La pulpa de guayaba que llevó hasta un “macrolaboratorio” de cocaína
La Policía arresta a 25 personas como miembros de una red criminal con instalaciones para ‘cocinar’ 30 kilos de cocaína al día


Un cargamento de pulpa de fruta congelada que llegó al puerto de Valencia a final del año pasado ha terminado con la desarticulación de una red de tráfico de cocaína y el desmantelamiento de un “macrolaboratorio” con capacidad para producir hasta 30 kilos de esta droga al día. Una investigación de la Policía Nacional y la Agencia Tributaria ha permitido llegar a “altos responsables de la organización” y erradicar al completo el funcionamiento del grupo criminal, según han señalado este jueves ambos cuerpos en un comunicado. Hay 25 personas detenidas, 12 de ellas de nacionalidad colombiana, nueve españoles, dos albaneses, un mexicano y un italiano.
El caso sigue abierto y no se descartan nuevas detenciones. Los investigadores han pedido al Juzgado número 4 de Onteniente que dicte órdenes internacionales de detención para los miembros de la organización que estaban fuera de España en el momento de las detenciones, realizadas en dos fases, a finales de abril y finales de mayo.
La empresa que hacía las importaciones, sobre la que los investigadores pusieron la lupa en verano del año pasado, no parecía tener mucha infraestructura. Su administradora solo declaraba como ingresos el cobro del paro. En diciembre de 2024, importó un cargamento de pulpa de fruta congelada y como no tenían instalaciones, lo enviaron a un almacén de frío en una localidad cercana a Valencia. Dos meses más tarde, a principios de febrero, un distribuidor legal se llevó la mayoría del cargamento, pero los bidones de pulpa de guayaba fueron retirados días después por la administradora de la empresa importadora y otro hombre. El puré de guayaba viajó en una furgoneta refrigerada hasta un chalet apartado del municipio valenciano de Oliva (26.122 habitantes). Una vez allí que quedó al aire, sin respetar la cadena de frío. En los días siguientes, un hombre descargó los bidones y se quedó guardando la casa, acompañado de varios perros.
Tras muchas vigilancias, en las que los funcionarios documentaron reuniones de los investigados en diferentes municipios como Catarroja (30.142 habitantes) o Alberic (10.519 habitantes), la compra gradual de “grandes cantidades de productos químicos”, y cómo ultimaban la instalación de un laboratorio que dividieron en dos estancias, llegó el momento de actuar. Sus movimientos les llevaron a pensar que la organización ya había extraído la sustancia estupefaciente de la pulpa de guayaba y entonces solicitaron las entradas y registros.
En la primera fase de la operación, que comenzó el 25 de abril, registraron diez lugares en diferentes municipios que utilizaba la organización y capturaron a los líderes. En un chalet en Alberic detuvieron a siete personas que trabajaban en un sótano, sin ventilación y en malas condiciones de habitabilidad. Allí estaban manipulando el puré de guayaba para extraer de ella la pasta base de la cocaína, un producto intermedio en el proceso de producción de cocaína. En Pobla LLarga (4.569 habitantes) intervinieron 38 kilos de pasta base de cocaína, junto con un ladrillo de esa misma droga. En el resto de registros incautaron dinero, abundante material químico, además de pegatinas con el anagrama de la marca de coches Audi con el que marcaban los paquetes de cocaína.
Una presa de 15 toneladas
El 26 de abril localizaron la segunda estancia de este “macrolaboratorio” en la localidad de Torrent (89.401 habitantes). Allí, la organización realizaba el proceso de clorhidratación de la pasta base de la cocaína, hasta que adquiría su aspecto blanco característico, y se secaba y presentaba la droga, explican fuentes policiales. También encontraron la maquinaria que utilizaban, como una prensa de 15 toneladas. En el chalé de Oliva, además de pulpa, los agentes encontraron armas de fuego y abundante munición.
En una segunda fase, durante el 21 y 22 de mayo, arrestaron a otras siete personas vinculadas, directa o indirectamente con la organización, como la administradora de la empresa importadora, o los arrendatarios de vehículos y viviendas que usaron los miembros de la organización criminal.
Los investigadores se han incautado de una gran cantidad de material para preparar cocaína: más de 500 kilos de precursores [sustancias químicas que se utilizan para elaborar la droga] y más de 7.000 litros de precursores líquidos, así como instrumentos y maquinaria de laboratorio como probetas y manómetros, cinco envasadoras de vacío, tres balanzas de precisión, microondas, hornillos, ollas, lámparas y otros elementos como prensas, moldes, y logotipos.
También han intervenido cuatro pistolas, un revólver, una pistola de caza, 30 cargadores de diferentes armas y calibres, entre 500 y 1.000 cartuchos de munición, un silenciador, una pistola eléctrica y tres defensas extensibles. Entre los objetos que les requisaron también destacan cinco coches de alta gama, chalecos de policía, una baliza de seguimiento, diversas anotaciones contables y otra documentación.
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