"Más tranquilidad en Euskadi le vendría bien a la ciencia"

Jon Marcaide (Elgeta, 1951), último premio Euskadi de Investigación, puede hablar con conocimiento de causa de la ciencia. Este astrónomo, catedrático de la Universidad de Valencia y profesor de Investigación en excedencia del CSIC, ha trabajado en algunos de los mejores centros del mundo, como el Max Planck alemán o el MIT estadounidense, y es el primer astrónomo que ha ingresado en la Real Academia de Ciencias Exactas. Aunque su trabajo le ha llevado fuera del País Vasco, lo tiene muy presente y piensa que en Euskadi "un poco más de tranquilidad vendría bien para la ciencia".

Pregunta. ¿Qué le supone la concesión del Premio Euskadi?

Respuesta. Una alegría, una satisfacción que se acuerden de mí, de mi trabajo y de mis colaboradores. Desde luego, supone un aliciente para el futuro.

"La calidad del centro de Etxenike es comparable a la de los mejores del mundo"

P. Su carrera se ha desarrollado fuera del País Vasco. ¿Ha pensado alguna vez en volver?

R. Tengo discípulos vascos y, hace muchos años, cuando estaba trabajando en el Max Planck, estuve a punto de ir a Euskadi, pero lo cierto es que estoy bien donde estoy.

P. ¿Cómo calificaría la situación de la investigación vasca?

R. Creo que, en el caso del País Vasco, un poco más de tranquilidad vendría bien para el desarrollo de la ciencia y de la convivencia. Euskadi dispone de algunos científicos de gran relevancia, como es el caso de [Pedro Miguel] Etxenike y su centro, que marcan pautas. En cuanto a excelencia, el nivel es muy alto, pero quizá la base de la investigación es lo que debería crecer. En cualquier caso, no debemos olvidar que el País Vasco es una comunidad de dos millones de habitantes y no se puede comparar con países de más de 200 millones como EEUU.

P. ¿Cuál ha sido la evolución de la ciencia, en Euskadi y en el resto de España?

R. Nos encontramos a años luz de la situación que vivíamos hace 20 años, pero no hay claros sin sombras y existen disfunciones que debemos solucionar. Una de las más importantes es la de separar el trigo de la paja. Hay profesores de gran valía infrautilizados y docentes de poca valía sobrerreconocidos. El sistema necesita una limpieza considerable, pero los sucesivos gobiernos no han tenido la valentía política de afrontar el problema. Y para la gestión de la ciencia, además de gestores, hacen falta personas que hayan vivido y conocido la investigación. Pero la investigación no debe verse como algo aislado. También hay que ver qué ocurre con otras áreas del sistema, como la enseñanza secundaria, por ejemplo.

P. ¿Qué se debe hacer para corregir estos problemas?

R. No hace falta más que colocar bien la primera piedra y empezar desde ahí. El caso de Etxenike es un buen ejemplo. La calidad de su centro es comparable a la de los mejores del mundo; lo que no es comparable es su tamaño. Ahí es cuando se notan las diferencias, pero eso va relacionado con el nivel de la sociedad. También es importante no arredrarse ante las críticas y cambiar esa mentalidad muy presente en nuestro país de que promoción de la excelencia es igual a elitismo y de que, por tanto, hay que equiparar a todos hacia abajo. Es mejor que uno suba mucho y todos subamos en lugar de no mejorar. Debe existir una igualdad de oportunidades, pero para que puedan destacar los que realmente lo merecen y trabajan por ello.

P. ¿La sociedad es consciente de la relevancia que tiene la investigación?

R. Todo el mundo es consciente de su importancia, pero, como los resultados de la investigación y sus efectos no se ven de un día para otro, es fácil posponer las medidas en su favor sin que nadie pague un precio.

P. ¿Por qué debemos prestar atención a las estrellas?

R. Los astrónomos miramos mucho más que las estrellas. El Universo es fuente constante de conocimiento. Es un laboratorio inestimable de física, de química, de biología,...

P. ¿Cuál es la situación de la astronomía española?

R. En 20 años hemos pasado de ser cuatro gatos a más de 400 astrónomos en activo. Disponemos de un Plan Nacional de Astronomía y Astrofísica y de acceso, por nuestras condiciones geográficas, a algunos de los mejores observatorios del mundo, como los de Canarias.