El Roto enseña su faceta artística en una exposición en Alcalá de Henares
Hay un pintor de Madrid, Andrés Rábago, nacido en 1947, que, pese a peinar canas, muestra una disposición de ánimo aún adolescente. Así lo revela su pasión en la búsqueda de lo esencial. Parece huir del ruido. Nunca se exhibe. Resulta difícil verle en público. Pero, hasta finales de julio, cabe contemplar algunas de sus mejores obras en la Capilla del Oidor, en Alcalá de Henares. Hasta la ciudad alcalaína ha viajado una cincuentena de sus mejores obras, entre óleos, serigrafías y dibujos, expresión ésta en la que Rábago se ha granjeado gran nombradía bajo el seudónimo de El Roto.
Gregorio Villalba, responsable de la Fundación del Colegio del Rey, ha supervisado la muestra inaugurada ayer, copatrocinada por el Ayuntamiento y la Universidad de Alcalá. Se denomina El guardagujas y despliega los tres soportes gráficos del artista en otros tantos escenarios contiguos de la iglesia complutense, que acoge la pila bautismal, restaurada, donde fuera cristianado Miguel de Cervantes Saavedra en 1547.
Al modo en que Cervantes utilizara su pluma para trocar en cabalmente vivo todo cuanto relataba, Andrés Rábago consigue con sus pinceles llevar la mirada del espectador hasta los pliegues mismos del pensamiento, donde la reflexión vaga por entre las emociones -"los colores", explica- que allí nacen con toda su pureza. La pintura de Rábago destila una profunda sabiduría compositiva y cromática. Filtra sin afán de erudición un sedimento de conoceres en los que conviven la tectónica de Mantegna y la frescura de Rafael, la elementalidad del Giotto y la misteriosa presencialidad de los bizantinos. Así, tras La santa, dama de grandes ojos, cabellera roja y velitas sobre el pelo, resuenan los ecos de la pintura italiana, desde Leonardo hasta Modigliani. Maestro en volúmenes y anfitrión de cuanto late en la profundidad de los parajes del ánimo, Rábago es un geómetra de las emociones, comprometido en combatir el pesar del ser mediante preguntas que, desde la inocencia más sincera, remiten al ensimismamiento en la prodigiosa, y bella, complejidad de cuanto existe.
Andrés Rábago. Capilla del Oidor. Plaza de Cervantes, s/n. Todos los días, salvo lunes, de 12.00 a 14.00 y de 18.00 a 21.00. Alcalá de Henares.
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