La permanente búsqueda de Brinkmann
El artista malagueño expone 31 obras en las que sigue jugando con sus famosas mallas metálicas
Enrique Brinkmann (Málaga, 1938) parece no agotarse. La pasada semana sacó a la luz en la galería malagueña Gacma una treintena de nuevas obras, 12 realizadas este año y el resto fechadas desde 2005. En ellas se aprecia la continua búsqueda de este consagrado artista, que huye de cualquier sensación que le suene a repetición. "Cuando uno tiene la sensación de que se está repitiendo es cuando se da cuenta de que ha exprimido todas las posibilidades de un determinado formato. El que estés diciendo algo que ya has dicho me crea mucha inquietud, porque creo que eso no es propio del arte. Si uno no se sorprende, no puede sorprender a los demás", explicaba Brinkmann en la inauguración.
Esa capacidad de sorprender la tienen sus nuevas obras. Brinkmann ha exprimido el soporte de la malla metálica con el que trabaja desde hace más diez años y ha conseguido crear un efecto que sitúa al espectador ante el interrogante de si lo que ve es una pintura o un híbrido entre ésta y la escultura.
"Me interesa el espacio que se crea entre el cuadro y la pared. Puse color detrás y al filtrarse el color a través de la malla me sorprendió el efecto que creaba y decidí ampliarlo a la totalidad de la obra", explica. "Jugaba con el lienzo para ver cómo crear espacio, y me gustó el aire que le daba y las sombras de las partes opacas", añade el artista a quien la crítica sitúa dentro de la figuración expresionista y el informalismo poético.
Brinkmann, a quien el efecto plástico de las mallas le recuerda al "encalado de las casas de Málaga", también muestra en estas obras su gusto por los espacios en blanco, que dotan a las obras de mayor expresividad. Algunas de ellas parecen flotar en el espacio; mientras que otras aparecen abigarradas, con el óleo invadiendo todo el espacio. La exposición exhibe también sus últimos trabajos sobre papel, obras que muestran su permanente búsqueda.
En la Galería Gacma (Fidias, 48-50). Parque Empresarial Santa Bárbara. Málaga. Hasta el 18 de junio. Gratuita.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
¿Tienes una suscripción de empresa? Accede aquí para contratar más cuentas.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.
Archivado En
Últimas noticias
Cae una organización que enviaba camiones cargados de cocaína desde Marbella hasta varios países europeos
Manuel Bustos acepta seis meses de cárcel por cargar gastos privados a la Federación de Municipios
Visitar la Fontana de Trevi dejará de ser gratis para los turistas: costará dos euros a partir de febrero
La Policía detiene a cuatro personas por facilitar encuentros sexuales con menores tutelados en Canarias
Lo más visto
- El Supremo condena a ‘Okdiario’ y a Eduardo Inda por intromisión en el honor de Iglesias al acusarle de cobrar de Venezuela
- Los pagos del Gobierno de Ayuso a Quirón engordan con facturas de hace una década y sin pagar desde tiempos de Cifuentes
- Más de 40 congresistas demócratas piden por carta a Trump que cese en sus “intentos de socavar la democracia en Brasil”
- Los hijos de Isak Andic negocian un acuerdo para pagar 27 millones a la pareja del empresario y cerrar el conflicto por el legado
- Irene Escolar: “Si la gente se droga es porque encuentra en ello una anestesia que necesita. Negarlo es absurdo”




























































