La arriesgada apuesta de Capital One
El plan de Capital One para comprar ING Direct por 9.000 millones de dólares no es precisamente bueno para todos. El acuerdo permite al banco estadounidense hacerse con unos depósitos de bajo coste valorados en 83.000 millones de dólares.
ING Groep no solo podrá devolver al Gobierno holandés los 3.000 millones de euros restantes de la cuenta del rescate, sino que se está asegurando unas ganancias 40 veces superiores para su banco online estadounidense. Pero el verdadero éxito completo dependerá de que Capital One reajuste lo que se convertirá en un balance desequilibrado.
Por una parte, la compra de ING Direct ayuda a Capital One a reducir el coste de los fondos. Con un 1,1%, ING Direct está pagando tres cuartas partes de lo que está pagando su teórica nueva empresa matriz. Pero según Nomura, el rendimiento neto del capital de ING Direct es de unos 50 puntos básicos, uno de los más bajos del país y solo una cuarta parte de la de Capital One.
Esto se debe en buena medida a que los préstamos y los valores de baja rentabilidad tienen un tamaño más o menos similar en su balance, lo cual representa una asimetría en comparación con otros bancos. Por ejemplo, al acabar el último trimestre, la quinta parte de los activos de Capital One eran bonos y casi dos tercios eran préstamos. Es más, una cantidad considerable de los activos de ING Direct son hipotecas, un negocio que Capital One ha tratado de evitar.
A Capital One podría no resultarle fácil encontrar compradores para los activos que no quiere. Eso es especialmente cierto para su cartera de préstamos para viviendas, debido a los temores de que se produzcan nuevas bajadas en los precios de las viviendas. Incluso si se pudiera deshacer de ellos relativamente rápido, seguiría necesitando encontrar unos préstamos más jugosos para sustituirlos.
Pero eso probablemente llevará tiempo. Capital One es más bien una entidad crediticia orientada al consumidor en una época en la que solo los préstamos comerciales e industriales están experimentando algo de crecimiento. La otra opción consiste en ir a buscar activos diferentes. Capital One está interesado en, por ejemplo, la cartera estadounidense de tarjetas de crédito de
HSBC. Sin embargo, cuantos más acuerdos cierre, mayor es el riesgo de integración.
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