"Algunos no fueron a muerte"

La noche había sido larga y el día amaneció nublado. El viernos posterior a un jueves en el que la selección española de balonmano perdió su primer partido, contra Hungría (28-35), en el Europeo de Noruega. Las caras eran serias en aquella improvisada reunión en el vestíbulo del hotel a la que habían acudido el seleccionador, Juan Carlos Pastor, y todo su equipo técnico y médico. Allí estaba también José Javier Hombrados, el portero titular y capitán de la selección, dispuesto a asumir las críticas por la pésima actuación del equipo. Y entonces surgió aquella frase de la boca de Buligan, ex portero internacional rumano, ahora ayudante de Pastor: "Algunos jugadores no fueron a muerte. O vamos todos a una o esto se hunde".

Era el resumen de lo que todos pensaban. Y Hombrados, falto todavía de confianza tras haber sufrido una lesión en la ingle, lo encajó. Posteriormente, Pastor habló de forma individual con cada uno de los 16 jugadores. Previamente, habían repasado el vídeo del partido para intentar corregir los errores y recuperar la identidad de este equipo que había ganado a Francia en el último partido de preparación.

"Tengo confianza en vosotros", les dijo Pastor; "no puede ser que hace una semana concluyéramos una preparación tan buena y que ahora todo aquello se os haya olvidado. En un abrir y cerrar de ojos, la pelota se ha vuelto demasiado grande y hemos sido incapaces de remontar un partido que debíamos ganar. Ir por detrás nos ha hecho cometer demasiados errores. Pero debemos sacar esto adelante. Nos faltó un poco de tirón. No podemos perder la identidad. Hay que ir a ganar a muerte, con el cuchillo entre los dientes".

El mensaje fue claro y rotundo. Cada jugador debe recuperar la autoestima para afrontar hoy (20.15, Canal+ y Cuatro) a Bielorrusia. "No podemos perder ningún otro partido", agregó Pastor; "ante Bielorrusia debemos asegurarnos la clasificación para la segunda fase y frente a Alemania, el domingo, ganar para entrar sólidos en los cruces. Hay que recuperar con urgencia la confianza y la solidez defensiva porque sin defensa no somos nada".

"Todavía dependemos de nosotros. Y yo no renuncio a ganar el Europeo. Sería un error hacerlo", agregó el extremo Albert Rocas, que tuvo el peor día de los que su memoria abarca; "nunca había fallado siete tiros de 11 en un partido. Me acordaría. Y no sé qué me pasó. Llevaba tres meses genial. Y, de golpe, comencé a sentirme absolutamente impotente ante la portería. No había forma de meter goles".

El pivote Garabaya analizó los errores: "Fallos de definición en momentos clave, no ganar las superioridades, no defendernos bien... No fue por falta de motivación ni de actitud. Simplemente, las cosas no salieron". "Lo primero", dice Pastor, "es recobrar la identidad, volver a ser nosotros. Y después, saber que necesitamos un ritmo alto, pero con orden y control, elementos que perdimos contra Hungría".