El BNG a Rueda sobre el señalamiento a la denunciante de su exconselleiro: “Es violencia institucional”

Entre los silencios que mantiene Alfonso Rueda desde que explotó en su gobierno la investigación por agresión sexual contra un conselleiro de confianza, uno ha retumbado especialmente este miércoles en el Parlamento gallego. Durante la sesión de control, tanto la líder del BNG como el del PSdeG-PSOE acusaron directamente a la Xunta de filtrar el nombre de la mujer que en enero denunció a Alfonso Villares con la intención de señalarla y endosarle la presión. Ana Pontón ha tachado el comportamiento de la Xunta de “violencia institucional” y José Ramón Gómez Besteiro le ha advertido de que esa revelación podría ser delito. Rueda, que se ha prodigado en declaraciones de apoyo al investigado pero hasta ahora no ha dedicado ninguna a la denunciante, ha respondido ignorando estas graves acusaciones en todas sus intervenciones.

En contraste con las caras largas de los miembros de su gobierno, Rueda se ha defendido del caso Villares con sonrisas, ironías y alusiones a “los koldos, las jessicas, los aldamas y los cerdanes”. Pontón ha llegado a reprocharle que se riera mientras ella lo acusaba de “cuestionar la veracidad de la víctima al más puro estilo negacionista de la extrema derecha”. “Eso se llama violencia institucional”, ha afirmado, indignada, la nacionalista. “No me estaba riendo, estaba sonriendo”, ha contestado Rueda, “porque se le ve en la cara que está pensando en el corte de las redes sociales donde dice el primer disparate que se le ocurre”.

El presidente de la Xunta ha pedido a la oposición “respeto a la justicia, a la separación de poderes, a la presunción de inocencia y a ustedes mismos”. “Usted es la presidenta del tribunal. En sus ensoñaciones, usted siempre es presidenta”, le ha dicho a Pontón, a quien ha instado a “ser de otra manera si pretende ser creíble”. El líder del PP gallego ha acusado a la jefa de la oposición de hacer una “utilización partidista descarada” de la presunta agresión sexual de Villares y ha aseverado que es ella la que demuestra “falta de respeto a las víctimas de violencia machista”.

Pontón ha repudiado el “mensaje demoledor” que está enviando Rueda desde su cargo público a las mujeres que sufren violencia sexual. Le ha afeado que no haya dedicado “ni una sola palabra a la víctima y, eso sí, abrazos y elogios al denunciado por agresión sexual utilizando las instituciones públicas”. El nombre de la presentadora de televisión Paloma Lago fue publicado por varios medios al poco de estallar el caso citando fuentes del entorno del conselleiro. El BNG acusa a la Xunta de realizar esa filtración para ponerla a ella en el foco mediático y endosarle la presión por ser mucho más conocida que el político. “La violencia de género no es un problema privado, sino un problema político de primera magnitud”, ha subrayado la nacionalista.

Besteiro cree que Rueda “no está a la altura del cargo” por hacer “un seguimiento ciego de un amigo vaya a donde vaya” y ocultar la denuncia durante cuatro meses. El socialista le ha advertido al presidente de la Xunta de que la cuestión no es la presunción de inocencia de Villares “sino su actitud”. “Filtrar el nombre de la denunciante puede ser delito”, ha avisado el líder del PSdeG, para quien el comportamiento del Gobierno gallego en este caso “contribuye a la revictimización” de la mujer que fue presuntamente agredida.

El popular ha defendido que mantuviese cuatro meses a Villares como conselleiro pese a haber recibido una denuncia tan grave. Lo ha hecho recuperando la investigación judicial de la que fue objeto el líder de los socialistas hace una década y de la que salió exculpado. Siguió siendo secretario general del PSdeG durante ocho meses pese a estar imputado por varios delitos. “Cuando me imputan, yo ya no ostentaba un cargo público”, ha esgrimido Besteiro en alusión a que su puesto era en el partido y no era ya presidente de la Diputación de Lugo.

Rueda señaló el pasado del socialista reprochándole su falta de memoria. Detrás del presidente de la Xunta, lo escuchaba sin dejar de asentir Paula Prado, la actual secretaria general del PP gallego. En 2014 mantuvo su escaño en el Parlamento autonómico estando imputada por fraude y tráfico de influencias. También acabó exculpada.