La firma de hipotecas se dispara a máximos de 14 años por la crisis de la vivienda y la bajada del euríbor
En el primer semestre de 2025 se firmaron un total de 243.257 préstamos para comprar casas, un 25% más respecto al mismo periodo del año pasado y la cifra más alta desde 2011


El mercado hipotecario español ha cerrado el primer semestre de 2025 con un volumen de operaciones no visto en mucho tiempo. Según los datos publicados este miércoles por el Instituto Nacional de Estadística (INE), entre enero y junio se firmaron un total de 243.257 préstamos para la compra de vivienda, lo que supone un salto del 25% respecto al mismo periodo de 2024 y la cifra más alta desde la primera mitad de 2011, cuando el mercado todavía vivía la resaca de la burbuja inmobiliaria que había estallado tres años antes.
Si se analiza únicamente el mes de junio, los préstamos superaron las 41.800 firmas, un 31,7% más en tasa anual. El importe medio de las hipotecas también creció: lo hizo un 15,5% y llegó a los 168.363 euros.
El repunte responde a una doble palanca, según avanzan los expertos: la crisis de oferta en el mercado residencial y la relajación de los tipos de interés. La primera arrastra a muchos a comprar cuanto antes ante el miedo de que la disponibilidad mengüe y los precios sigan escalando. La segunda ha reabierto el apetito y amplificado las posibilidades tras varios años de encarecimiento de la financiación.
El tipo de interés medio en los préstamos se situó en junio en el 2,99%, ligeramente por encima del 2,91% de mayo, pero todavía por debajo del 3%, un nivel que no se veía de manera sostenida desde principios de 2023, según muestran los datos del INE.
La firma de hipotecas se ha convertido en un indicador más de un mercado cada vez más tensionado. Desde 2015, cuando apenas se formalizaron 123.000 préstamos en el primer semestre, las cifras han ido escalando de forma gradual. Sin embargo, el salto de 2025 es excepcional: se han firmado casi 50.000 créditos más que el año pasado y más incluso que en el primer semestre de 2022, cuando los tipos todavía estaban en mínimos.
María Matos, directora de Estudios de Fotocasa, subraya que el contexto de una política monetaria más flexible, “que abarata el crédito y mejora las condiciones de financiación”, está reactivando la demanda de vivienda de aquellos compradores cuyo acceso al mercado se había enfriado tras la anterior subida de tipos. Son aproximadamente el 21% de los compradores, según los datos que maneja el portal.
Por ello, la experta destaca que “2025 se perfila como uno de los mejores años para el mercado hipotecario”, y señala que el fuerte dinamismo se refleja no solo en la concesión de crédito, sino también en la compraventa de vivienda. Entre enero y junio, el mercado inmobiliario volvió a pisar el acelerador y alcanzó datos récord en cuanto a las operaciones registradas: 357.533 compraventas de vivienda, el mayor volumen en casi dos décadas, según el dato que publicó también el INE a principios de agosto.
Según constatan desde Fotocasa, las hipotecas a tipo fijo siguen siendo las más demandadas, representando el 72% de las firmas, mientras que las variables pierden terreno ante la caída del euríbor. Además, se observa un cambio en el perfil del comprador: jóvenes que anteriormente habían quedado fuera del mercado acceden ahora gracias a las nuevas condiciones del crédito, mientras que compradores con alta solvencia utilizan la vivienda como un valor en el que invertir.
La nota discordante, claro está, la dan los precios inmobiliarios, que se sitúan en máximos históricos y amenazan con seguir repuntando. A diferencia de los años de la burbuja, cuando se construían cientos de miles de viviendas al año, la gran mayoría de las ventas (78%) formalizadas actualmente son de segunda mano, dada la escasez de obra nueva.
Esta falta de oferta ha generado una presión adicional sobre los precios. Por eso, Matos advierte que “aunque las condiciones hipotecarias sean más favorables, el fuerte encarecimiento del mercado, con una subida acumulada del 15,9% en julio de 2025, seguirá planteando un desafío para los compradores”.
José García Montalvo, catedrático de Economía en la Universidad Pompeu Fabra de Barcelona, subraya que, pese al encarecimiento y al mayor esfuerzo financiero, muchos hogares siguen comprando, arrastrados por el temor a quedarse fuera del mercado. Es una suerte de efecto FOMO (acrónimo de fear of missing out; miedo a perderse algo) que presiona a las familias a no retrasar la decisión por si los precios siguen subiendo y pierden la oportunidad de acceder a una vivienda propia.
El Banco de España ha monitorizado recientemente esta amenaza. Según reflejaba el supervisor en un informe publicado en julio, el índice de accesibilidad a la vivienda se está estancando en cotas preocupantes porque los precios inmobiliarios, que suben sin pausa, están contrarrestando las mejoras que llegan por el lado financiero. Es decir, el encarecimiento de las casas está opacando tanto el crecimiento de los ingresos de los hogares como la mejora de las condiciones hipotecarias.
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