El esqueleto del equipo
El cambio más sustancial. Todo comienza por el portero. Tiene que dar seguridad. Es el primer y último hombre. Seguramente Camacho de entrada a un guardameta actual, rápido, con buena lectura del partido y que utilice bien los pies para dar continuidad y sentido al juego de ataque.Orden ante todo. Los equipos de Camacho se paran de forma ordenada, con cuatro defensas en zona y en línea donde uno de los dos centrales inicia la jugada y trata las claves del juego. Este central más creativo sería Hierro, con la compañía de otro más marcador, que puede ser Alkorta o Paco. En los laterales buscará la capacidad de incorporación y la velocidad.
Dificultad de la defensa en línea. El trabajo defensivo entraña dificultades, sobre todo a la hora de sincronizar el movimiento de los jugadores en función de la situación del balón en el campo. Se necesita un trabajo coordinado entre los jugadores de la misma línea y la presión de los hombres del centro del campo.
Disciplina táctica en el centro del campo. Camacho impone una gran disciplina a los dos pivotes y da más libertad a las bandas. Los dos mediocentros no pierden la posición, dominan los tiempos de defensa y ataque y contemporizan en un momento determinado o dan rapidez en otro. Los dos pivotes pueden ser Engonga e Ito, o Engonga y Alkiza en el caso de que se intente una alternativa más ofensiva. El recorrido de los volantes por las bandas será mucho más largo, con desequilibrio ofensivo y llegada para el remate.
Obsesión de llegar por las bandas. La derecha la puede ocupar Luis Enrique como una variante de largo recorrido. Etxeberría puede cubrir hasta la línea de mediocapo, desborda, trabaja y centra. Por la izquierda, Lardín tiene capacidad para trabajar en toda la banda con dinamismo y rapidez. Su número de acciones garantiza la llegada. De Pedro, la otra variante, tiene en el golpeo de balón su mejor virtud.
Los atacantes. No jugarán a la misma altura. Uno lo hace de primera punta: Morientes (heredero de Salinas y Pizzi) es el punto de referencia, desgasta, abre espacios y está obligado a llegar al remate en todas las jugadas de banda, repitiendo su papel en el Madrid. El segunda punta tiene más recorrido, desequilibra y posee llegada. Pueden ser Raúl o Kiko. El atlético juega de espaldas a la prefección, cubre el balón, es impredecible en su giro, se perfila de los dos lados indistintamente, asiste y tiene un buen remate. Raúl es más dinámico y desequililibra en el uno contra uno. El madridista es una variante más defensiva.
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