Rueda se niega a comparecer para explicar por qué ocultó la denuncia a su conselleiro por agresión sexual

El Gobierno de Alfonso Rueda (PP) funcionó con absoluta normalidad durante cuatro meses pese a tener en sus filas a un denunciado por agresión sexual. El presidente gallego supo el pasado febrero que su conselleiro de Mar, Alfonso Villares, un político con amplia trayectoria y muy cercano a él, había sido denunciado un mes antes por una mujer en un juzgado de Ferrol imputándole un presunto delito contra la libertad sexual. Según ha contado él mismo, el presidente se limitó a pedirle al miembro de su Ejecutivo que lo mantuviera informado y no fue hasta el pasado 4 de junio que el caso tuvo consecuencias políticas. Villares dimitió y Rueda y todo el partido no dudaron en despedirlo con aplausos. La oposición está indignada y ha pedido al líder del PP gallego que comparezca esta semana en el pleno del Parlamento autonómico para dar explicaciones. Los populares, sin embargo, han vetado la solicitud.

El portavoz parlamentario del PP, Alberto Pazos, sostiene que las dudas sobre la gestión que la Xunta ha hecho de esta crisis “ya han sido todas aclaradas por el presidente ante el conjunto de la sociedad”. Pazos ha sacado pecho del comportamiento de Rueda y del ya exconselleiro. Ha asegurado que la dimisión de Villares “nada más conocerse la apertura de una actuación judicial” tiene “pocos precedentes” y la ha calificado de “inmediata”. Villares renunció a su cargo y pidió la baja temporal en el partido cinco meses después de ser denunciado por unos hechos que ocurrieron el 27 de diciembre.

En ese tiempo, la presentadora de televisión Paloma Lago ratificó la denuncia y el asunto fue enviado por el juzgado de Ferrol al Tribunal Superior de Xustiza de Galicia (TSXG), órgano competente para juzgarlo por formar parte del Gobierno autonómico. El tribunal ha encontrado suficientes indicios para admitir el caso a trámite y cuando le comunicó a Villares que iba a empezar a practicar diligencias, el conselleiro convocó de urgencia a la prensa y presentó su dimisión. Ahora que ya no es aforado, la investigación ha vuelto al juzgado de instrucción número 2 de Ferrol. Rueda asegura que cumplió los estatutos del partido y que avisó de la denuncia a la dirección nacional que encabeza su antecesor en la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, horas antes de la renuncia, tras la comunicación del TSXG de le abría formalmente a Villares una investigación.

La petición de comparecencia de Rueda ha sido apoyada por BNG, PSdeG-PSOE y el único diputado de Democracia Ourensana, pero no ha salido adelante gracias a la mayoría absoluta del PP. La viceportavoz del BNG en el Parlamento gallego, Olalla Rodil, considera “absolutamente indignante e indigno” que el presidente de la Xunta se niegue a dar explicaciones a la Cámara. Nacionalistas y socialistas quieren que explique no solo por qué ocultó durante cuatro meses la denuncia, sino también el trato que ha dispensado a la denunciante.

Su nombre fue revelado por varios medios citando fuentes del entorno del exconselleiro y, mientras Villares ha recibido elogios de todo su partido, Lago ha sido ignorada por los dirigentes de la Xunta y del PP. “Rueda ha escogido ocultar la información, homenajear públicamente al conselleiro denunciado y condenar al silencio a la víctima. Esa actitud es un aval a la impunidad”, ha rechazado este martes el líder del PSOE gallego, José Ramón Gómez Besteiro.

El Bloque quiere que Rueda aclare si la Xunta filtró la identidad de la denunciante, “lanzando la presión sobre ella y violando su derecho a la intimidad”. A juicio de Rodil, el Gobierno gallego ha orquestado “una campaña absolutamente indigna e indignante de criminalización y acusación contra una mujer que dio un importantísimo paso adelante”. Besteiro ha subrayado que “lo que está en juego no es solo una denuncia gravísima sino la respuesta institucional frente a ella”. “La responsabilidad de un presidente no es encubrir, sino garantizar transparencia, rigor y protección de las víctimas, y Rueda ha hecho justo lo contrario”, critica el portavoz de los socialistas gallegos.

La cálida despedida del presidente de la Xunta a Villares en el acto de toma de posesión de su sucesora en el cargo ha sido bautizada por el BNG como “el abrazo de la vergüenza”. Rueda ha alegado que lo abrazó como “buen conselleiro”, “no como denunciado”. “Nunca voy a tratar como culpable a quien la justicia no ha declarado culpable”, se ha defendido, aunque no ve “paralelismo” entre su exconselleiro y el fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, sobre quien tampoco hay sentencia.

Villares y Errejón, en TVG

La investigación a Villares por presunta agresión sexual también se coló en la votación de este martes en el Parlamento gallego a la candidata del PP a dirigir la radio y televisión autonómicas. La periodista Concha Pombo, que lleva ocho años dirigiendo los Informativos de la cadena pública, solo recibió el apoyo de los populares y, al no alcanzar los dos tercios, deberá someterse a otra votación. Si tampoco es respaldada por otro grupo político de la Cámara, podrá aprobarse su nombramiento como directora general en una tercera sesión solo con la mayoría absoluta del partido de Rueda.

El BNG ha puesto la cobertura de la dimisión de Villares como ejemplo de la manipulación informativa que una parte de los trabajadores del canal llevan años denunciando. En contraste con el trato a la denuncia contra el político de Sumar Íñigo Errejón, “cuatro días, tarde y noche, abriendo el telediario”, la investigación por agresión sexual al popular fue “titular de un día” durante 55 segundos, incidió Rodil: “Al día siguiente, la noticia ya era otra, la nueva conselleira, y al tercer día, aquí no ha pasado nada”.