Génova busca pactar las enmiendas para evitar choques en el congreso del PP
Los populares quieren un cónclave de paz orgánica para no desviar el foco de los problemas del Gobierno


“Es un error que celebremos ahora el congreso del PP mientras Sánchez se está desangrando, ¿pero qué urgencia teníamos?”, juzga un veterano dirigente territorial del PP que resume un sentir que se extiende por el partido. Al PP no le viene bien ahora mirar hacia dentro en su cónclave, previsto para principios del mes de julio, mientras el Gobierno sufre un goteo de informaciones sobre la presunta corrupción en torno al PSOE. Ni siquiera al propio Alberto Núñez Feijóo, que preferiría no desviar el foco. El resultado es que se ha puesto en sordina el debate en las semanas previas al congreso. Y así pretende Génova que continúe durante el cónclave.
La cúpula busca pactar las enmiendas a las ponencias ―política y de estatutos― en discusiones discretas para evitar un choque. El PP de Madrid y el PP de Cataluña meditan sus movimientos en las últimas horas antes de que este miércoles termine el plazo para enmendar los textos, aunque expresan su “voluntad de acuerdo”.
El equipo de Feijóo saca pecho de que las dos ponencias tienen una vocación “integradora” de las distintas sensibilidades del PP y por eso se espera un congreso de “paz orgánica”. La realidad es que los textos vieron la luz después de muchas conversaciones bajo los focos, sobre todo con el PP de Madrid, para impedir que Isabel Díaz Ayuso tuviera motivos para ir al choque en el congreso, un escenario que perdió mucha fuerza en cuanto empezaron los problemas para Pedro Sánchez. Los ayusistas admiten que no es el momento de tensiones internas, ya que no se entenderían cuando el adversario está en un momento de debilidad.
El sistema de primarias es la negociación más delicada. El PP suprimirá el voto directo de las bases y volverá al sistema de compromisarios, como quería Feijóo, frente a la voluntad de Ayuso de conservar el modelo de “un militante, un voto”. La nueva fórmula de elección del líder del PP ya fue fruto de esas conversaciones discretas y busca un punto intermedio entre las primarias puras y el sistema por compromisarios para tratar de contentar a Ayuso. Pero, pese a ello, quedaron flecos sueltos y fuentes del PP de Madrid avisaron de que enmendarían la ponencia de estatutos para obtener más “garantías” de que se respeta la voluntad de los afiliados.
A escasas horas de que este miércoles, a las ocho de la tarde, se cierre el plazo para presentar las enmiendas, los populares madrileños dejan abiertos todos los escenarios, tanto el de presentar enmiendas como el de no hacerlo, mientras subrayan que su voluntad es de acuerdo y de no conflicto. Al mismo tiempo, en el PP de Madrid dejan claro que hay que “normalizar” que en un congreso se presenten enmiendas. Después de haber agitado el patio hace dos semanas con el debate de las primarias, Ayuso ha puesto tierra de por medio y se ha marchado estos días a Miami (EE UU) de viaje oficial.
Vetos
Algo parecido ocurre con el PP de Cataluña, cuyo líder, Alejandro Fernández, se enfrentó a Génova por su rechazo a los pactos con Junts. La ponencia política no establece vetos a los acuerdos con los independentistas catalanes, siempre que respeten la Constitución, lo que en principio debería implicar un debate con los populares catalanes. Fuentes del PP catalán confirman que pretenden enmendar los textos, pero también apuestan por transacciones pactadas y han percibido del otro lado voluntad de acuerdo.
La otra incógnita es si el sector católico del PP enmendará la ponencia política por el aborto y la eutanasia, que históricamente han dividido al partido. El texto evita de forma estratégica pronunciarse sobre esos dos asuntos espinosos para el PP. El documento ni siquiera menciona la interrupción voluntaria del embarazo, que en la última ponencia vigente sí aparecía para decir que “el aborto no debe entenderse como un derecho, sino como un fracaso de la sociedad”.
Tras la sentencia del Tribunal Constitucional que avaló la ley de plazos, Feijóo dijo públicamente que respetaría la norma vigente, pero no ha llevado ese compromiso a la ponencia. La pregunta es si los católicos del PP pasarán también de largo por ese debate y Feijóo logrará su objetivo de un congreso sin conflictos internos.
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