Stéphane de Creisquer (consejero delegado de Man Truck & Bus Iberia): “Me encanta el positivismo de los españoles”
El ejecutivo de origen francés ha aprendido a vivir más centrado en el día a día


Nacido en la capital francesa hace 61 años, Stéphane de Creisquer, consejero delegado de la empresa de camiones Man Truck & Bus Iberia, es un enamorado del país. Llegó con un contrato para un par de años y lleva aquí 27. Licenciado, con un MBA por la Université Paris Dauphine, dirige un equipo de 600 personas.
Pregunta. ¿Le costó echar raíces?
Respuesta. Llegué como expatriado de una empresa desde el Reino Unido en 1998. No sabía hablar el idioma, tenía una mujer francesa y dos niños pequeños. Por circunstancias de la vida esos años se extendieron. Mis dos hijos me han dado cuatro nietos y ahora tengo una mujer española…
P. ¿Qué es lo que más le gusta de España?
R. El carácter de la gente, la alegría natural. Lo voy a resumir en una frase: cuando le preguntas a un francés qué tal está te contesta: pas mal (no va mal). Cuando le preguntas a un español dice: ¡muy bien! Me gusta el positivismo, la forma de vivir, la historia, la gastronomía, el vino español, la cercanía de la gente. Además, desde hace unos meses tengo la nacionalidad española tras tres años de trámites.
P. ¿Qué es lo que no le gusta?
R. A nivel profesional la planificación, que tiene que mejorar. Y algo que personalmente me toca un poco más es que aquí es fácil romper el hielo con alguien, pero luego pueden pasar dos o tres años sin tener noticias de esa persona. En el país del que vengo si eres amigo te ves con más frecuencia.
P. ¿Con qué se entretiene los fines de semana?
R. Con el deporte. A pesar de mi edad juego cada fin de semana al tenis. Me encanta viajar con mi mujer, que es todoterreno. Vamos por todas las provincias españolas y hemos empezado por Francia. Salimos bastante. Me gusta la cultura, las exposiciones y quedar con amigos.
P. ¿Qué tal lleva el estrés?
R. Mucho mejor que cuando tenía 40 años. El cuerpo te da señales: tienes que bajar un poco el ímpetu para vivir mejor.
P. ¿Es aficionado al cine o las series?
R. Tengo que decir que no me gusta nada el cine americano ni las series americanas. Estoy muy contento de ser europeo, de vivir en un continente multicultural, me gustan las películas con suspense y al mismo tiempo con referencias históricas. Me gusta mucho el cine francés.
P. ¿Algún restaurante?
R. Soy más de tabernas, algo no tan formal. Hay una últimamente que me ha gustado mucho, Origen, cerca del palacio de Liria de Madrid. Cocinan muy bien a precio accesible.
P. Por cierto, Donald Trump ha castigado con aranceles al vino español y francés.
R. Eso denota que no tiene un gran gusto culinario.
P. ¿Un consejo que le hubiese gustado recibir?
R. Toma las cosas con perspectiva. Hay que disfrutar del momento presente. Esto nadie lo enseña y es una virtud enorme. Tanto en Francia como en el mundo anglosajón te enseñan a planificar y nos olvidamos del presente.
P. ¿Qué cambiaría de su pasado?
R. Si tengo una frustración es que he trabajado tanto que no he visto crecer a mis hijos. Es bastante clásico, pero es verdad. Hay que disfrutar de cada momento, grabarlo en el cerebro para optimizar cualquier momento de vida. Y que cada uno haga lo que quiera en su vida.
P. ¿Una cualidad que valore en los demás?
R. Ser buena persona, generoso.
P. ¿Qué le preocupa si piensa en el futuro?
R. La enfermedad, y en cierto modo el final. Con el paso de la edad se acerca.
P. ¿Un sueño cumplido?
R. He cumplido varios, como estar feliz y bien cada día con mi pareja. Es mi segunda mujer y casi mi cuarta pareja. He tenido la gran oportunidad de viajar por la mitad del mundo, me ha encantado conocer culturas, paisajes y personas distintas. Me encanta Madrid y me encanta que mi mujer española conozca más en profundidad la forma de vivir en Francia. Mis hijos llegaron con 6 y 4 años y se fueron con 20 y 18, han pasado toda la juventud aquí. La descendencia es un elemento nuevo con el que no contaba tan pronto. Estoy flipando con los nietos. Además, tengo el gran privilegio de que, después de 30 años fuera de Francia, mis amigos de juventud están, han venido todos a mi cumpleaños. A pesar de la distancia mantenemos una amistad profunda.
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