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El PP descarta una “escabechina” del equipo de Feijóo y apuesta por su ampliación

El plan es no meterse en líos programáticos y conectar con demandas sociales que eleven el voto hasta el 37%

El ministro de Justicia, Félix Bolaños (segundo por la derecha) y el líder del PP, Alberto Núñez Feijóo (a la derecha) en la misa del inicio del pontificado del papa León XIV ayer domingo en la plaza de San Pedro en el Vaticano.
Javier Casqueiro

La frase se repite entre diferentes miembros del PP y ya es casi una consigna: “No parece que vaya a haber muchos cambios en el equipo de Feijóo en el Congreso y quien apueste por una escabechina se equivoca”. Otro dirigente popular es todavía más categórico sobre la prevista reorganización de equipos: “No va a pasar casi nada, sumará a más gente, reubicaciones sí, adición seguro”. Los planes reales del líder del PP para ese congreso extraordinario de julio son desconocidos para casi todo el partido, pero algunos de sus colaboradores sí se atreven a apostar porque tampoco se complicará en lo ideológico: “No nos meteremos en profundidades programáticas, porque eso siempre puede ser un lío, pero sí en conectar con demandas mayoritarias de la sociedad para elevar el porcentaje de voto del 34% actual hasta el 37%”.

Hace 15 días, en una de esas reuniones semanales del comité de dirección del PP, lo máximo que aclaró Alberto Núñez Feijóo a los componentes de ese órgano sobre sus propósitos para este esperado congreso fue que hablaría individualmente con cada uno de ellos: “Voy a hablar con todos y cada uno de vosotros”.

Algunos de los que le escucharon reconocen esa frase, pero la interpretan de diferente manera. Para ciertos vicesecretarios lo que el líder quiso decir fue que les consultaría sobre sus deseos e intenciones para la próxima etapa que se abre en el partido, que consideran básica para estar listos para unas elecciones generales que por ahora ni están previstas ni se esperan por parte del presidente del Gobierno, que es el único que las puede convocar. Otros dirigentes son menos optimistas y piensan que Feijóo esperará hasta el primer día del cónclave, que se ha ampliado a tres jornadas, entre el viernes 4 y el domingo 6 de julio, para comunicarles sus ubicaciones y responsabilidades, sin mucho más. Esta última parece la tesis más viable, vistos sus antecedentes sobre este tipo de asuntos en Galicia, donde llegó a formalizar alguna nominación en su Consello de Gobierno apenas una hora antes de explicarla públicamente.

El líder popular sí va desgranando algunas pistas, pero sobre todo de su afán de no meterse en problemas en el congreso que le ratificará como único candidato para las próximas elecciones, que todos en su equipo, su entorno y el partido tienen claro que serán su última oportunidad para intentar llegar a ser presidente del Gobierno de España. El objetivo de todo el congreso estará orientado en esa meta, con una convocatoria electoral que los populares empiezan a atisbar más cercana que lo que defiende Sánchez, y por esa razón no están previstas ni grandes reorganizaciones de nombres ni un cambio de rumbo ideológico relevante. Todos los consultados abundan en el mensaje con el que el propio Feijóo justificó la cita del cónclave, que será extraordinario, pero con una agenda ordinaria que no se produce desde 2017: “La idea es poner a punto el partido por si hay elecciones para ganar”.

Feijóo y algunos componentes de su equipo estaban bastante convencidos, hasta hace poco, de que el presidente Sánchez no tenía precisamente intención de anticipar la convocatoria con las urnas y trabajaban con el escenario de llegar hasta el final de la legislatura, en 2027, pese a que terminan casi todas sus intervenciones públicas con apelaciones a que el presidente se marche y llame a las urnas. No todo el comité de dirección del PP está de acuerdo en que precipitar ahora el cónclave interno, con el Gobierno de Sánchez lidiando con diversos problemas y con mucho ruido judicial y mediático, sea una buena idea. Ese debate, que Feijóo no ha permitido de manera estructurada, ya no tiene ahora sentido.

El lema del cónclave no está elegido, pero en el entorno del presidente avanzan unos conceptos claves como fundamentales: “Un PP fuerte, que transmita esperanza, futuro, cambio y unidad”. También transmiten que aunque no se vayan a registrar grandes giros programáticos habrá una serie de “valores e ideas que están presentes en la sociedad de manera muy clara que habrá que meter, como una posición clara sobre la energía y las renovables, el modelo territorial, los impuestos y la regeneración en las instituciones”.

En el próximo congreso no se presumen así “profundas discusiones” sobre los asuntos llamados espinosos, como el aborto, la eutanasia, la relación con Vox, etcétera, pero sí, según varios interlocutores del PP, cuestiones “que sintonizan con la calle y con una mayoría de la sociedad de manera clara, como por ejemplo la ocupación ilegal, que rechaza prácticamente todo el mundo, y que podrían elevar nuestro porcentaje de voto que está en casi todas las encuestas en el 34% hasta el 37%”.

Entre los dilemas que no se mencionan, y en los que Vox sí ha querido profundizar en estos meses, está el reto de la inmigración, que el partido ultra relaciona constantemente con la delincuencia y sobre los que incide en las negociaciones con el PP para pactar presupuestos y medidas en las comunidades donde los populares les necesitan para gobernar.

Feijóo sí habló de reorganización de equipos y del desafío programático, pero en su equipo matizan que en ninguno de esos dos aspectos habrá revoluciones. Ni le pegan ni le interesan. “No habrá tantos cambios como se especulan, Sánchez tampoco los hizo en su congreso. No tiene sentido hacer una escabechina si no tienes ningún escándalo en tu entorno”, asegura uno de los colaboradores del líder. Otro miembro del equipo remata: “Sumará a más gente, no habrá escabechina, reubicaciones sí, adición seguro”. El descarte de la escabechina se repite.

En la estructura orgánica actual del Comité de Dirección del PP están, tras Feijóo como presidente y Cuca Gamarra como secretaria general y teórica número dos, nueve vicesecretarios generales. Se da por seguro que esa cifra aumentará. A ese órgano de funcionamiento diario se suman los tres portavoces parlamentarios y dos o tres incorporaciones más, como su jefa de gabinete, la asesora en temas de comunicación y el veterano Javier Arenas. El nuevo comité se prevé más amplio.

Los analistas y expertos en el PP inciden en la hipótesis de que Feijóo podría cambiar la figura de la secretaría general, ahora en poder de Gamarra pero sin apenas trascendencia, para otorgarle ese rol de control del aparato a Miguel Tellado, el portavoz en el Congreso y de su total confianza desde su etapa en Galicia. En el seno de la dirección matizan ese relevo, aparentemente tan obvio: “Tellado tiene dos problemas, es hombre y gallego, y esos dos aspectos podrían jugar en su contra porque equilibran poco el sobrepeso brutal de los galaicos y el tema del género. Gamarra es verdad que ha sido irrelevante, pero tampoco molesta, es cómoda para el líder y permite un protagonismo brutal para el Gabinete de Feijóo, que es el mismo que tenía en Galicia”.

Entre los vicesecretarios se han empezado a cruzar quinielas para subrayar los que están al alza o a la baja, pero ninguno se autodescarta en su interés por continuar en sus puestos. Los teóricos números tres y cuatro del PP, Carmen Fúnez y Elías Bendodo, han tenido en esta etapa una presencia y una valoración desigual por parte del líder y su entorno.

En los últimos meses, el clan gallego del PP, el que le lleva arropando desde su periplo político en la Xunta, ha apostado fuerte por la irrupción de la diputada leonesa Ester Muñoz, del área de Sanidad y Educación y del sector duro, a la que han promocionado para casi cualquier función, en detrimento de Borja Sémper, el portavoz oficial del partido. El perfil moderado de Sémper es, sin embargo, del agrado de Feijóo, como lo ha sido estos años la figura del responsable del área institucional, Esteban González Pons, con competencias en Justicia, Defensa o Exteriores, y que será renovado seguro porque asumirá la portavocía del PP en Bruselas. Es ahí cuando se justifica la teoría de las reubicaciones.

Componenda con Moreno y Mañueco en la ponencia política

La ponencia política del próximo congreso del PP será codirigida por Juanma Moreno y Alfonso Fernández Mañueco, dos de los barones autonómicos más veteranos del partido, con peso propio y distinto nivel de influencia y relación con el líder, pero también con dos dirigentes territoriales de la máxima confianza de la madrileña Isabel Díaz Ayuso y del aragonés Jorge Azcón. Tanto Moreno como Azcón son los candidatos autonómicos del PP que deberían confrontar con elecciones en 2026. Moreno, con una estrecha comunión política y personal hace años con Feijóo, es además el primer presidente del PP en un territorio relevante como Andalucía, disfruta ahora de mayoría absoluta y se ha distinguido por una gestión sin grandes sobresaltos. Mañueco fue alcalde de Salamanca y mantiene el gobierno en Castilla y León, donde el PP manda ininterrumpidamente desde 1987. El PP destaca de ambos que son referentes en cuestiones “como las políticas de bajadas de impuestos y la sensibilidad social”. En su juego de componendas para dar papel a todos los sectores del partido, en la ponencia política, la de estatutos y la de organización, acompañarán a esos barones en la dirección de las discusiones más ideológicas del congreso la alcaldesa de Zaragoza, Natalia Chueca, del equipo de Azcón y de la que se resalta su experiencia en pactos (con Vox para gobernar y cerrar presupuestos) y de Alma Ezcurra. Esta ahora eurodiputada, que trabaja en la Fundación Reformismo 21, es de la sintonía total de Ayuso y coordinará la ponencia.

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.
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