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Los cinco grandes ‘peros’ a los resultados de la todopoderosa Nvidia

El mercado encaja con recelo y tibieza el desempeño de la empresa más valiosa del mundo y teme por la desaceleración de la escalada inversora en IA

Jensen Huang, CEO of Nvidia, en la presentación de resultados de este miércoles.

Vales casi 4,5 billones de dólares (3,8 billones de euros, más de dos veces el PIB de España), ganas en un solo trimestre casi tanto como toda la banca española en su año récord de 2024 y prometes gastar más de 3 billones de dólares (más del presupuesto anual en defensa en todo el planeta) en nuevas infraestructuras de inteligencia artificial. Te llamas Nvidia, has batido todos los récords posibles de capitalización y magnitudes empresariales en unos pocos meses y el mercado tilda de “tibio” tu desempeño y las cotizaciones al cierre de la bolsa estadounidense de este miércoles se tiñeron en rojo.

¿Qué le pasa a Nvidia? ¿Le pasa algo? ¿Qué temen los analistas? Las dudas sobre la gran esperanza verde de la economía mundial se pueden resumir en cinco grandes peros o asteriscos:

El techo de la IA

Es lógica económica. No se puede seguir creciendo de esa manera durante mucho tiempo y el ritmo de inversión en sistemas de IA ejecutado desde hace dos años no es sostenible en el medio plazo. Aun así, Nvidia apunta a ventas de 54.000 millones de dólares en el tercer trimestre fiscal, que terminará en octubre, frente a los 46.000 reportados en el segundo, indicó la compañía en el comunicado del miércoles. Más o menos, el promedio estimado por Wall Street, aunque algunos analistas habían proyectado más de 60.000 millones, informa Bloomberg.

Durante la conferencia con analistas, la empresa rechazó la idea de que el interés por implementar infraestructura de IA esté decayendo. “El potencial que se avecina es inmenso”, explicó el director ejecutivo de la compañía, Jensen Huang. “Vemos un gasto de entre 3 y 4 billones de dólares en infraestructura de IA para finales de la década”.

En cualquier caso, los resultados sugieren que el gasto de los grandes operadores de centros de datos “podría ajustarse en los márgenes si los retornos a corto plazo de las aplicaciones de IA siguen siendo difíciles de cuantificar”, apuntó Jacob Bourne, analista de Emarketer.

Ya antes de que se expusieran las nuevas previsiones, los analistas de Nvidia reflejaban una brecha de aproximadamente 15.000 millones de dólares entre la estimación más alta y la más baja para los ingresos del tercer trimestre, una de las mayores diferencias en la historia de la empresa.

“Cuando algo cercano a la perfección se interpreta como una debilidad, es cuando uno sabe que tiene entre manos una de las mejores empresas que jamás hayamos visto. Lo verdaderamente asombroso es cómo Nvidia sigue escalando a su tamaño actual”, contrapuso a tanta tibieza Josh Gilbert, analista de Mercados de eToro. “Cada trimestre, Nvidia tiene que demostrar que sigue siendo el rey de la IA, y aunque este no haya sido impecable, ha mantenido su corona, y no tiene intención de soltarla en mucho tiempo”, pronosticó.

Las dificultades en China

La guerra comercial y los vaivenes negociadores de Donald Trump con la potencia asiática no pueden sino emborronar cualquier perspectiva de previsión. Más aún cuando la extensión global de la IA tiene que pasar bajo la Gran Muralla. Aunque la administración Trump relajó recientemente algunas restricciones a la exportación de chips de IA a ese país, la tregua aún no se ha traducido en una recuperación de los ingresos. Nadie se fía de una guerra que está muy lejos de resolverse.

No en vano, Pekín ha impulsado el alejamiento del uso de tecnología estadounidense en los sistemas de IA utilizados por el gobierno chino. Así que a Wall Street le cuesta prever cuánto podrá recuperar Nvidia ese mercado. Algunos analistas estiman cifras de miles de millones, mientras que otros se abstienen de hacer predicciones hasta que haya más claridad.

Nvidia sí informó de que no registró ventas de su chip de IA H20 a clientes en China durante el segundo trimestre, lo que representó una caída de aproximadamente 4.000 respecto al trimestre anterior. La previsión para el tercer trimestre también excluye las ventas del H20.

El enemigo en casa

En abril, la administración Trump endureció las restricciones a la exportación de procesadores de centros de datos a clientes chinos, excluyendo efectivamente a Nvidia del mercado. Posteriormente, Washington dio marcha atrás, indicando que permitiría algunos envíos a cambio del 15% de los ingresos.

No obstante, la compañía tampoco ve claro ese acuerdo. Lo ve más bien negro. “Cualquier solicitud del gobierno estadounidense de un porcentaje de los ingresos podría llevarnos a litigios, aumentar nuestros costos y perjudicar nuestra posición competitiva en favor de competidores que no estén sujetos a tales acuerdos”, indicó Nvidia en la documentación presentada ayer.

De nuevo, la clave está en que se abra el mercado a China, no en malabares fiscales. “Si tuviéramos más pedidos, podríamos facturar más”, lamentó ayer la directora financiera Colette Kress. También comentó que la empresa sigue presionando al gobierno estadounidense para aprobar una versión del chip Blackwell más actual para su venta en China. “La posibilidad de llevar Blackwell al mercado chino es real”, insistió Huang. “Solo tenemos que seguir promoviendo la sensatez y la importancia de que las empresas tecnológicas estadounidenses lideren y ganen la carrera de la IA”, confió.

Si se permitiera a Nvidia enviar productos más avanzados a China, podría aprovechar una oportunidad de 50.000 millones de dólares, dado que la enorme demanda de sistemas de IA en China haría que ese mercado creciera a un 50% anual. O eso calcula Nvidia que podría lograr.

Poca diversificación

Durante la mayor parte de su historia, Nvidia vivió a la sombra de rivales más grandes como Intel, ganándose la vida vendiendo procesadores gráficos en el mundo de los videojuegos. Su gran avance llegó cuando adaptó sus unidades de procesamiento gráfico (GPU) para ejecutar software de inteligencia artificial. Hasta 2022, Nvidia era una fracción del tamaño de Intel y generaba menos ingresos en un año de los que ahora obtiene en un solo trimestre.

Sin embargo, Nvidia depende en gran medida de los planes de gasto de unas pocas empresas. Microsoft, Amazon y otros grandes operadores de centros de datos representan cerca de la mitad de sus ventas. Para diversificar, Huang está expandiéndose a nuevos mercados y ofreciendo una gama más amplia de productos, incluyendo computadoras completas, equipos de redes, software y servicios. Está decidido a acelerar la adopción de la IA en toda la economía y exige a su equipo producir nuevo hardware y software a un ritmo frenético.

Por ahora, la compañía con sede en Santa Clara (California) sigue siendo prácticamente inigualable en el mercado de chips de IA, conocidos como aceleradores. Los esfuerzos internos de empresas como Amazon y los primeros intentos de competidores como AMD aún no han logrado afectar significativamente su cuota de mercado.

Prueba de ello son los últimos resultados: la unidad de centros de datos, ahora más grande que cualquier otro fabricante de chips por sí sola, generó ventas de 41.100 millones de dólares, ligeramente por debajo del promedio estimado de 41.300 millones. Los ingresos por videojuegos —anteriormente la principal fuente de ingresos de Nvidia— fueron de 4.290 millones, superando las proyecciones de 3.800 millones.

Dependencia exterior en la producción

Además de los problemas en China, el mayor obstáculo para el crecimiento ha sido la disponibilidad de suministro. Como la mayoría de los fabricantes de chips, Nvidia no posee fábricas y depende de la producción externa, principalmente de Taiwan Semiconductor Manufacturing Co. Aumentar la producción de tecnología nueva sigue siendo un desafío constante.

A saber si esta carencia fabril termina conviertiéndose también en objeto político, con un Trump deseoso de erigir fábricas en suelo local. Por ahora, Nvida no es Intel y la Administración no prevé asaltar su accionariado. El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, descartó unas pocas horas antes de conocerse las cuentas de Nvidia que el Gobierno federal haya pensado en esta opción: “No creo que Nvidia necesite apoyo financiero, así que eso no parece estar sobre la mesa ahora mismo”, aseguró en declaraciones a la cadena Fox Business.

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