De Sri Lanka a Huesca: 36 planes divididos por meses para disfrutar de un 2026 lleno de viajes
En la agenda del próximo año hay mucho donde elegir. Empezar en Hawái avistando ballenas jorobadas en enero, llegar a Logroño para las fiestas de San Bernabé de junio, pasar agosto en Escocia disfrutando de los Juegos de las Highlands y acabar el año viendo gorilas (y mucho más) en Uganda, entre otros destinos


Viajar está bien en cualquier momento del año, pero si además hay una buena excusa para visitar un destino en unas fechas concretas (para asistir a unas fiestas tradicionales o presenciar la celebración de un festival único, por ejemplo), todavía mejor.
Para quien haya incluido viajar más entre sus propósitos de Año Nuevo, he aquí una agenda llena de excusas para todos los gustos, destinada a aprovechar al máximo cada mes del 2026.
Enero
1. Hawái: el regreso de las ballenas
Clima suave, surf y avistamiento de ballenas jorobadas son los reclamos de Hawái al comienzo del año. La costa norte de la isla de Oahu se convierte en el destino predilecto de surfistas profesionales que aprovechan las grandes olas de enero mientras el Monumento Nacional Marino Papahānaumokuākea espera el regreso de las ballenas jorobadas, en cuyas aguas se reproducirán y nacerán nuevas crías. Para planes tierra adentro, se puede visitar Honolulu, las Manoa Falls, el jardín botánico de Ho’omaluhia o algunos escenarios de Lost.

2. Ezcaray (La Rioja): patrimonio y esquí
Ezcaray presume de ser la primera villa turística riojana. No es para menos viendo su cuidado casco histórico, con casas señoriales y sus pequeñas plazas fortificadas. Ejemplos de ello son la iglesia de Santa María la Mayor, la plaza del Quiosco o la de la Verdura y sus más ilustres casas nobles, como el palacio de Torre Múzquiz, el del Arzobispo Barroeta, el del Ángel o la casa de los Gil de la Cuesta. Además, a escasos kilómetros está la estación de esquí de Valdezcaray, con 26 pistas.
3. Piornal (Cáceres): la fiesta del Jarramplas
El valle del Jerte es uno de esos lugares que no suele necesitar presentación, especialmente cuando los cerezos están en flor. Sin embargo, el 19 y 20 de enero, en Piornal, un pequeño pueblo de unos 1.500 habitantes, se celebran unas animadas fiestas con romerías, procesiones y degustación de migas. Su plato fuerte es el paseíllo del Jarramplas, un personaje ataviado con un traje lleno de cintas de colores y protegido con una necesaria armadura y una máscara cónica con cuernos al que, mientras toca el tambor, se le lanzan nabos hasta que se rinde.
Febrero
4. Tailandia: Año Nuevo chino
En Tailandia los años nuevos se celebran a lo grande; el cristiano, el budista o songkran y el Año Nuevo chino. Este último, que en 2026 comienza el 17 de febrero, viste las ciudades de farolillos rojos y las llena de puestos de comida, danzas del león y el dragón y pirotecnia, especialmente en el barrio chino de Bangkok (Yaowarat). Además de unirse a las fiestas, a ser posible vestido de rojo, es un buen momento para visitar el Mangkon Kamalawat, el templo budista chino más grande de la capital.

5. Vall de Uxó (Castellón): en las cuevas de Sant Josep
Situadas sobre uno de los ríos subterráneos navegables más largos de Europa, estas grutas están en el parque natural de la Sierra de Espadán. Una parte del recorrido se hace a pie, lo que permite visitar la cascada de la Flor e interesantes fósiles, y otra en barca, unos 800 metros surcando el río para conocer galerías y lagos mientras se contemplan las caprichosas formas que el agua ha moldeado en las rocas.
6. Almonacid del Marquesado (Cuenca): tradición inmemorial
En este pueblo de Cuenca se enorgullecen de tener la tradición más antigua de España. Se trata de la Endiablada, cuyos orígenes se atribuyen tanto a las celebraciones de la Virgen de Candelaria como a las de San Blas, que se celebran el 2 y el 3 de febrero, respectivamente. En estas fechas, las calles del pueblo, de unos 400 habitantes, se llenan de más de un centenar de diablos, vestidos de colores llamativos y con cencerros a la espalda, que sacan en procesión a los santos, sin parar de bailar y saltar.

Marzo
7. Chile: la magia de la naturaleza
En marzo, Chile se despide del verano pero las temperaturas aún son agradables, lo que permite disfrutar, además de ciudades imprescindibles como Santiago de Chile o Valparaíso, de lugares como Puerto Varas y el lago Llanquihue o la isla de Chiloé. Aunque la magia reside especialmente en entornos naturales como el parque nacional de las Torres del Paine, el desierto de Atacama o la Capilla de Mármol, un conjunto de maravillas minerales de carbonato de calcio erosionadas por el lago General Carrera. Sin olvidar la isla de Pascua, con sus misteriosos moáis y una espectacular naturaleza.
8. Melilla: paseo modernista
Por detrás de Barcelona, Melilla es la ciudad española con más arte modernista en sus calles. Allí se trasladó Enrique Nieto, pupilo de Antoni Gaudí, y allí dejó su impronta, desde la Casa de Manuel Buxedas Aupi, más conocida como la Confitería Gurugú, hasta al llamado Triángulo de Oro, donde se encuentran el palacio de la Asamblea, la Casa Melul o la Casa Tortosa, la Cámara de Comercio, la antigua sede del periódico El Telegrama del Rif y el edificio La Reconquista, sin olvidar los bancos y pérgolas de la plaza de Menéndez Pelayo.
9. Vigo: la fiesta de la Reconquista
El 28 de marzo Vigo celebra la reconquista de la ciudad y la expulsión de los franceses en 1809, convirtiéndose así en la primera ciudad europea en librarse de las tropas de Napoleón. Su casco histórico se convierte en una feria de la época, con puestos de comida, artesanía y representaciones musicales. Los vigueses se funden con el ambiente y se disfrazan de forma acorde a la vez que representan las batallas entre gallegos y franceses, incluido el derrumbamiento de la Porta da Gamboa.

Abril
10. Sri Lanka: en tren de Kandy a Ella
En marzo y abril se da la temporada intermonzónica en Sri Lanka, en la que el clima es cálido y relativamente seco en la mayoría de las regiones de un país que, a pesar de su pequeño tamaño, cuenta con dos zonas climáticas bastante diferenciadas. Abril es el mes perfecto para visitar la costa sur (y ver ballenas en Mirissa) y oeste, el Triángulo Cultural formado por Anuradhapura, Polonnaruwa y Sigiriya, y las Tierras Altas, incluyendo el famoso tren que lleva de Kandy a Ella y que cuenta con uno de los recorridos más bonitos del mundo entre paisajes montañosos y plantaciones de té.
11. León: de procesión profana
El entierro de Genarín es una de esas tradiciones que seguramente solo pueden darse en España y que ofrece una interesante alternativa a la tradicional Semana Santa. Se trata de una procesión profana que, en la noche del Jueves al Viernes Santo, celebra, con su buena dosis de humor, la vida y muerte de Genaro Blanco, un hombre común que sirve para parodiar los episodios más piadosos de la Pasión de Cristo. No falta la versión cómica de la Última Cena, el bautizo con orujo o la procesión al santo, con su botella y agarrado a una farola.
12. Ribadesella (Asturias): un hipódromo natural
Aunque gran parte de la fama se la ha llevado Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), Ribadesella cuenta con sus propias carreras de caballos en la bellísima playa de Santa Marina, la única prueba equina del norte de España que se celebra en un arenal. Suele tener lugar en Semana Santa, aunque la fecha definitiva depende de las mareas, y acoge varias categorías. Para redondear el plan, nada como recorrer el centro histórico desde la plaza de la Reina María Cristina a la de la Atalaya y desde allí subir a la ermita de la Virgen de la Guía.

Mayo
13. Belice: inmersión a 40 metros
Este país de la costa este de América Central tiene un poco de todo; increíbles playas, ruinas mayas, como Xunantunich o Lamanai, y una interesante diversidad cultural. Pero si hay algo por lo que merece la pena viajar a Belice es por sus fondos marinos. Su barrera de coral es una parte fundamental del Sistema Arrecifal Mesoamericano, de más de 900 kilómetros, y aquí se ubica el Blue Hole, un inmenso sumidero marino considerado uno de los puntos de inmersión más impresionantes del planeta y donde los submarinistas descienden hasta los 40 metros. En mayo, además, se tiene la posibilidad de observar tiburones ballena, nodriza y manatíes.

14. Tarragona: como los romanos
En mayo, en distintos puntos del casco antiguo de esta ciudad patrimonio mundial de la Unesco desde el año 2000, tiene lugar el festival Tarraco Viva. A través de centenares de actividades se intenta acercar al visitante a la vida en la antigua ciudad romana. No faltan todo tipo de recreaciones históricas, como la lucha de los gladiadores, el teatro romano, representaciones de la vida cotidiana, así como música y danza. A lo que hay que sumar la muestra gastronómica de antiguas recetas romanas. Todo ello con un objetivo claro de divulgación histórica.
15. Huesca: por los mallos de Riglos, Agüero y Peña Rueba
Situados en Riglos, a unos 45 kilómetros de Huesca, se encuentran estas formaciones geológicas llamadas mallos que consisten en unas peñas de paredes verticales, con peculiares formas, que alcanzan hasta los 275 metros de altura. Los de Riglos, a orillas del río Gállego y junto a la localidad homónima, son los más conocidos, pero muy cerca están los de Agüero, Vadiello, Murillo de Gállego y el Salto de Roldán, entre otros. Un consejo es contemplar esta maravilla natural al atardecer, cuando las paredes se tornan en un inolvidable color rojizo.

Junio
16. Paraguay: cascadas, ruinas jesuíticas y bosques
Paraguay quiere dejar de ser el secreto mejor guardado de Sudamérica y así lo avalan las cifras crecientes de turistas internacionales. Su gran reclamo es su exuberante riqueza natural, en la que el Gran Chaco, que representa el 60% del territorio, ocupa un lugar privilegiado. Aquí no faltan selvas secas, bellas cascadas como las del Alto Paraná, ruinas jesuíticas declaradas patrimonio de la Unesco, o la reserva natural del Bosque Mbaracayú, declarada reserva de biosfera. Todo ello sin olvidar la capital, Asunción, o Ciudad del Este, desde donde se pueden visitar las vecinas cataratas de Iguazú.
17. Logroño: pan, peces y vino
Entre el 7 y el 12 de junio se celebran las fiestas de San Bernabé para conmemorar la victoria ante las tropas francesas el 11 de junio, día de San Bernabé, de 1521. Según cuentan, durante el asedio los logroñeses pescaban truchas en el Ebro, y, por eso, uno de los actos más multitudinarios tiene lugar en la puerta del Revellín, donde la Cofradía del Pez reparte pan, peces y vino.
18. Menorca: el momento de la isla
En junio, la isla balear es una apuesta segura. Con la llegada del calor pero aún lejos de las aglomeraciones veraniegas, sus calas ofrecen un innegable atractivo, desde cala Galdana a Macarella o Mitjana. Además, es un momento ideal para recorrer el Camí de Cavalls, descubrir Maó y Ciutadella (y sus fiestas de Sant Joan), conocer la Menorca talayótica, Es Grau o Binibeca. Sin olvidar visitar los faros más bellos de la isla, como el de Favàritx, el de Punta Nati, el de Artrutx o el de Cavalleria.

Julio
19. Kiruna (Suecia): el sol de medianoche
Kiruna, la ciudad más septentrional de Suecia, saltó a los titulares porque se está trasladando tres kilómetros al este ya que, debido a una mina de hierro, parte de la ciudad está cediendo. Pero este también es uno de los lugares en los que contemplar el curioso fenómeno del sol de medianoche cuando, debido a su cercanía con el círculo polar ártico, en verano el sol no llega a ponerse en ningún momento. Esto, además, posibilita disfrutar las 24 horas del día del cercano parque nacional de Abisko.
20. Bargota (Navarra): capital de la brujería
Ambientado en el siglo XVII, este pequeño pueblo de la comarca de Estella se transforma en la capital de la brujería durante unos días de julio. Sus calles se llenan de puestos en los que se venden pócimas o se aprenden conjuros. La Semana de la Brujería también cuenta con un aquelarre y hasta con un rincón reservado para la Inquisición. Todo ello porque, según la leyenda, se le atribuyen algunos sucesos extraños a un clérigo del pueblo llamado Johannes El Brujo.
Agosto

21. Vallecas (Comunidad de Madrid): refrescante batalla
Se dice que, durante un domingo al año, el madrileño barrio de Vallecas se convierte en un puerto de mar. Dentro de las festividades de la Virgen del Carmen, se celebra la Batalla Naval, que cada julio congrega a miles de personas ataviadas con pistolas de agua, cubos, jarras o espráis que durante varias horas recorren las calles mojando a sus vecinos y esquivando algún remojón que cae desde las ventanas de los edificios. Además, no faltan una batucada, una paella popular previa, así como desfile de charangas, marineros y carrozas.
22. Escocia: deporte y fiesta en las Highlands
Aunque no hagan falta excusas para visitar Escocia en verano, los Juegos de las Highlands son un maravilloso pretexto para viajar a las Tierras Altas y disfrutar de estos eventos que conjugan los deportes tradicionales del lugar, como el lanzamiento de tronco, de martillo o el tira y afloja, con la fiesta propiamente dicha, que incluye música, comida, juegos y mucho baile. Cada fin de semana tiene lugar en distintas ubicaciones, por lo que hay muchas oportunidades para vivir estos eventos únicos que tan bien recogen el espíritu escocés.

23. La Unión (Región de Murcia): cita flamenca
El Festival del Cante de las Minas que tiene lugar cada año en La Unión se ha convertido en una visita obligada para los amantes del flamenco. Considerado cuna y trampolín de infinidad de artistas en las categorías de cante, guitarra, baile e instrumentista flamenco, este festival nació en 1961 buscando defender el patrimonio que aunaba los cantes de los mineros andaluces con los autóctonos de la sierra minera de Cartagena-La Unión. Con cuatro característicos espacios, incluyendo uno en una mina a 80 metros de profundidad, es un espectáculo inolvidable en un entorno único.
24. Ceuta: una foto con Hércules
Eterna vigilante del estrecho de Gibraltar, la Ciudad Autónoma de Ceuta cuenta con un increíble patrimonio fruto de todas las culturas que han querido conquistarla. No es de extrañar que las Murallas Reales sean uno de sus patrimonios más recomendables, sin olvidar el santuario de Santa María de África o su hermosa catedral. Cualquier viaje debe incluir sus playas y hacerse una foto con uno de sus Hércules separando las columnas. Además, visitar Ceuta este mes permite disfrutar de las fiestas en honor a la patrona de la ciudad, la Virgen de África (el 5 de agosto), y del día de la Asunción de la Virgen, el 15 del mismo mes.
Septiembre
25. Canadá: esplendor natural
El segundo país más grande del mundo ofrece un paraíso natural inolvidable en verano, especialmente si se visitan las Montañas Rocosas —con los parques naturales de Jasper, Banff, Yoho, Kootenay y Waterton Lakes— o se hace una ruta por el río San Lorenzo —decantándose por los parques naturales de Grands Jardins, Gaspésie, Saguenay, Bic y Jacques-Cartier—.
26. Baza y Guadix (Granada): pueblos rivales
Patrimonio de la Unesco, a Baza no le faltan encantos turísticos, aunque estos pasan a un segundo plano si se visita el 6 de septiembre, cuando los bastetanos se pintan de negro con la intención de proteger a la patrona de la ciudad, la Virgen de la Piedad, del Cascamorras, un emisario de la ciudad vecina de Guadix que quiere llevársela. Tras varios actos, el día 8, el Cascamorras vuelve a Guadix, donde es manchado de nuevo como castigo por no apoderarse de la imagen mariana.

27. Tijarafe (La Palma): la Danza del Diablo
En la madrugada del 8 de septiembre tiene lugar el punto culminante de las fiestas de Nuestra Señora de la Candelaria: la llegada del Diablo, un ser de grandes dimensiones que escupe fuegos artificiales y aparece precedido de gigantes y cabezudos. Interrumpen la verbena sin previo aviso y se produce la Danza del Diablo, que culmina, tras un buen rato de espectáculo pirotécnico, con la explosión de la cabeza del maligno, el triunfo del bien sobre el mal.
Octubre
28. O Grove (Pontevedra): delicioso marisco
Antes de que los precios se disparen con la Navidad, O Grove celebra su Feria del Marisco coincidiendo con el puente del Pilar y con una duración aproximada de semana y media. Las carpas se llenan con raciones de un género exquisito como nécoras, ostras, pulpo, vieiras, zamburiñas, mejillones y almejas. Tampoco faltan los conciertos, espectáculos y una buena cantidad de actividades, que el fin de semana se alargan hasta la madrugada. Y, si vuelve el hambre, hay postres típicos como filloas, tartas de Santiago o bica gallega.
29. Salto del Nervión (Álava - Burgos): después de unas lluvias

Con más de 220 metros de caída libre, el salto del Nervión es la cascada más alta de la Península, rodeada de bellísimos hayedos e impresionantes cortados. Es imprescindible ir después de unas buenas lluvias o no se verá agua, ya que el material es muy poroso y esta circula por el interior de la roca. La forma más sencilla de verla es acudir al mirador, que además ofrece unas apabullantes vistas del cañón de Delika.
30. Albuquerque (EE UU): para mirar al cielo
Durante varios días de octubre, centenares de globos aerostáticos surcan el cielo de esta ciudad de Nuevo México que acoge cada año el Albuquerque International Balloon Fiesta, el festival de este tipo más grande del mundo. Con un campo de despegue de más de 30 hectáreas, el recinto es testigo de exhibiciones nocturnas de globos a baja altura, exposiciones de automóviles o fuegos artificiales. También hay un concurso para ver qué participante puede volar más lejos, llegando a mantenerse en el aire varios días y recorriendo más de 300 kilómetros.

Noviembre
31. Potes (Cantabria): fin de semana de orujo
El segundo fin de semana de noviembre, Potes se engalana para la Fiesta del Orujo, que empieza con el pregón del orujero mayor y el encendido de las alquitaras (el aparato empleado para la destilación). Se organizan mercados tradicionales, talleres, desfiles, actuaciones y, por supuesto, catas. Con o sin resaca, nada como un paseo por el barrio de la Solana y acercarse al monasterio de Santo Toribio de Liébana.
32. Riópar (Albacete): el nacimiento del Mundo
Una bella ruta de unos cuatro kilómetros lleva hasta el nacimiento del río Mundo y la cueva de los Chorros, un espectáculo natural que se produce en un gran farallón rocoso con forma de anfiteatro. A sus pies, el agua se amansa en pequeñas pozas llamadas calderetas. El momento más impresionante para visitarlo es cuando se produce el reventón: la salida de golpe y a borbotones de una gran cantidad de agua a presión a través de la cueva. Algo que se da, claro está, en la temporada de lluvias.

33. Rumania: terriblemente bonito
Ante la cercanía de Halloween, Transilvania ofrece no solo conocer el castillo de Drácula, también la ciudad en la que nació Vlad el Empalador, figura en la que se inspiró Bram Stoker para crear su famoso vampiro. El castillo de Bran organiza cenas temáticas, con efectos audiovisuales especiales y actores que favorecen la experiencia inmersiva. Para completar el recorrido es imprescindible visitar Sighişoara, que, además de ser patrimonio de la Unesco, es la ciudad de Vlad, cuya casa se puede visitar. Muy cerca están también Sibiu y Braşov, sin influencias vampíricas pero terriblemente bellas.
Diciembre
34. Uganda: no solo gorilas
El Bosque Impenetrable de Bwindi, hogar de los gorilas de montaña, es el destino más emblemático del país, pero desde luego no es el único. Si se busca naturaleza, el parque nacional de la Reina Isabel es ideal para ver elefantes, búfalos y leones, mientras que el parque nacional de Murchison Falls es famoso por sus cascadas. Aquí, más concretamente en Jinja, nace el río Nilo, y existe un santuario de rinocerontes blancos, el Ziwa Rhino Sanctuary.

35. Bilbao: el inicio de la Navidad
Si hay un momento especial para visitar Bilbao es el 21 de diciembre, día de Santo Tomás y jornada que marca el inicio de la Navidad. Miles de personas se reúnen en la zona del Arenal y la plaza Nueva en una feria tradicional con txosnas (puestos, en euskera) de quesos, miel, rosquillas o en los que apagar el frío con una sidra o un chacolí y un talo con chorizo.
36. Arcos de la frontera (Cádiz): el belén viviente de los vecinos
Este pueblo blanco gaditano celebra cada año un belén viviente que recrea, gracias a la participación de sus vecinos, nada menos que unas 30 escenas que visitan unas 20.000 personas. Están escenarios más clásicos, como la búsqueda de posada, el nacimiento del Niño o la visita de los Reyes Magos, y también aspectos más cotidianos, como una boda hebrea, el trabajo en la carpintería, en la fragua o en el mercado de ganado. Esta impresionante representación empieza alrededor de las seis de la tarde y se alarga casi hasta las doce de la noche.
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