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El 'camello' del Marítimo apodado 'El Ciego' fue detenido hace una semana y puesto en libertad

Mas pidió ayer mayor presencia policial en la calle de Bello e inmediaciones tras hacerse pública la constante concentración de centenares de personas haciendo cola a plena luz del día para comprar droga. La orden no se hizo esperar. La calle fue tomada ayer por cuatro dotaciones de la Policía Nacional y una unidad de intervención. 'Otra acción de impacto que no solucionará lo que aquí ocurra. Esto durará una o dos semanas. Después, volveremos a lo mismo si la Administración no es capaz, como ha demostrado hasta ahora, de tomar medidas de fondo', afirmó Juan Carlos Sienra, presidente de la Asociación de Vecinos del Grau.Quienes viven en las calles afectadas por el trapicheo están convencidos de que la acción policial no es la respuesta a lo que califican de 'escándalo'. De hecho, según ha podido saber EL PAIS, durante el mes de enero, fueron identificadas en la calle de Bello y alrededores 1.296 personas relacionadas con la compra-venta de droga. Además, se practicaron 24 detenciones, de las que sólo una se ha traducido en ingreso en prisión. También durante el mes de enero, los agentes policiales practicaron tres registros domiciliarios, justo frente al punto de venta habitual. En ellos, se incautaron de 2,5 kilos de cocaína, 577 gramos de hachís, 3.000.000 pesetas en efectivo, 15.000.000 en valores y 5.000.000 en joyas. Operación distinta fue la que llevó a la detención de un hombre en cuyo vehículo escondía 10 kilos de cocaína con destino al mismo público que compra en la calle de Bello. El total de intervenciones policiales fue de 168 y la mayoría enfocadas al menudeo.Sistema de signos

Tres son los camellos conocidos y más importantes que operan en la zona. El apodado como El Ciego, encargado de proveer de cualquier tipo de estupefaciente a velocidad de vértigo a centenares de personas cada día, está perfectamente identificado, fue detenido el pasado 24 de enero y puesto en libertad porque no existían pruebas suficientes de delito.

El resto de compinches, casi todos de la misma familia y residentes en la misma calle de Bello, sobre todo en los edificios con número 17 y 19, practican un complejo sistema de signos para comunicar la presencia policial y no han sido, en el mejor de los casos, más que puestos a disposicióm judicial para después salir libres o con fianzas de baja cuantía.

Las reacciones a la polémica suscitada al conocerse la verdadera situación que viven los vecinos del Grau se sucedieron ayer desde diferentes instancias. La delegada del Gobierno, Carmen Mas, aseguró que la zona es 'un punto negro policial' y que constituye, junto al barrio de Campanar, uno de los únicos centros de tráfico de drogas en Valencia.

La portavoz socialista en el Ayuntamiento de Valencia, Ana Noguera, tachó ayer de 'impresentable' que el equipo de gobierno de Rita Barberá diga que carece de los recursos necesarios para evitar el tráfico de drogas como el que padecen los vecinos de los barrios marítimos.

Noguera aseguró: 'La situación sería de risa si no fuese dramática. La mala coordinación entre las administraciones del PP para atajar el tráfico de drogas, que lleva a los traficantes a conocer los turnos de los agentes de policía es inaudita'. La portavoz socialista responsabilizó a Rita ´Barberá de la situación por no hacer inversiones en los barrios degradados y haberse limitado en estos diez años de mandato a trasladar el problema de los barrios del centro de la ciudad a los poblados marítmos. Como ejemplo dijo que en el presupuesto municipal para este año, con 100.000 millones de pesetas, sólo se han prespuestado 60 millones para paliar el problema de las drogodependencias.

Asimismo, el concejal de Seguridad Ciudadana, Jorge Bellver, en declaraciones a la Cadena SER, afirmó: 'Existe una actuación de la Policía y tenemos perfecto conocimiento de lo que ocurre en la calle de Bello. Mantenemos reuniones semanales con los vecinos. Pero no es sólo una actuación policial. La situación de Bello no tiene que llamar al desasosiego a los vecinos'.

Por su parte, el presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana, Juan Luis de la Rúa, declaró: 'Las órdenes judiciales sólo se hacen cuando hay un procedimiento en marcha. El juez en sí mismo, y sin que exista conocimiento directo, no tiene por misión salir a la calle y perseguir. Eso es misión propia de la Policía. Cuando la Policía da cuenta al juez de que ahí hay un delito es cuando el juez actúa para instruir el procedimiento. Así, por principio, el juez no puede hacer otra cosa que lo que hace'.

Ayer por la tarde se celebró también una reunión, con agenda previa, para abordar otro de los problemas del Grau, la prostitución callejera. Sobre la mesa se discutió del tráfico de drogas en la zona sin que al final del encuentro -en el participaron representantes del Consistorio, de la oposición y de los vecinos- hubiera algún compromiso de actuación.

'Mala, pero barata'

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