Un manto de ceniza
Las emisiones del volcán Cotopaxi causan graves daños en la ganadería y amenazan con destruir los cultivos


Después de 138 años en relativa calma, el volcán-nevado Cotopaxi, uno de los más peligrosos del mundo, ha vuelto a dar muestras de su grandiosa autoridad. Ha despertado de su letargo expulsando emisiones de vapor y cenizas que dibujan en el cielo columnas de varios kilómetros sobre el nivel del cráter. Situado en la rama oriental de la cordillera de los Andes, el Cotopaxi forma parte de esa cadena de medio centenar de volcanes que salpican Ecuador.
Dicen los científicos que su “estilo eruptivo” es especialmente destructivo porque da lugar a la formación de enormes lahares (flujos de lodo y escombros) que, junto al agua derretida de la cumbre del glaciar, transitarían velozmente por los drenajes hacia zonas densamente pobladas, arrasándolo todo a su paso.
Con sus 5.897 metros de altura, el colosal Cotopaxi ha vuelto a exhibir su actividad fumarólica ante la mirada de las 320.000 personas que se verían afectadas si llega la temida erupción, como aquella de 1877, la última sacudida feroz. De momento, los campesinos que habitan en sus proximidades han visto cómo la hierba que sirve de pasto al ganado y los campos de cultivos están cubiertos por un manto gris, como el que muestra la fotografía, tomada en Machachi, al sur de Quito. Saben que la ceniza y los flujos piroclásticos causan graves efectos en los animales y destruyen las cosechas.
Precisamente por las catastróficas consecuencias que pueden generar las explosiones del imponente cerro, el Cotopaxi está vigilado las 24 horas del día. Los vulcanólogos examinan sus latidos permanentemente. Como medida preventiva, varias localidades ubicadas en las faldas del volcán han sido evacuadas. El Gobierno mantiene la alerta amarilla desde que fue activada, el 15 de agosto, y en el país reina el estado de excepción decretado por el presidente, Rafael Correa. Una medida que entraña la prohibición a los medios de comunicación de dar informaciones que no sean las procedentes del propio Gobierno. Esta restricción afecta a los medios públicos y privados y se hace extensiva a las redes sociales, como si el manto de ceniza hubiera caído también sobre la libertad de prensa.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
Alphabet vuelve a salir de compras: se hace con Intersect por más de 4.000 millones
El jugador del Algeciras Èric Montes deja el fútbol a los 27 años por salud mental: “Cuando me rompí la rodilla, fue de mis mejores momentos”
El ultranacionalismo ruso, enardecido por el asesinato de ‘Español’, el comandante de los hooligans
Almeida pasa el rodillo para aprobar los presupuestos con tres enmiendas a la totalidad
Lo más visto
- Lotería de Navidad 2025, en directo | 79432, el Gordo de la Lotería de Navidad
- Así te hemos contado las elecciones en Extremadura | El PP gana en Extremadura con 29 escaños, pero necesitará para gobernar a un Vox que crece
- Comprobar Lotería de Navidad 2025: consulta la pedrea con los números premiados
- Los jueces del Tribunal Penal Internacional se rebelan ante las sanciones de Trump: “No hay que ceder”
- Oona Chaplin: “Le conté a James Cameron que vivía en una cabaña en los árboles y que estaba iniciando un proyecto de permacultura con una amiga”




























































