El Ejército británico renuncia a enviar a Irak al príncipe Enrique
El príncipe Enrique, nieto de la reina Isabel y tercero en la línea de sucesión al trono británico, no irá a la guerra de Irak. La decisión, que supone una victoria propagandística para la insurgencia iraquí, fue anunciada ayer por el jefe de las Fuerzas Armadas británicas, el general sir Richard Dannatt. En un comunicado leído ante la prensa, Dannatt explicó que la decisión la ha tomado él tras una visita la semana pasada a Irak, en la que pudo comprobar que "ha habido cierto número de amenazas específicas -de las que se ha informado de algunas pero no de todas- que afectan directamente al príncipe Enrique de manera individual".
"Estas amenazas le exponían no sólo a él, sino también a aquellos a su alrededor a un nivel de riesgo que ahora considero inaceptable", continuó el general. Sir Richard, que subrayó que uno de los factores que han contribuido a aumentar los riesgos ha sido el "detallado escrutinio" de los medios, explicó a preguntas de la prensa que la familia real ha sido "consultada", pero al referirse a Downing Street dijo que había sido "informado", dando a entender que la decisión la ha tomado el Ejército de manera autónoma.
La marcha atrás supone un serio contratiempo para el Ejército, por las dudas que ha mostrado en este asunto, pero sobre todo para el Gobierno de Tony Blair, porque pone de manifiesto la inestabilidad de la zona en un momento en que el primer ministro, a punto de jubilarse, quería vender una imagen de normalización y de traspaso de poderes al Gobierno iraquí.
Es, en cambio, un alivio para la familia real -que aceptó sólo a regañadientes y ante la insistencia del propio Enrique que éste fuera a Irak- y también para los familiares de los compañeros de armas del príncipe, porque ven disminuir el riesgo de bajas en el batallón. El general Dannatt admitió que, sin el príncipe Enrique entre los soldados desplegados en Irak, "los riesgos que afronta su batallón no son distintos de los que afronta cualquier otro batallón o miembro de nuestro personal en Irak".
Aunque el príncipe llegó a declarar que si no le dejaban ir a la guerra dejaría el Ejército, la Clarence House, la residencia oficial del príncipe de Gales y sus hijos, comunicó ayer que aunque Enrique está "muy disgustado", no dejará las Fuerzas Armadas.
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