'Guisao'

Son los guisos materia confusa en general, ya que en ellos se amalgaman productos y sabores, texturas y colores, debiendo resultar al fin un todo uniforme y discreto que se mueva por las veredas de lo posible, sin que ninguno de los elementos que participen tenga un protagonismo definitivo que anule a los demás.

En el Hogar del Pescador de La Vila Joiosa, señero restaurante de la localidad, ampliamente reconocido por un público popular que satisface en el local sus ansias de pescados y mariscos frescos, pretenden alternar los productos mencionados, cocinados con limpias y nada pretenciosas preparaciones -tal que la plancha- con los mismos pero mezclados y preparados con otras fórmulas de mayor complejidad, lo que da lugar a distintos guisos que se anuncian en su carta, como el suquet de langosta o bogavante, las calderetas, y multitud de arroces con diversas combinaciones de productos de la tierra y de la mar.

En nuestra visita optamos por tomar unas navajas -que resultaron en exceso resecadas- unos agradables crujientes de pebrereta, un atún escabechado, y el plato estrella de la casa: un potente guisao de raya con col y patata, brillante idea que queda parcialmente deslucida por la preponderancia de sabor del caldo donde se cocinó la raya y los vegetales, y que impedía analizar la sutileza del pescado en su integridad, en uno de los posibles defectos de los guisados, tal como señalábamos al comienzo de este escrito.

Precios ajustados, elemento que favorece la indulgencia de una clientela entregada, pero que debiera solicitar con ahínco algunas simples mejoras, como es el cambio de cubiertos tras cada degustación.