Los socialistas reprochan al Gobierno que favorezca "con comportamiento" el auge de los nacionalismos

Los socialistas empiezan a liberarse del aturdimiento que les ha producido su varapalo electoral en Galicia. Ahora analizan las posibles causas de su derrota, y entre ellas la principal es el pujante avance del nacionalismo gallego de izquierdas, representado por el BNG. "El comportamiento del Gobierno del PP hace concebir a muchos ciudadanos la idea de que sus intereses se defienden mejor por partidos nacionalistas que representan proyectos singulares", afirmó ayer el portavoz, del Grupo Parlamentario Socialista, Juan Manuel Eguiagaray. Mientras tanto, los partidos nacionalistas con más tradición, CiU y PNV, han salido en tromba a criticar con dureza a los políticos del PP y del PSOE que proponían reformas electorales para limitar la representación de los nacionalismos en las Cortes.En la reunión de la comisión permanente de la ejecutiva del PSOE, el pasado lunes, se hizo una somera apreciación de los resultados, dejando para la reunión de la ejecutiva del próximo lunes un análisis más exhaustivo. A esta reunión llegaron las voces de algunos socialistas gallegos que criticaron las intervenciones de Felipe González y Alfonso Guerra por haber desviado la atención de la campana o por no haber estado muy certeros en sus dardos.

En Madrid, al menos en esta reunión de la cúpula socialista, no se habló de González ni de Guerra sino que todos los presentes, la mayoría muy activos en la campaña gallega, concluyeron que quizá no había sido acertada la presencia masiva de dirigentes del PSOE procedentes de toda España, cuando lo que había en esa comunidad era una "pulsión nacionalista pujante", según informan asistentes a esa reunión.

Mucho les dará para reflexionar a los socialistas el porqué del avance del nacionalismo en Galicia. De entrada, echan la culpa al Gobierno central; no de la existencia de CiU y del PNV sino de fenómenos relativamente nuevos, como son el de Coalición Canaria y ahora el avance del BNG. La manera de actuar del Gobierno que preside José María Aznar, o lo que se transmite respecto a los partidos nacionalistas hace creer al PSOE que muchos ciudadanos de toda España consideran que para conseguir beneficios hay que ser nacionalista o regionalista. Lo que Alfredo Pérez Rubalcaba, responsable de las relaciones con los medios de comunicación, sintetiza en una frase: "Ponga un Pujol en su vida".

Esa misma reflexión es expresada por Juan Manuel Eguiagaray de esta manera: "Determinadas políticas hechas desde el Gobierno están favoreciendo el surgir de grupos nacionalistas; los comportamientos del Gobierno hacen pensar a los ciudadanos que sus intereses se defienden mejor a través de partidos nacionalistas que representan proyectos singulares y no para toda España".

Además de echar la culpa al Gobierno, los socialistas quieren dejar claro que no se engañan. "La derrota electoral es culpa nuestra, principalmente, y asumimos la responsabilidad". En todo caso, la dirección del PSOE rechaza un cambio de leyes tal y como el que ha insinuado el presidente de Extremadura, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, del PSOE, y el presidente de Castilla y León, Juan José Lucas, del PP.

Esa rotunda negativa expresada tanto por el PSOE como por el PP no ha servido todavía para atenuar el enfado del PNV y de CiU. El portavoz peneuvista en el Congreso, Iñaki Anasagasti, llamó a Rodríguez Ibarra "inculto histórico", e hizo una advertencia: "Cuando a uno le cierran la puerta, sale por la ventana".