Mat Hoffman, deportista: "Con la tecnología arreglo mis huesos"
El norteamericano está considerado el Pelé del ciclismo extremo BMX Freestyle

No es actor, ni cantante ni siquiera futbolista. Pero cuando Mat Hoffman salta a la pista, las masas jalean su nombre como si fuera David Bisbal. Aplauden sus acrobacias en la rampa vertical y aplauden sus atrevimientos con la bicicleta por montera.
Ante el público, este joven introvertido se transforma en un monstruo capaz de hacer las piruetas más peligrosas. Cuanto más gritan, más difícil se lo ponen. Lo demostró en Sevilla, durante el festival Totally Board, una combinación de deporte, música y móviles organizada por Nokia.
Hoffman es una estrella del BMX Freestyle, un deporte extremo nacido en la década de 1980 en California. Como él, cientos de jóvenes usan sus bicis pequeñas para montar en pistas de monopatines y saltar sobre los obstáculos en la calle. Y muchos más juegan con el videojuego Mat Hoffman's Pro BMX 2, de la firma Activision, lanzado en 2002 para las plataformas PlayStation 2, Game Cube y GBA.
"En el segundo juego, tratamos de reflejar quiénes somos y qué hacemos. Creamos diferentes niveles en las ciudades donde conducimos la bicicleta. Realmente sientes que estás encima de la bici", explica este americano de 31 años.
15 operaciones
Con sólo 13 años empezó a rodar por los circuitos BMX Freestyle. Ha tenido que soportar 15 intervenciones quirúrgicas por culpa de sus caídas. "La tecnología la uso para arreglarme los huesos del cuerpo. Utilizo algo de física cuando conduzco la bicicleta. Solamente para saber cómo tengo que situar mi cuerpo", afirma sonriendo. Hoffman además tiene en Oklahoma (Estados Unidos) su propia empresa de bicicletas, Hoffman Bikes, creada en 1991.
La empresa y las competiciones le obligan a viajar constantemente por el mundo. "Tengo dos hijos, un ordenador Apple y una webcam. Me he convertido en un papá virtual". Y también en un maniaco de la tecnología. Su actual juguete favorito se llama Sidekick, un terminal inalámbrico que funciona como teléfono, navegador de Internet, servidor de correo y cámara de fotos. "Gasto mucho. Siempre que sale un cacharro nuevo me lo compro, porque seguro que es mejor que el anterior. Me encanta la tecnología".
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