Qué ver en Reikiavik, entre la calma nórdica y la energía creativa
Desde la silueta futurista de Hallgrímskirkja hasta el reflejo tranquilo del lago Tjörnin, cada rincón en Reikiavik parece diseñado para la contemplación


Con casi 140.000 habitantes, Reikiavik, la capital de Islandia es una ciudad urbana siempre marcada por los contrastes climatológicos y paisajísticos que son extremos al norte de Europa. Pequeña, artística y sofisticada, y a la vez llena de historia, esta debe ser el punto de partida en cualquier viaje que se vaya a hacer a Islandia. No importa los días que vayas a pasar en el país, siempre será interesante dedicarle tiempo a esta bella ciudad con vistas al océano. A los viajeros les suele sorprender la cantidad de actividades que se pueden hacer dentro y en los alrededores de la ciudad, porque, como decimos, Reikiavik puede funcionar como “campamento base” para conocer la esencia de Islandia en pocos días. Es fácilmente transitable, y gracias a su compromiso con la sostenibilidad y el medio ambiente, está perfectamente conectada con una red de transporte público que te llevará a todos los lugares que necesites. Por supuesto, la bicicleta y el coche eléctrico serán tus aliados para explorar la ciudad y sus alrededores.

Si estás pensando en viajar a Islandia en los próximos meses, toma nota, porque EL PAÍS Viajes está organizando un itinerario único cuidadosamente diseñado por el experto en el país Emilio José Mateo Hernandez, que propone una travesía por los rincones más emblemáticos y sorprendentes del país, desde las cascadas que rugen entre acantilados hasta las lagunas glaciares donde flotan icebergs como esculturas naturales. Cada jornada será una invitación a descubrir la fuerza de la naturaleza en estado puro, con momentos de contemplación, aventura y bienestar que convertirán el viaje en una experiencia transformadora. La presencia de Emilio, experto conocedor de Islandia y apasionado narrador de sus secretos, aporta una dimensión única: historias que no están en las guías, detalles que solo se revelan a quien ha vivido la isla con profundidad, y una sensibilidad especial para conectar cada lugar con su esencia. Emilio llegó a Islandia hace más de una década subido a una bicicleta y decidió quedarse. Desde entonces, ha hecho del país del hielo y el fuego su hogar durante gran parte del año. Ha cursado estudios de Geología y Literatura Medieval Islandesa y lleva más de 10 años trabajando como guía en Islandia, explorando a fondo su naturaleza salvaje, su cultura ancestral y su alma nórdica. Si te unes a su viaje descubrirás los encantos de Reikiavik, el famoso Círculo Dorado, la costa sur de Islandia, el parque nacional Vatnajökull, el hogar del gran glaciar de Europa, y la península de Reykjanes, entre otros muchos lugares del país igual de fascinantes. El viaje será del 30 de marzo al 6 de abril de 2026.
Mientras soñamos con este mágico viaje, nos adentramos en los encantos de su capital, una ciudad única.

Qué ver en Reikiavik
Nos sumergimos en el alma de Reikiavik, una ciudad que combina la calma nórdica con una energía creativa vibrante. La capital es el centro neurálgico del país, que sigue activa, tanto en el frío invierno como en caluroso verano. Cafeterías, tiendas, museos, salas de conciertos, restaurantes y sus aguas termales te esperan. Pero ¿por dónde empezar? Pasear por el centro histórico es la mejor opción, dejando que el bullicio te lleve a cada uno de los rincones más emblemáticos de la ciudad como la iglesia futurista de Hallgrímskirkja, a menudo conocida como “la Catedral de Reikiavik” y considerada como el edificio más alto del país con sus 74,5 metros. En Reikiavik hay dos catedrales; la catedral luterana, cuyo edificio es uno de los más antiguos de la ciudad, y la catedral de Cristo Rey, de culto católico.
En una visita al centro no puede faltar un paseo tranquilo por el lago Tjörnin, apodado como El Estanque, un lugar para la observación de aves que vienen a alimentarse durante todo el año. En invierno, claro está, se convierte en un lago helado perfecto para practicar patinaje sobre hielo. En las orillas de Tjörnin, se encuentran algunas de las atracciones turísticas más visitadas de la ciudad: el Parlamento islandés y el Ayuntamiento de Reikiavik que cuenta con un gran mapa en 3D, la iglesia libre luterana, Fríkirkjan í Reikiavik, ubicada junto a la Galería Nacional de Islandia, una parada para los amantes del arte islandés, así como el Museo Nacional de Islandia, otro indispensable. No son los únicos museos de la ciudad, de hecho, la oferta museística es muy variada. Uno de los edificios más impresionantes es, sin duda, Perlan, que ofrece exposiciones interactivas sobre la naturaleza islandesa. Volcanes en erupción, auroras boreales, una experiencia dentro de un glaciar… Todo es posible aquí. Además, su ubicación es ya de por sí impresionante, porque se encuentra sobre la colina Öskjuhlíð, que permite disfrutar de unas vistas panorámicas increíbles de toda la ciudad.
Si prefieres un museo al aire libre, y el tiempo lo permite, la opción más recomendable es Árbaer Open-Air Museum. Se trata de un viaje en el tiempo, ya que han recreado casas, granjas, talleres e incluso iglesias tradicionales islandesas de los siglos XIX y XX. Curiosa también será la visita a The Icelandic Phallological Museum, que explora, desde su apertura en 1997, la historia fálica, con más de 200 penes de diversos animales conservados en formol y una amplia gama de obras de arte fálico. Algo más convencionales e igualmente interesantes son el Museo de Arte de Reikiavik - Hafnarhús, situado en el antiguo almacén del puerto, que ofrece un programa de exposiciones progresivo con artistas locales e internacionales; el Museo de Fotografía de Reikiavik, y el Museo de la Saga, que recrea con gran detalle momentos clave de la historia islandesa. Por supuesto, no faltan historias de vikingos. Si viajas con niños es un gran plan para hacer en la ciudad.

¿Quieres ir de compras? Además de sus grandes centros comerciales, el lugar para ir de compras es el centro, concretamente la calle de Laugavegur, una de las más antiguas de la ciudad, cuyo significado —calle de lavado— explica cuál era su función siglos atrás. Esta calle solía conducir a las antiguas y magníficas aguas termales y al famoso lavadero de Laugardalur. Por la noche, los numerosos bares, discotecas y restaurantes de la calle abren sus puertas y atraen a locales y visitantes.
En los últimos años, Skólavörðustígur también se ha transformado en una de las calles comerciales más atractivas de Reikiavik, con sus encantadoras casas antiguas, tiendas, galerías y cafeterías. Se extiende desde la esquina de la principal calle comercial, Laugavegur, hasta la magnífica iglesia Hallgrímskirkja. En Hafnartorg podrás encontrar diversas tiendas, tanto de diseñadores de alta gama como de conocidas marcas internacionales.
La música es muy importante en la vida cultural de la capital de Islandia, además de los pubs y bares para escuchar música en directo hay varios edificios singulares que se deben tener en cuenta. Uno es la sala de conciertos Salurinn y el espectacular edificio de cristal que brilla, casi tanto como un iceberg frente al mar, conocido como el Harpa, que es la actual sede de la Orquesta Sinfónica de Islandia y la Ópera de Islandia. Es un centro cultural con cafeterías y restaurantes y unas espectaculares vistas del puerto de Reikiavik. No olvides visitar la escultura Sun Voyager, con sus vistas a la bahía de la capital y el monte Esja.

Excursiones desde Reikiavik: dónde ir
Desde la ciudad pueden hacerse muchos recorridos de un día a las montañas, los glaciares, los volcanes y los manantiales calientes del entorno. Las excursiones de un día desde Reikiavik pueden incluir la equitación, la escalada de glaciares, el descenso de ríos, la espeleología, la observación de ballenas, la búsqueda de auroras boreales (dependiendo de la época del año en la que vayas) y mucho más.
Observar la naturaleza y formar parte de ella como lo hacen los islandeses es el mejor plan para disfrutar del país. Desde la capital se puede hacer una ruta por el corazón geológico y simbólico de Islandia. El Parque Nacional de Thingvellir, con sus fisuras tectónicas y su historia milenaria, nos recuerda que aquí nació una de las democracias más antiguas del mundo. La naturaleza se expresa con fuerza en la catarata de Öxararfoss y en el campo geotermal de Geysir, donde el géiser Strokkur lanza su aliento al cielo cada pocos minutos. Gullfoss, la cascada dorada, te dejará sin palabras con su rugido y su belleza indómita. La ruta del Golden Circle, el Círculo Dorado, permite en pocos kilómetros, haciendo varias paradas, contemplar joyas naturales tales como el mayor glaciar de Europa, Vatnajökull.
Más turístico, pero divertido, es la excursión a la Laguna Azul de Islandia. El enorme balneario geotermal ubicado en un campo de lava en el suroeste de Islandia es uno de sus sitios más visitados y concurridos. Como decíamos, los islandeses suelen acudir a aguas termales durante el invierno, para calentarse y disfrutar de los paisajes al aire libre, tal vez después de una buena excursión de senderismo. En la Laguna Azul la temperatura es de unos 38 °C (100 °F). Su llamativo color azul lechoso se debe a la abundancia de partículas de sílice en el agua, que resultan muy beneficiosas para la piel. Este lugar se encuentra a una hora de la capital, pero en la misma ciudad también hay piscinas climatizadas como Laugardalslaug, la más extensa de las piscinas públicas de la ciudad, y Sundhöllin, otra de las piscinas climatizadas más recomendables del centro.
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