La larga espera de Gas Natural

El ya ex ministro de Industria, José Montilla, declaró ayer que la batalla de ofertas por Endesa "todavía no ha acabado", y recordó que en otras ocasiones de esta historia la batalla parecía un tema cerrado y que, sin embargo, dijo, el proceso ha estado "jalonado de cosas para algunos no previstas".

En esta misma posición se sitúa Gas Natural, que no niega lo complicado que se le ha puesto el panorama, con su oferta por Endesa paralizada en un juzgado y por el Tribunal Supremo y con el Gobierno brindando por un "final feliz" para la oferta del grupo alemán E.ON.

"Queda mucha tela por cortar", reiteraban ayer fuentes de la gasista, que espera a ver cómo culmina el allanamiento del camino para la oferta de E.ON, su posterior aprobación por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) y, sobre todo, la reacción de la cúpula de Endesa antes de decidir formalizar una decisión de retirada. La compañía mira hacia el presidente de la eléctrica, Manuel Pizarro, y recuerda la estrategia de judicialización mediante la que éste ha intentado parar el asalto de la gasista, rumiando si Pizarro va a reproducir el esquema, pero con los alemanes.

La flexibilización de las condiciones de la Comisión Nacional de la Energía (CNE) a E.ON para que pueda comprar Endesa tiene una derivada directa para Gas Natural. El regulador obligaba a E.ON a vender activos de Endesa equivalentes a 7.396 MegaWatios, o el 32% del total en España. Si el grupo alemán se acaba quedando con todos o parte de ellos, con poco podrá verse compensada la gasista, puesto que habrá poco para repartir. Todo quedaría sujeto a compromisos verbales de desinversión ulterior y voluntaria, en un plazo máximo de dos años, que han irritado hasta lo indecible a Gas Natural. Oficialmente, ésta no ha sido consultada sobre ello.