El lenguaje de los sentidos

El arte de describir percepciones de los sentidos, es el arte de utilizar los adjetivos precisos y adecuados. Los profanos o primerizos en el mundo del vino encontrarán el lenguaje utilizado en la cata algo pretencioso y afectado. Pero no cabe duda de que para describir las sensaciones que nos produce el vino existe un idioma que permite comunicar las virtudes y defectos percibidos. El camino es degustar y aprehender un pequeño glosario de términos. Armónico, capa, pálido, persistencia, polifenoles, taninos, son algunas de las palabras que tendremos que ir sumando a nuestro diccionario de amantes del vino. El primer sentido que participa en el disfrute de los caldos es la vista. El ojo nos indicará el estado sanitario del vino, su edad y cuerpo. Entonces será el momento de acudir palabras como limpio, brillante, elegante, rojo rubí, teja, violáceo, etc.

Cuando admiren este crianza de Artagan será fácil encontrar un color, cereza picota -quién no conoce el color de éstas-, limpio y vivo. Demuestra en el primer golpe de vista que se encuentra en la fase óptima para beber, y ni siquiera tenemos que llegar a la fase olfativa para intuir que encontramos aromas de regaliz, como mandan los cánones de los clásicos riojanos.

- Bodegas Ibaiondo.

Barrio de la Estación s/n. Haro (La Rioja).