Aicha

Hace días que estamos siguiendo por la prensa el caso de la chica saharaui Aicha, de 19 años, que está sufriendo una especie de enclaustramiento en los campos de refugiados saharauis.

El caso de esta chica nos pone en mala situación a aquellos que siempre hemos defendido la legitimidad de la causa saharaui en su lucha por su legítima independencia. Nos pone en mala situación porque siempre hemos defendido la base democrática sobre la que se sustenta la constitución de la RASD y sobre los valores de igualdad entre todos los hombres y las mujeres saharauis.

Podríamos decir que en el caso de Aicha hay parte de la tradición familiar que pesa a la hora de la evolución cultural y que todo cambio requiere su proceso. Pensando en la familia saharaui de Aicha, que posiblemente no haya salido de los campamentos de refugiados, es posible entender las pocas alternativas que puedan vislumbrar.

En lo que no pienso que pueda ser una respuesta correcta es en la que da de forma oficial el Polisario cuando dice que es un problema entre familias; o bien que el Polisario está en otra lucha y que éste es un problema menor.

El Gobierno de la RASD no puede hacer oídos sordos ante un problema de una de sus ciudadanas. Debe atender a sus demandas y debe responder en función de la legislación de que se haya dotado. Sólo será creíble en sus aspectos democráticos en función de la forma de resolver conflictos de estas características. Así como la UNMS (Unión Nacional de Mujeres Saharauis) sólo tendrá credibilidad en sus explicaciones en función de qué posición haya tomado al respecto.

Espero que se encuentren los caminos para resolver la situación de Aicha con todo el respeto de sus libertades y basándose en los derechos fundamentales que deben poseer todas las mujeres.