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La creación de empleo supera de nuevo en junio las expectativas en Estados Unidos

Pese a la incertidumbre por los aranceles de Trump, la economía generó 147.000 puestos de trabajo y la tasa de paro cae al 4,1%

Cartel de "se ofrece trabajo" en un pueblo de Pensilvania a principios de junio.
Iker Seisdedos

El dicho se atribuye a Benjamin Franklin: “En este mundo, nada puede darse por hecho, excepto la muerte y los impuestos”. En los Estados Unidos de Donald Trump, cabe de momento contar también con la fortaleza del mercado laboral, pese a la errática política comercial de la Administración republicana.

La primera economía del mundo desafió las expectativas y continuó creando empleo con brío en el sexto mes del año, según los datos difundidos este jueves por la Oficina de Estadísticas Laborales, dependiente del Departamento de Trabajo. El país generó 147.000 puestos y la tasa de paro se situó en el 4,1%, una décima por debajo del dato del mes anterior. La fortaleza del mercado laboral diluye casi por completo las probabilidades de que la Reserva Federal baje los tipos de interés en su reunión de julio.

Las cifras se dieron a conocer un día antes de la costumbre de los viernes, para adelantarse a la gran fiesta nacional del Día de la Independencia, que se celebra el 4 de julio. Las previsiones de los economistas, que se equivocaron a la baja, habían apuntado en los días anteriores a la creación de 110.000 empleos, después de que las cifras superasen las expectativas en mayo, con 139.000 nuevos puestos de trabajo, cifra que ahora se revisa al alza hasta 144.000. Con los nuevos cálculos, en abril se crearon 158.000 empleos, 11.000 más que en la anterior estimación.

La creación de puestos de trabajo en junio quedó así levemente por encima del promedio mensual de los 12 meses anteriores (146.000). En el sexto mes del año, las oportunidades siguieron mejorando en los sectores de la salud y la asistencia social, además de entre los funcionarios locales y estatales.

Siguió también la sangría en el empleo federal. Los efectos de la motosierra del gasto público llamada Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) aún se dejan sentir, también tras la partida de su timonel, el empresario Elon Musk, que se despidió como empleado especial de la Administración en mayo. Antes, forzó el despido de decenas de miles de funcionarios y enrareció las condiciones de trabajo en las agencias de Washington, lo cual provocó una cierta deserción.

Desde su pico de enero, se han perdido 69.000 empleos en el Gobierno federal, y eso aunque los trabajadores con permiso remunerado o que reciben una indemnización diferida se contabilizan como empleados en la encuesta. En junio, el recorte de empleo en la Administración federal fue de 7.000 personas, algo menor que en meses anteriores.

“Los datos muestran pocos cambios en junio en otros sectores importantes”, explica la nota de prensa de la Oficina de Estadísticas Laborales que acompañó este jueves a la publicación de las cifras. Entre ellos, la minería, la explotación de canteras y la extracción de petróleo y gas; la construcción; la manufactura; el comercio mayorista; el comercio minorista; el transporte y el almacenamiento; la información; las actividades financieras; los servicios profesionales y empresariales o el ocio y la hostelería.

Además de para añadir emoción a la política comercial, los aranceles de Trump han servido para alterar las costumbres del funcionamiento de la economía estadounidense. Las empresas han corrido en estos meses para importar bienes antes de que estos entren en vigor (el próximo plazo es el 9 de julio, aunque tampoco está claro que Trump vaya a cumplirlo). El panorama no es precisamente propicio para el plácido desempeño de los analistas económicos, aunque existe cierto consenso en que el mercado laboral se irá enfriando a lo largo del año.

La pelea con Powell

Hasta que llegue ese momento, el último dato del mercado de trabajo se publica en plena campaña de ataques de Trump a Jerome Powell, presidente de la Reserva Federal, al que el líder estadounidense empuja constantemente para que baje los tipos de interés.

La portavoz de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, muestra a la prensa una copia de la carta de presión enviada por Trump a Powell.

Esas presiones traspasaron esta semana un nuevo límite con el envío de una carta del presidente de Estados Unidos a Powell —“el tardón de Powell”, según Trump, que ya está buscándole sustituto—. Contenía una lista de recortes llevados a cabo por otros bancos centrales y estaba anotada por el inquilino de la Casa Blanca. Ni así consiguió torcerle el brazo: el presidente de la Fed se mantiene en su sitio, en vista de la confluencia de un mercado laboral sólido y de la incertidumbre sobre el impacto de unos aranceles que podrían influir en la inflación, que aún está por encima del objetivo del 2% deseado por el organismo que dirige Powell.

Los inversores no esperan movimientos de los tipos de interés en la reunión del 30 de julio de la Fed, pero sí se abren a pensar que habrá una rebaja de 0,5 puntos antes de fin de año, posiblemente distribuida en dos recortes de 0,25. El nivel actual es del 4,25%-4,50%, números que no se han movido desde diciembre, pese a que Trump ha insistido en que sería feliz con una rebaja de “uno o dos puntos”. En un post en su red social, Truth, el presidente estadounidense pidió el miércoles por la noche la dimisión “inmediata” de Powell y sugirió que el Congreso lo investigara.

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Sobre la firma

Iker Seisdedos
Es corresponsal jefe de EL PAÍS en EE UU. Licenciado en Derecho Económico por la Universidad de Deusto y máster de Periodismo UAM / EL PAÍS, trabaja en el diario desde 2004, casi siempre vinculado al área cultural. Tras su paso por las secciones El Viajero, Tentaciones y El País Semanal, ha sido redactor jefe de Domingo, Ideas, Cultura y Babelia.
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