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Netflix vende a Trump un plan ‘made in USA’ con Warner: miles de empleos y 20 veces más suelos para rodaje en EE UU

La empresa opada ha gastado más de 5.000 millones de dólares en reestructuraciones en tres años antes de ponerse a la venta

Álex Medina R.

No hubo foto junto a Donald Trump como en aquella ceremonia de investidura donde coincidieron los grandes magnates de las tecnológicas más poderosas del mundo. No hay ni confirmación oficial, pero sí tácita por ambas partes: el consejero delegado de Netflix, Ted Sarandos, se reunió con el presidente de Estados Unidos en el mes de noviembre durante una hora en la que ya le adelantó que la N roja se iba a lanzar a por Warner Bros. Discovery en una de las grandes operaciones del siglo. Nada más ha trascendido de aquello salvo que el republicano contestó con liberalismo puro, a favor de quien presentara la mejor oferta; y, por parte de los compradores, con una línea muy significativa en el comunicado oficial lanzado la semana pasada: “Esta operación mejorará las capacidades de Netflix en los estudios, permitiendo que la compañía amplíe significativamente su capacidad de producción en Estados Unidos”.

Sarandos puede revestir la adquisición de su gran rival con una de las grandes obsesiones de la Administración Trump desde que tomó de nuevo el Despacho Oval: más empleos para los estadounidenses y mayor producción en suelo local. La suma de Warner supondría ambas cosas a espuertas para Netflix: miles de nuevos puestos de trabajo con nómina en EE UU y hasta 20 veces más de superficie donde rodar sin salir de casa. Si las grandes marcas de la automoción internacionales, desde Toyota a Hyundai, han anunciado fábricas y líneas de ensamblaje en territorio estadounidense; si las farmacéuticas globales se apresuran en anunciar nuevas plantas en la América profunda; y si hasta la mismísima Apple viene con una lista de inversiones made in USA de 100.000 millones, Netflix no va a ser menos.

A no ser que Paramount y su propia oferta sobre la totalidad de Warner Bros. Discovery lo remedien, Netflix pasará a formar parte de la aristocracia del cine. Llevar más 100 años a los pies de la colina de Hollywood como acumula el histórico estudio de la enseña opada tiene un precio más que simbólico. Los cuatro hermanos Warner, que habían empezado a proyectar cintas caseras en una tienda de lona en Ohio, se mudaron a California y, a mediados de la década de los 20, apostaron por el cine sonoro. Cuando su El cantor de jazz (1927) se convirtió en el primer éxito rotundo del formato compraron con lo recaudado los más de 400.000 metros cuadrados en estudios que First National tenía en Burbank, en los suburbios de Los Ángeles. Hoy es el número 4000 de Warner Boulevard y sigue teniendo prácticamente la misma extensión de entonces, incendios y compraventas mínimas mediante. Es la joya de la corona en cuanto a estudios que pasaría a manos de Netflix.

Según sus propias cuentas presentadas ante la SEC, el supervisor de EE UU, Warner Bros. Discovery suma otros 100.000 metros en propiedad en Atlanta (no solo estudios, sino también corporativos) y unos 120.000 solo de rodaje en Leavesden (Reino Unido). A ellos hay que añadir sendas grandes ubicaciones en el entorno de ese volumen en Nueva York y en otra localización de Burbank, ambas en alquiler. Entre arrendamientos y activos propios, la suma más reciente de disponibilidad total de suelo de la empresa en venta suma 1,6 millones de metros cuadrados por todo el mundo, de los que un tercio están en California.

Prácticamente, todo lo que posee Warner en el estado junto al Pacífico entraría en la compra planteada por Netflix. La empresa de Stranger Things y El juego del calamar está muy lejos en capacidad productora de las grandes enseñas cinematográficas. Relativamente novata en esto de rodar con sus medios, la compañía solo informa de tres grandes estudios: en Albuquerque, Nuevo México (23.000 metros cuadrados), Brooklyn, Nueva York (7.000 metros), y Longcross, a 50 kilómetros de Londres (unos 10.000 metros). A todos ellos habría que sumar los 22.000 metros cuadrados que acapara ya en Tres Cantos, Madrid, y que han convertido al hub español como el más grande de Europa de la compañía.

Una plantilla al alza

La suma de empleos final de la futura Netflix se antoja más complicada de cuadrar, debido a la propia naturaleza de la información oficial disponible y, en particular, por los continuos cambios de propiedad de Warner desde hace un decenio. Según el último informe anual completo de Warner.Bros. Discovery, el que corresponde al fin de 2024, la compañía contaba con 35.000 trabajadores. A estos hay que restar los que pertenecían a Discovery Channel antes de su fusión con Warner en 2022, que ascendían a 11.000, según las cuentas de 2021 de la parte que se volvería a desgajar. Y, por último, de los 26.000 trabajadores teóricos de Warner tendrían que sustraerse los que no pertenezcan a la división de estudios y streaming, que es lo que compra Netflix a cambio de 72.000 millones de euros.

Tampoco estas cifras son fiables por el proceso de despidos masivos que ha vivido la empresa centenaria en los últimos tres años y que, según declaró a la SEC en su informe anual de 2024, es consecuencia de la alianza con Discovery que arrancó en 2022. En solo tres ejercicios, la fusión admite haberse gastado casi 5.000 millones de dólares en la reestructuración interna del negocio, incluyendo terminaciones de contratos laborales y mercantiles. La mayor parte, hasta 3.700 millones, se afrontaron en el primer año.

Netflix, por su parte, es mucho más lineal en cuanto a masa laboral y sigue batiendo récords año tras año en volumen de plantilla. Lleva haciéndolo sin interrupción desde 2013, pasando de los 2.022 empleados que sumaba entonces a los 14.000 con que terminó el pasado año (de los que el 69% estaban en EE UU y Canadá). La gran diferencia entre aquel Netflix y hoy es que fue en 2013, precisamente, cuando lanzó su primera gran producción propia: House of cards. Entonces, la empresa vivía de reproducir éxitos de otros como los Marvel, Star Wars, Harry Potter o Friends. Justo lo que recupera en parte con la compra de Warner (los superhéroes y las galaxias siguen siendo de Disney).

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Sobre la firma

Álex Medina R.
Jefe de sección de Empresas y Sectores. En prensa económica desde el cambio de siglo, ha trabajado en periódicos locales y provinciales así como en nacionales salmón y páginas web. También tiene experiencia en diferentes gabinetes de comunicación públicos y privados.
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