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Nvidia no convence a los inversores, pese a lograr récord de ingresos y beneficio

Los futuros del gigante tecnológico llegaron a caer un 5% tras la presentación de resultados. Anuncia un nuevo plan de recompra de acciones de 60.000 millones de dólares

Stand de Nvidia en una feria en Pekin.
Carlos Molina

Nvidia, la mayor empresa del mundo por capitalización bursátil (sus acciones en el Nasdaq cerraron esta noche con un valor superior a los 4,4 billones, 1,1 billones más que hace tan solo tres meses) resiste a todos los contratiempos. Ni el supuesto pinchazo de la burbuja creada en torno a la inteligencia artificial, ni la prohibición decretada (posteriormente retirada) por Trump para vender sus chips de IA en China (por lo que tuvo que provisionar 5.500 millones en su primer trimestre fiscal, que fue de febrero a abril) ni la posterior recomendación del Gobierno chino a sus empresas de no utilizar los chips H20, lo que ha llevado a frenar su producción de forma definitiva, han tenido impacto en los resultados correspondientes al segundo trimestre, presentados esta noche a cierre de mercado.

Entre mayo y julio, la compañía radicada en Santa Clara (California) obtuvo un récord histórico de ingresos, con 46.743 millones de dólares y un crecimiento anual del 56%, y de beneficios, con 26.422 millones de dólares y un alza del 59%. Pese a esos resultados históricos, las acciones de la empresa de Santa Clara (California) reaccionaron con fuertes bajadas con posterioridad al cierre de mercados (fuera del horario habitual de negociación), con un desplome en los futuros que llegó a ser del 5%, lo que anticiparía un ajuste de su capitalización bursátil (ayer cerró en 4,429 billones) de 176.000 millones de dólares. Posteriormente se corrigió hasta un ajuste del 2% una hora después del cierre de mercado. En lo que va de año, las acciones de Nvidia acumulan una revalorización del 31,5%. Un ajuste que podría sembrar el pánico entre los inversores en la apertura de su sesión del jueves por el importante peso que representa, con más del 6% del índice bursátil tecnológico Nasdaq y el 8% del S&P 500.

El test al que se enfrentaba no era menor. El final de la producción de los chips H20 (confirmó que ya no enviará más a China) y su sustitución por la arquitectura Blackwell, la nueva generación de chips diseñados específicamente para conducir el crecimiento el desarrollo de IA generativa, parece haber convencido a sus proveedores. Buena prueba de ellos es que están siendo adoptados de forma masiva por sus cuatro principales clientes (Amazon, Google, Microsoft o Meta), que tienen un presupuesto de 750.000 millones de dólares en centros de datos para este año y el que viene. “Blackwell es la plataforma de IA que el mundo ha estado esperando, ofreciendo un salto generacional excepcional. La producción de Blackwell Ultra está en pleno auge y la demanda es extraordinaria”, afirmó Jensen Huang, consejero delegado de Nvidia. En la conferencia posterior con analistas, la directora financiera de Nvidia, Colette Kress, reconoció el impacto negativo del veto chino. “Si las disputas entre EE UU y China son resueltas, podríamos enviar por barco entre 2.000 y 5.000 millones de chips H20 a China”.

El negocio de centros de datos es el motor de los ingresos, con un 56% de incremento hasta los 41.096 millones de dólares y acapara ya el 88,4% de sus ventas. Los analistas consultados por Bloomberg aseguraron que esas cifras, pese al fuerte crecimiento, fueron inferiores a lo previsto y eso fue lo que condicionó el ajuste en su valor en bolsa. Para calmar a los accionistas y a los inversores, la compañía anunció un nuevo (e histórico) plan de recompra de acciones por valor de 60.000 millones de dólares y una previsiones de ingresos para para el tercer trimestre fiscal que apuntan a unos ingresos de 54.000 millones de dólares.

Lo que no hizo mella en su cotización en bolsa fue el enésimo desplante de la Administración Trump, materializado en la negativa a adquirir una participación accionarial de Nvidia, tal y como hizo la semana pasada con su competidor Intel, al que compró el 10%. Fue el secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, el que descartó el miércoles por la tarde que el Gobierno liderado por Donald Trump fuera a entrar en su capital. “No creo que Nvidia necesite apoyo financiero, así que eso no parece estar sobre la mesa ahora mismo”, aseguró en declaraciones a la cadena Fox Business, recogidas por Europa Press, donde defendió el rescate a Intel y abrió la puerta a operaciones con empresas de otros sectores en estado crítico, como la construcción naval.

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Sobre la firma

Carlos Molina
Periodista de la sección de Empresas, especializado en hoteles, turoperadores, agencias de viajes y aerolíneas. Trabajó en la sección de Especiales entre 2001 y 2005 y escribió sobre comercio exterior, política económica y macroeconomía en la sección de Economía entre 2005 y 2015. También ha trabajado en ABC, Interviú y el diario Mediterráneo.
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