Cuatro proyectos para el Brasil del siglo XXI

Los cuatro candidatos con posibilidades de victoria en las elecciones presidenciales brasileñas de octubre están ya en la pista calentando para la carrera. La batalla no va a ser fácil. El 49% de los 115 millones con derecho a voto aún no han decidido a quién votar. Y la inesperada ascensión del candidato antigubernamental, Ciro Gomes, complica aún más las cosas: el izquierdista Luiz Inácio da Silva (Lula), el continuista José Serra, el radical Ciro Gomes y el evangélico Anthony Garotinho presentan propuestas totalmente diferentes.

Para asegurarse la victoria se están creando alianzas políticas contra natura, las más exóticas y hasta ayer increíbles. Todos saben que solos no alcanzarán la victoria. Necesitan aunar fuerzas. Pero ahí está lo difícil. El candidato del Gobierno de Cardoso, José Serra, debería haber podido contar con todas las fuerzas que han sostenido estos años al Gobierno, pero el Partido del Frente Liberal (PFL), el más conservador y con más vocación de poder, ha ido por otros caminos convencido de que fue Serra quien mandó espiar a la hija del ex presidente de la República José Sarney, que se había presentado con muchas posibilidades y tuvo que abandonar la carrera por presunta corrupción de su marido.

Lula, del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), se ha tenido que aliar (al haberle fallado otras posibles alianzas más connaturales) con el conservador y religioso Partido Liberal (PL). Para convencerles a unirse a él hasta llegó a prometer poner la lectura de la Biblia obligatoria en las escuelas.

Ciro Gomes, el antigubernamental, tuvo que acogerse al pequeño Partido Popular Socialista (PPS) y busca los votos del más gubernamental de los partidos, el PFL, mientras que el evangélico Anthony Garotinho, que milita en el PSB, el partido socialista de Brasil, y se jacta de ser de izquierdas, se pasea por todos los templos de los evangélicos del país pidiendo el voto religioso. Por otro lado, los cuatro candidatos en liza saben que no se gobierna sin el Parlamento, y por eso buscan cualquier tipo de alianza, hasta las más peregrinas. Al mismo tiempo, los grandes partidos del poder, desde el PSDB (Partido Socialista Democrático de Brasil, del saliente presidente, Fernando Henrique Cardoso), como el PMDB (Partido Movimiento Democrático de Brasil) y el PFL (Partido Federalista Liberal) en realidad están aún a la espera de quién podría ser el posible ganador para subirse a su carro. De ahí que ninguno de los actuales partidos del Gobierno esté apoyando en masa a sus respectivos candidatos. Muchos de los políticos, gobernadores, alcaldes, diputados y senadores un día afirman que apoyan a uno, y otro, a otro. Están aún a la espera. Hasta importantes exponentes del PFL de Sarney han amenazado con votar a Lula.

Todos los comentaristas señalan que el mes de agosto puede ser definitivo, pues es ahora cuando comienza la verdadera campaña, sobre todo en las televisiones y que toda la incógnita va a estar en si Ciro Gomes continúa subiendo en los próximos sondeos. El candidato antigobierno, sin embargo, ha tenido un revés: su partido, gracias a esas extrañas alianzas se ha unido con Fernando Collor, que se presenta a gobernador en el Estado de Alagoas, y que había tenido que dimitir como presidente de la República por corrupto.

Ciro Gomes se está despepitando para decir que ésos son acuerdos de partido, pero que él no quiere saber nada con Collor y está poniendo todo el énfásis en su mujer, Patricia, conocida actriz de las telenovelas de la Red Globo y que además acaba de salir de un grave cáncer. Con ella piensa asegurarse buena parte del electorado femenino.

Tambien Serra, el candidato del Gobierno, se halla en dificultades, ya que Ciro se presenta como lo 'nuevo' contra el viejo Lula y la continuidad del Gobierno. Por eso ha comenzado a criticar algunas decisiones de Cardoso.