Calorcito

Los que construyen fábulas sobre falsedades, e incluso las llevan al juez, y hacen coincidir su denuncia con la presencia en el juzgado del juez favorable, se han levantado en armas contra la supuesta gravedad de la supuesta implicación del presidente de la Comunidad Valenciana, Francisco Camps, en la supuesta trama corrupta del eje Madrid-Valencia.
Lo vi ayer en la tele: uno de esos periodistas que azota las primeras páginas con revelaciones que luego se traga una serpiente decía que era "impresentable" la denuncia que aparecía ayer en la portada de EL PAÍS. Es curioso, no venía sólo en la portada de EL PAÍS, salía también en El Periódico de Catalunya; pero parece que si el objetivo se redondea la flecha se neutraliza mejor.
Noticia, dicen, es algo que otro no quiere que se publique. Pero, ¿y por qué hay periodistas entre los que no quieren que se publiquen estas noticias? ¿Se congelan hasta que el sanedrín de los que dictan qué es noticia levante la veda? Si el presidente valenciano lo supo a las seis de la mañana ("y no era el lechero", se quejó) debió funcionarle bien o el redactor de su discurso o el Google, porque en seguida halló en Bertolt Brecht la referencia poética de su estado, y elaboró un discurso como un escudo. Indefenso, dice. No hacía falta Brecht: con que hubiera dicho que esperaba que se haga justicia le hubiera bastado. Antes los políticos decían que confiaban en la justicia..., cuando no iba con ellos. Ahora tienen a Garzón: con invocarle ya saben que se arropan. Hasta que se les desnude. O se les tape. O les falte Garzón.
Durante algunos meses, cerca de donde preside esta comunidad Esperanza Aguirre, Günter Grass estuvo dibujando la fábula del rey desnudo. Esa historia sirve mucho para lo que sucede, y no porque en medio haya trajes, sino porque los políticos se han acostumbrado a creer que van vestidos porque aplauden al paso de su vestimenta. Y van desnudos, como cualquiera. Lo que pasa es que cuando sienten frío le echan la culpa a la prensa (o al juez) y sienten como calorcito.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
Eurovisión 2026 cierra la lista de sus países participantes, la cifra más baja desde 2004
La justicia rusa declara las Pussy Riot organización extremista por ser “una amenaza a la seguridad del Estado”
ERC anuncia una ronda de contactos de Sánchez con los socios tras una llamada de Junqueras
La deuda pública baja al 103,2% del PIB en el tercer trimestre, pero marca un récord de 1,7 billones
Lo más visto
- Sin duchas ni camas adecuadas, y con obras en marcha: así estrenaron 30 niños extranjeros el centro de acogida de La Cantueña de Ayuso
- El hombre que desarmó a uno de los atacantes en Sídney es aclamado como un héroe en Australia
- Guardiola elimina la prohibición de que los jefes de servicio de la sanidad pública ejerzan en la privada y sube un 59% la derivación de pruebas
- El actor y director Rob Reiner y su esposa Michele, hallados acuchillados en su mansión de Los Ángeles
- El “canibalismo interno” se extiende en el PSOE a la espera del día después de Sánchez




























































