lo ocupaba Carmen Fúnez, diputada de Ciudad Real que pasará a ser vicesecretaria de Sanidad y Política Social. El diputado madrileño Jaime de los Santos se incorporará como nueva cara en la cúpula de Feijóo. El exconsejero de Cultura, Turismo y Deporte en el Gobierno de Cristina Cifuentes se convierte en el nuevo vicesecretario de Educación e Igualdad.
“El clan gallego lo controla todo y con eso va a ir a ganar o perder”, defiende un líder territorial del PP, que cree que “el grupo parlamentario también lo gestionará el clan gallego, porque Ester Muñoz no se va a meter en la organización”.
El congreso, cree la mayoría del PP, será “tranquilo y pacífico”, porque nadie ha querido poner problemas a quien creen que será el próximo presidente del Gobierno. José María Aznar y Mariano Rajoy arroparán a Feijóo, sin la incómoda presencia de Pablo Casado, el último líder defenestrado del PP y a quien sucedió el político gallego. Casado tampoco ha querido molestar. Se le invitó, pero declinó amablemente la invitación.
“Toma partido por España”, es el lema del cónclave que llama a la derecha a seguir movilizada con un único objetivo: propulsar a Feijóo para que logre, esta vez sí, desalojar a la izquierda del poder.
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