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El sueño de ser funcionario cada vez está más extendido: “Hay hornadas de gente que con contrato indefinido están viniendo a la Administración”

La intención de montar una empresa cae mientras se prepara la mayor oferta pública de empleo, a la que se presentará un buen número de trabajadores que busca un cambio

Pruebas para cubrir 28 plazas de bombero en Vitoria, celebradas el 12 de abril.

Soplan buenos vientos para el empleo público. En los próximos 10 años se jubilan el 60% de los funcionarios. Además, el sector califica de “histórica” la próxima convocatoria, que prevé superar las 100.000 plazas del pasado año. Este escenario dispara el número de opositores en busca de seguridad, estabilidad y buen horario. Si a esta ecuación se suma la incertidumbre política, que ralentiza la inversión; la excesiva burocracia y la presión fiscal, se obtiene una caída de la intención emprendedora que la III encuesta anual de emprendimiento en España, que impulsa e-Residency, cifra en un 17%. De igual modo, la presidenta del Observatorio del Emprendimiento de España, Ana Fernández Laviada, habla de “estancamiento en la intención de emprender, con un índice del 11,2% en la población española”.

Una casuística que impacta en las academias que preparan oposiciones con un aumento significativo de alumnos. OpositaTest lo cifra en un 80% y tanto Adams como Centro de Estudios Financieros hablan del 20%. Coinciden en que la próxima oferta de empleo público (OEP), que publicará el BOE en junio, tanto para los cuerpos de la Administración General del Estado (63.000 plazas) como para el autonómico (25.000) y local (5.200), verá incrementadas estas cifras de la anterior convocatoria. Y narran importantes novedades: crece el número de universitarios candidatos a funcionarios; sube la franja de edad (pasa de los 24-30 años a los 30-40 años) y dan cuenta de una auténtica migración de trabajadores del sector privado al público.

Según un estudio de OpositaTest, el 68% los trabajadores abandonarían un empleo estable en el sector privado por una plaza pública. Hay un cambio de prioridad, refiere Jonathan García, su consejero delegado, “porque coyunturalmente emprender ahora no es la mejor decisión”. Los altos salarios (un 25% por encima del sector privado, según un reciente estudio del Banco de España con datos de 2021) son, en su opinión, “otra causa por la que 10 millones de españoles ya opositan o declaran su intención de hacerlo”, según el informe El peso del opositor en España, elaborado por OpositaTest.

Es el caso de la exauditora de cuentas en KPMG Carmen Hernández Robledo, un puesto que dejó para aprobar su oposición al Grupo A1 (200 temas). Con 31 años ya es interventora del Estado. “Ha sido un órdago. Lo he hecho sin sueldo y con dedicación exclusiva”, mantiene. Y la razón por la que decidió hacerse funcionaria: “Tengo vocación pública y quiero ser parte de los cambios sociales”. Reconoce que la empresa privada “es más ágil y cuenta con tecnología más moderna” y que en la pública “es complejo tomar decisiones de forma independiente, pero hay una cultura más adaptable a la conciliación”.

Ejemplos del trasvase

Igualmente, Luis Ángel Abad, gestor de la Unidad de Patrimonio del Estado en Toledo, no dudó en opositar cuando, tras 20 años en el sector bancario, le despidieron. “Con 46 años y padre de familia numerosa, no me planteé emprender porque carecía del patrimonio necesario, ni volver a la empresa privada porque a esa edad estás fuera del mercado”. Dice del empleo público que es un gran desconocido y destaca: “La capacidad de trabajo de gente muy cualificada”. Asegura que su ejemplo no es anecdótico y califica de “hégira” la que vive el sector privado. “Hay hornadas de gente que con contrato indefinido están viniendo a la Administración”, afirma.

España vive así un ciclo donde el funcionario toma la delantera porque la cultura emprendedora no ha arraigado en el país y la del funcionariado sí, destaca Fernández Laviada. “La falta de percepción de oportunidades y el miedo a fracasar lastra el emprendimiento”, añade.

David Cordobés, fundador junto a su hermano de la marca Alex Cordobes.

Asignaturas que los jóvenes emprendedores y hermanos Cordobés han aprendido haciendo camino hasta posicionar su marca, Alex Cordobes, como un referente del sector repostero premium. Las famosas colas para deleitar sus archiconocidas tartas de queso, de mil sabores, “no es fruto de una buena idea nacida en pandemia”, señala el emprendedor. “Más bien de fracasar con otras iniciativas, aprender y levantarse”. Una experiencia de la que extrae lecciones: “El valor de las personas: hay que captar el mejor talento, mantenerlo y motivarlo”, señala Cordobés. “Darles buenas condiciones laborales y pagarlo muy bien”, añade su hermano David.

“Con una plantilla de 30 trabajadores, en tres años no se nos ha ido nadie”. Y sin duda, “medirlo todo para crecer con la mejor estrategia, adaptarla a tu producto, cliente y mercado” ha sido parte de la clave del éxito, que se salda con una facturación de seis millones de euros y una venta de 1.300 tartas diarias.

Jóvenes como ellos siguen siendo el mayor potencial para emprender, según el informe GEM 2024-2025 (Global Entrepreneurship Monitor), aunque la tasa de la actividad emprendedora, TEA, se mantiene en el 7% con respecto al año anterior. “Debería llegar al menos al 10%, la media europea”, señala Fernández Laviada. “Que se mantenga estancada es decadente”, sentencia Luis Abajo Víbora, responsable de ventas de la consultora Grupo Afianza. “Significa que no hay dinero nuevo, ni se crean puestos de trabajo”. Y culpa de ello a la “fiscalidad, con tipos impositivos y cuotas a la Seguridad Social desbocados, así como a la regulación del mercado laboral”. Y ejemplifica: “Para un emprendedor, despedir a un trabajador que no rinde es un calvario: detectarlo, informar al trabajador, darle audiencia previa, otra audiencia si hay representación sindical y plazo de alegaciones”. Abajo Víbora aconseja lanzar antes una start-up, con un tipo del 15% si no se reporta beneficios durante cuatro años, en lugar de una pyme, que mantiene el tipo reducido los dos primeros años y luego tributa al 25%.

Gasto y envejecimiento

El gasto público en España alcanzó los 723.000 millones de euros en 2024, lo que representa el 45,4% del PIB. Una partida destacada es el coste del personal. Con casi tres millones de funcionarios, no es de los países de la eurozona con mayor dotación, pero sí se encuentra entre los que más gasta en salarios. Supera en un 15% la media europea, según el informe Las sombras del mercado laboral español, del Instituto Juan de Mairena.
Su relevo (el 46% es mayor de 55 años, según la OCDE) supondrá en la próxima década 107.754 incorporaciones, de las que 84.533 corresponden a personal funcionario de carrera y 23.221 a laborales fijos, según el estudio sobre envejecimiento de las plantillas en la Administración General del Estado 2024 y proyección futura a 2034, elaborado por el Ministerio de Función Pública.

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